Capítulo 7

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No se si esto me esta matando, o me está haciendo más fuerte.”

Kate estaba realmente confundida. ¿Harry? ¿Peter? ¿Amar a Peter y odiar a Harry? ¿Amar a Harry y odiar a Peter? No tenia nada seguro, ni siquiera de si eso era un sueño o ya habia despertado. Si, Peter aun era su novio, pero Harry, cada vez más, su debilidad. Dos personas totalmente diferentes, ambos queriéndola, y ambos le hacian sentir cosas, también diferentes, por cierto. Entre toda esa multitud de pensamientos, Kate llegó a una conclusión: era mejor levantarse de la cama e ir hacia el colegio, pues volvía a ser lunes. Odiaba los lunes, “¿y quién no?” se decia ella misma. Pero este lunes quizás serviria para olvidar el sentimiento de prepotencia e inestabilidad que le pedian a gritos una respuesta immediata sobre lo que sentia. Pero a Kate sólo le bastaba con olvidarse de ello durante unas horas. “¡¡Mierda!!” -Gritó- “¡¡hoy es domingo!!” Respiró aliviada.

De repente, y después de ese grito que immortalizó hasta al vecino de la calle de al lado, su madre entró en la habitación corriendo.

-Kate, ¿pero se puede saber que hacer?

-Lo siento, mamá. Resignación al creer que era lunes-respiró profundamente- y es domingo.

-Hija, no es un motivo razonable para gritar- le contestó Romy, y siguió- Cambiando de tema, mañana vuelves a tener colegio, ¿verdad?-Kate asintió-, pues Harry irá contigo.

Kate abrió los ojos de golpe, intentando reconstruir en su mente lo que acababa de oir.

-¿Qué? ¿Mamá?-se acercó a ella-¿crees que yendo con Harry empezaré a sentir algo? ¿Quieres que olvide a Peter y no sabes como hacerlo?-tiró el móvil en su cama.

-Hija-le dijo en tono calmado-no lo hago para que olvides a Peter, es tu decisión hacerlo, lo hago, simplemente, para estar más tranquila-hizo una pausa-estudias lejos y puede pasarte cualquier cosa. Y, sabiendo que Harry va a tu misma Universidad..-le cogió del hombro-puedo estar relajada.

Kate frunció la frente y la miró de reojo, pero con media sonrisa aceptó que esas eran las condiciones. Una vez más, empezó a darle vueltas a su cabeza. Ahora que Harry iria con ella, ¿las cosas iban a ser más dificiles? ¿Costaria más encontrar una solución? ¿O no? Quién sabe.. Quizás el chico de los pelos rizados le daria la respuesta. Ese domingo no iba a ser diferente: palomitas en mano, peliculas y series a primera vista, un hermano molestando hasta rebentar, y un sofá entero para ella sola. A tardes horas de la noche, Kate decidió ir a ver a Harry para hablar de lo que, en aparencia, su madre queria que hiciera: estar cómo dos tortolitos en el tren, dirección a la Univerisdad. En veinte segundos estaba plantada delante de su puerta. Picó, no hubo respuesta. Picó otra vez, sin tener respuesta de nuevo. Cuando fue a hacerlo una tercera y última vez, Harry se asomó por la ventana de su habitación.

-¡Kate! ¿Que haces aquí?

-He estado picando-DIjo, señalando el timbre- pero me preocupa lo poco que utilizas los oidos. Normal, con ese pelo.

-Mira enana, mi pelo te encanta, así que voy a hacer que no he oido nada. -Dijo, revoloteándoselos locamente.

-No lo harias de todos modos.-Contestó Kate riendo, a la vez que Harry le miraba con rencor y bajaba a verla.

Unos segundos después, Harry abrió la puerta, y Kate seguia riendo.

-¿Que te hace tanta gracia? Eres la única que se está riendo-Replicó Harry, esta vez más enfadado.

-Bien, no hay nadie más-Kate dejó de reirse-y tu no vas a reirte, te he dejado mal-volvió a reir, aunque esta vez paró para continuar hablando-me ha dicho mi madre que vienes a mi Universidad, ¿no es así?

-Si, ¿también eres tan graciosa allí?-Murmuró Harry.

-En todos los lados, bonito-Respondió Kate,- así que más te vale tenir sentido del humor. Bueno, ya sabes como es mi madre-suspiró- iremos juntos. ¿A que hora?- Preguntó.

