Una familia contigo.

Confíe, mi niña.

Narra Sakura.

Han pasado, dos días desde que te fuiste.

Hoy llegó una anciana, se le veía preocupa, preguntó por tí. Estaba viendo unas películas románticas cuando llegó.

Tocó la puerta, no pensaba abrir, hasta que insistió mucho, me levanté de mala gana.

Hola, mí niña, ¿se encuentra el pequeño Kakashi? - me saludó.

Hola, no abuela, salió de misión. ¿Se le ofrece algo? - quería se fuera para qué terminará de llorar a gusto con mis estupidas películas románticas.

Es qué me dijo que iría a visitar la casa de su padre, el joven Sakumo, pero no ha ido, y tampoco su lindo perro tampoco me ha ido a decir algo de él. - Se le veía en su cara qué te tiene un gran afecto.

Ya veo, ¿Usted cuida la casa de su padre? - recordé que me habías dicho que iríamos a verla...

Sí, mi niña. Me dijo qué iría con su esposa a ver la casa para hacer arreglos, se le veía feliz cuando me dijo que sería padre. ¿Sabe quién es su esposa o es usted, niña? - Se me estrujó el corazón al oír aquello, unas lágrimas traicionera corrían por mis mejillas.

Soy su esposa - Fue lo único que dije, antes de empezar a llorar (sí lloraba cómo María Magdalena).

Mi, niña. Él volverá, no se ponga así. Le hace mal al bebé... Venga, vamos a dar una vuelta. - me abrazó, cómo sí fuera una persona muy cercana a mí.

Asentí con la cabeza, tomé las llaves y les grité a tus Nikken, que salieron como locos y en posición de ataque, no sé qué les habrás dicho pero no me dejan ni a sol ni a sombra. - Saldré a dar la vuelta.

Te acompañamos - Dijo Pakkun - Vamos chicos, salgamos.

Cerré la puerta y todos estában afuera, caminamos por la aldea hasta qué llegamos a nuestro futuro hogar. - es hermosa.

Sí, niña - Sonrió dulcemente. - Vamos entra, debés subir de peso, sí no el niño no crecerá bien.

Entramos a la casa, eran las 5:00 pm y cómo moría de hambre. Comimos y después de un rato viendo la casa decidí irme a nuestro pequeño departamento, llamado hogar.

Niña, confíe en él, volverá por usted y por él. - me sonrió cuando dejaba la casa y emprendía mi camino de vuelta, los Nikken estaban muy contentos cuándo les dije que había alguien nuevo con nosotros.

Decidí ir a comprar víveres antes de ir al departamento, había una señora que me dijo, zorra infeliz. Buru, le gruñó y todos hicieron lo mismo, caminé hacia ella, los chicos veían de trás mío para atacar. - Mire se-ño-ra, me da igual lo qué diga, entendió. Y sí tiene un problema conmigo, tomé - le dí un papelito, con el número 1 863 507 - esperé su turno, qué para cuándo la mandé a llamar, usted ya estará en el otro mundo. Me dí la vuelta y me me fuí de ahí con mis bolsas del mercado.

Sakura - me dijo Pakkun, cuándo llegamos al departamento - La señora se quedó con el coraje.

Pues se lo merecía, y qué agradezca que no le pegué, ganas no me faltaron de darle una buena cachetada. - Seguía molesta, quería descansar de todos, me tumbé en el sillón

Oye, tranquila... El bebé - Buru tan considerado, se subió en mis piernas.

El bebé - susurré, acariciando su suave pelaje. Los demás hicieron lo mismo y se acomodaron conmigo. Prendí la tele para distraerme, mañanas tenía trabajo en el hospital y debía estar bien.

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Aclaración, no pienso matar a Kakashi.

Estoy de vacaciones, así qué creó qué puedo actualizar está historia más seguido.

Fin del comunicado.

Sean felices.