Capitulo 28: Otra oportunidad.

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—No tiene importancia, Carlos. Leo y yo quedamos en un trato.

—Daryl ayer llegó a mi casa ebrio, al parecer quería olvidar a una rubia.

Parece que mi corazón va a salir de mi pecho, no digo nada y trato de parecer lo más serena posible.

—Ya sabes todo, no hay nada entre Jerome y yo. Me
Sentí engañada, no pienso hablar más del tema.

—Sabes que muy en el fondo tú lo hubieras hecho por Leo o hasta por Daryl.

Tiene razón.

—Así que si quieres alejar a Daryl hazlo por otra razón y háblale con la verdad, los dos son mis amigos no quiero que sea incómodo.

Se levanta decidido a irse, me deja confusa y tiene razón en todo.

Mi teléfono comienza a vibrar lo tomo y es Leo.

— ¿Que pasa?—pregunto.

—Necesito que me pases a Daryl, no contesta mis llamadas.

—Aquí no está.
Un silencio se esparce.

—Mierda.
Cuelga sin más que agregar.

La mañana pasa lento, necesito despejarme pensar claro, desahogarme. Rápidamente recuerdo el gimnasio de Matt: el hermano gemelo de Daryl.
Decido salir más temprano y acabar todos los pendientes de hoy. Doy una vuelta y un mecánico me dice que me buscan afuera me apresuro a ver quien es y es Henry.

—Estoy listo para comenzar mi servicio—sonríe.

Lo olvidaba.

Miro el reloj: 3 de la tarde.
Levanto mis ojos al cielo, no estoy lista para hacer un papeleo acreditando que está haciendo su servicio aquí y menos de explicarle.

—Henry—tomó sus hombros y caminamos más adentro—. Donde está el jetta a la derecha está Carlos en él área de pintado. Dile que yo te mande para tu servicio.

Lo mando hacia allá y me apresuro a acabar el papeleo. A los 15 min veo como timbra mi teléfono, tomo la llamada y es Carlos.

—Oye, aquí está Henry eso a ti te corresponde rubiecita.

—Lo sé, pero quiero hacer unas cosas más temprano, sabes que eso se tarda. Ándale, por mi—pido haciendo un puchero.

—Está bien, haz lo que tengas que hacer.

Cuelgo el teléfono, acabo todo y salgo hacia la villa, cuando llego no hay nadie, ni idea donde pueda estar Leo. Me desmaquillo, tomo una maya deportiva con un top corto, amarró mi cabello. Dejo mi bolsa y tomo la que me llevo a hacer entrenamiento.
Una vez fuera siento que alguien me mira, trato de encontrarme con esa mirada pero no veo a nadie, solo el vecino que riega su jardín me sonríe, yo le imito y subo a mi auto.

Que raro.

Enciendo mi auto y manejo hacia el gym de matt, una vez ahí, camino a dejar mi bolso en el estante y comienzo a golpear el saco con fuerza despojándome de cualquier frustración y tratando de olvidar.
Alguien se posa tomando el saco con fuerza para que no se vaya veo y es Matt.

—Hace mucho que no te veía, eh.

— ¿Mucho?—cuestiono extrañada.

—Es bueno verte, Kate.

Trato de ignorar ese comentario, veo como le hablan unos chicos y matt se disculpa que tiene que irse.

Un tiempo golpeando el saco me relajo tomando agua, volteo y me exalto de lo que veo, esta Trevor haciendo pesas, me molesto y me acerco.

— ¿Que haces aquí? ¿Me estás siguiendo?—pregunto molesta y el para de hacer ejercicio se levanta.

— ¿Que? Solo vine a ejercitarme ¿acaso eso es malo?

—Bueno, me voy te dejo tranquilo—tomo mi bolsa con mi agua en mano y el me jala del brazo.

—Vale, si te seguí.

—Suéltame—ordeno.

Me suelta y suspiro.

—Kate, necesitaba hablar contigo.

Veo el panorama, Trevor sin camisa, en otras circunstancias lo hubiera pensado pero ahora solo quiero irme.

— ¿Que quieres? Dejamos todo muy claro.

—Yo te amo—confiesa.

Bajo la mirada, no puedo mantenerle la mirada.

—Para. Ya esto no tiene sentido.

—Si lo tiene para mi, teníamos algo especial, regresa conmigo.

—Ajá, ¿y después que? ¿Si te molestas te vas a acostar con cualquiera?

—¿Hay algún problema por aquí, Kate?—interrumpe Matt.

Trevor voltea a verle, sus ojos se encienden.

—¿Por que carajos te encuentro en todos lados? ¿No tienes algo mejor que hacer?

—Tío, ¿de que estás hablando?—pregunta Matt extrañado

Se apena y calla. Entiendo, piensa que es Daryl

—¿Matt, no?

Camino a la salida apresuradamente aprovechó que se distrae. llegó al parking y cuando voy a abrir el coche el cierra la puerta.

—No puedo vivir sin ti. Aquella tarde que te vi me di cuenta de mi error, regresa por favor. No dejo de pensarte, tus piernas, toda tu me vuelve loco, ¿que quieres que haga?

Dentro de mi me conmueven esas palabras pero no dejo de pensar en Daryl, es injusto.

—Nada, Trevor. Es mejor terminar bien.

Sus ojos comienzan a cristalizarse, no quiero seguir aquí, no quiero ver esto.

Se hace para atrás y subo a mi auto, lo enciendo, no quiero mirarlo, solo salgo del parking. Las lagrimas me invaden. No es justo que se haga ilusiones vanas.
Llego a casa, son las 7 de la noche, estoy súper cansada.
Me doy un baño y me recuesto sobre el sofá, la imagen de Trevor sigue atormentándome. 

Escucho que llega alguien, veo por el ventanal y es Henry, entra apresurado, no me habla ni nada solo suba a su habitación y yo la ignoro. Quiero ser la misma de antes, Martes, Viernes y sábado esos días retumban en mi cabeza los días que se juntan en el centro a correr, hace meses que no voy ¿será buena idea?

A través de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora