“Y fue entonces cuando descubrí que no podía mirar a nadie como lo miraba a él.”
Ojeras en los ojos, una noche entera sin dormir, pensamientos revoloteando la cabeza y piel, y con ella, el bello de punta recordando momentos al lado del niño de sus ojos. Katerine quería evadirse del mundo, pues aún recordaba el tono que tenían las palabras de Harry al expresar el enfado después de ver a Peter. “Él te quiere como premio, yo cómo persona. Él te intenta enamorar jugando, yo siendo quién soy.” Una vez detrás de otra, esa misma frase retumbaba en la cabeza de Kate. Harry tenía razón, y ella lo sabía. Pero muchas veces, el recuerdo de alguien que te ha mantenido viva durante tanto tiempo te da suficientes fuerzas para perdonar el qué o quién te ha hecho daño.
Sin ganas de nada, Katerine bajó a desayunar, pero sin propósito alguno: su estómago estaba cerrado, no tenía hambre. Cerró la nevera, cuya estaba abierta hacía medio minuto, ya que Katerine no sabía que coger. Miró hacia la ventana, dónde podía ver el jardín de Harry, pero no su habitación. Volvió a subir, y se dejó caer, de nuevo, en la cama. No tuvo tiempo de cerrar los ojos, pues su móvil estaba sonando de nuevo. De una manera u otra, sólo quería que en la pantalla apareciera el nombre de Harry. “Harry, por favor, Harry” murmuraba. Pero desgraciadamente, no era él, aunque pensándolo bien... Sabía que esa llamada era necesaria.
-Mi niña...-dijo Anne, con tristeza-¿cómo estás?
-Mejor amiga... Bueno, estoy-respondió Katerine, sin ganas.
-William me ha contado lo que ha pasado. No estés mal, tonta. Todo irá bien, palabra de mejor amiga- Exclamó Anne, esta vez con tono más alegre.
-Joder, es que Peter vino a pedirme perdón, ¿sabes? Y joder, yo estaba allí, mirándolo, y sus ojos me decían que realmente lo sentía, An-dijo Kate- y Harry se enfadó conmigo y no sé nada de él. No quiero perderlo...-Añadió.
¡Eh, Katerine!-Dijo Anne- ¡No lo vas a perder! ¿Me oyes? Son celos, ya se le pasarán. Ahora-hizo una pausa- escúchame. Tengo una petición para ti.
-Sorpréndeme-Dijo Kate.
-Hoy. 11 de la noche. Llegar a la playa. Buenorros esperándonos. Amigas locas. Olas escuchándose de fondo. Alcohol. Tiendas de campaña. Comida. Tu. Yo. No sé, piénsalo.- Dejó caer Anne, riendo.
-No estoy para fiestas, tía..
-Bueno, el hecho de que te diga que lo pienses no quiere decir que te lo esté preguntando. No te lo pregunto, te lo afirmo-Dijo, riéndose más-esta noche paso a buscarte.
-Pero…-Interrumpió Katerine.
-Blah, blah, blah. Yo también te quiero.-Dijo Anne, sin dejar hablar a Katerine y colgando.
Katerine pensó que quizás esa fiesta le despejaría un poco la cabeza, que era lo que realmente necesitaba: pensar en otras cosas que no fuera el amor, quererse un poco a sí misma y disfrutar con su gente, la de su Universidad. Dejar de lado sueños rotos, beber, correr, mojarse y tirarse en sentido contrario a las olas mientras estas chocan contra tu cuerpo. Era lo que necesitaba, decir menos “te quiero” y más “me quiero”. A diferencia de los otros días, hoy no le tocaba arreglarse, ni maquillarse, ni peinarse, apenas vestirse como si de una gran fiesta se tratase, pues no serviría de nada, la humedad, el agua y la adrenalina se apoderarían de ella esa noche. Se conformó con dormir todo el día, era una de las otras cosas que necesitaba. Dormir, pero sin querer soñar. Esos días en los que duermes y no sueñas, ves una pantalla en negro, que no da señal de tener vida. Una pantalla la cual no recuerdas nada, por el simple hecho de que no pasa nada. Ese es el tipo de sueño que quería Katerine: uno donde no tuviera que pensar en nada, simplemente relajarse, dejar la mente en blanco (o negro) y suspirar profundamente sin miedo a que nadie le dijera lo contrario.
![](https://img.wattpad.com/cover/17893011-288-k784637.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Hold me, idiot
Teen Fiction"Ese amor que no sabes a ciencia cierta qué significa, que no sabes ni dónde empieza ni dónde acaba. Te gusta verlo, encontrarte y hablar con él, te cae bien y, cuando pasas un poco de tiempo sin verlo, lo echas de menos. En fin, ese amor que no pue...