-¿Tan desesperada estás por tenerme cerca que tienes que venir a verme?-Esta vez, fue Harry quién empezó a reir.

-Eres estúpido-dijo Kate- mira, lo mejor será que lo dejemos aquí.

Harry, al ver que Kate daba la vuelta y se iba hacia su casa, le agarró de la cintura suavemente: “7:30 aquí, refunfuñona”, le susurró en el oido. A Kate se le aceleró el corazón, pero con aun dignidad suspiró fuerte, y se fue hacia su casa.

¡Fea!-Dijo Harry antes de que entrara-dicen que un suspiro es aire que nos sobra por alguien que nos falta. Al final será verdad que me necesitas.-Terminó de decir, a la vez que le guiñaba un ojo.

-Más te gustaria, creído-Respondió Kate, sacándole el tercer dedo de su mano derecha. Después de eso, entró a su casa.

___

7:30, hora en la que Kate tenia que estar a punto. Y lo estaba, tan sólo le quedaba meter en su mochila el libro de Biologia, pues ella estaba estudiando historias cientificas, mientras Harry prefería demostrar su don en las letras. Katerine bajó las escaleras y se dirigió hacia casa de Harry. Al momento de cerrar la puerta de su casa, lo vió a primera vista: gorra hacia atrás, camiseta blanca estrecha con un chaleco tejano encima, pantalones tejanos pitillo y unas Nike blancas. Sencillo, pero perfecto para ella. Como siempre, quiso disimularlo.

-¡Hostia! Si estás aquí!-Exlamó Harry-pensaba que eras una de esas típicas pijas que llegan un siglo después.

-Pues mira, aquí me tienes-Contestó Katerine, ironicamente.

-Eres puntual, me gusta, pero lo de pija lo conservo-Contestó, medio riendo-aunque también debo decir que eres la vecina más guapa que hay-acabó diciendo, flirteando.

-Harry, no empieces de buena mañana, tengamos la fiesta en paz. Las ironias te las metes por el culo, ¿de acuerdo?- Le dijo Kate, con voz irritada.

Ambos de dirigieron hacia la estación tranquilamente, sin hablar, apenas sin mirarse, con una cierta tensión entre ellos que los separaba en cuerpo, pero nunca en corazón. Se sentaron a esperar, pero no tuvieron que hacerlo durante un gran rato, pues el tren ya estaba allí. Se sentaron uno al lado del otro, pero seguian sin mirarse.

Kate, una vez arrancó el tren, se dignó a mirar la rapidez con la que avanzaba el paiseje a medida que el tren iba más rapido. El tren, a veces solía ser ella, y el paisaje su vida. Ella quería correr para perderse en el camino, pero no se daba cuenta que en ese momento, si parabas y abrias los ojos, las cosas las veias nitidas, más especiales, y porque no, más bonitas. Y una de ellas, precisamente, estaba sentada a su lado. Quiso sacarle tema, pero Harry se le adelantó.

-Es bonito.

-¿El qué?-Preguntó Katerine.

-Estar sentados en el mismo sitio donde nos conocimos. Dicen que hay recuerdos que te marcan la vida, pues este es uno de ellos.-Miró a Kate, la sonrió y miró fijamente hacia adelante.

-También es bonito ver que aún te muerdes el labio inferior cuando me miras-Le contestó Kate, con una sonrisa vergonzosa.

Harry se volvió a morder el labio, a la vez que volvia a mirar hacia adelante sin dejar de morderselo y sonreir. Finalmente, suspiró profundamente y se levantó. Le cedió la mano a Kate para ayudarla a levantarse, y Kate se la cogió. Fueron hacia la Universad, y durante un instante Harry y Kate rozaron sus manos, inesperademente. Ellos no lo sabian, pero un escalofrio les invadia por dentro deseando cogerse las manos y no soltarlas. Pero, evidentemente, ninguno de los dos dijo nada; sólo sonreian. Kate, como no, pensó en él y Peter, esta vez con esa pregunta que quizás le concluiria una respuesta: “Si te hace feliz, entonces por que estas tan triste?”. Pensamiento tras pensamiento les hicieron llegar a la Universidad, la gran Universidad. Harry no iba a la misma clase que Katerine, así que era momento de despedirse.

-Después nos vemos, fea-Dijo Harry.

Kate miró a Harry con intención de irse, pero Harry se acercó a ella antes de que lo hiciera.

“Pensándolo bien, señorita Evans, llamarte fea si que es irónico”-le susurró.

Hold me, idiotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora