Capitulo 29: Mas problemas.

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Quedo profundamente dormida, al día siguiente me visto con unos jeans, botas negras y camisa blanca, tomo mi chaqueta de cuero y bajo. Cuando voy a bajar las escaleras, me llama la atención la habitación de Leo, me desagrada la gente entrometida pero algo me dice que entre.
Esta Leo profundamente dormido, quien sabe a qué horas llego. Olvido mis pensamientos y bajo a desayunar, esta Henry comiendo cereal. Deposito mi bolso en la mesa de entrada y me acerco a él.
El solo baja la mirada molesto.

—Ayer tú tenías que estar conmigo.

—Lo lamento. Quería ir al gimnasio y tardaba mucho.

— ¿Pasa algo?
Esa pregunta últimamente me pone de nervios.

—No nada, Henry, es solo que he pasado por cosas difíciles últimamente, ya sabes la pelea y eso.

—Entiendo.

Me sirvo un plato de cereal antes que baje Leo para irme, acabo de comer y me lavo los dientes, tomo mi bolso y Henry me detiene.

— ¿Me llevas al colegio?

—Claro, vámonos.

Subimos al auto, y el me indica para donde queda. Una vez fuera me toma la mano.

—Sabes que cuentas conmigo para lo que sea ¿no?

—Claro que si de eso no hay duda.
Sonríe y sale del auto. El sabe que algo me pasa y espera a que yo hable.
Llego al taller y están todos como de costumbre, cada quien en lo suyo, mi corazón se sobresalta y me empiezan a sudar las manos cuando veo a Daryl, él aún no me ha visto, voy casi corriendo a mi oficina de que él no me vea. Cuando abro la puerta está un enorme arreglo de flores, ¿Será que Daryl me lo envío? En mi rostro automáticamente se dibuja una sonrisa.

—¿Ya llegó Kate?—escucho que preguntan.

Salgo de mi oficina.

— ¡Acá estoy!—exclamó para que me escuche.

Carlos se aproxima a mi, me hace una seña que hablaremos dentro.
Yo entro y él va detrás mío.

—Necesito hablar de algo important... Wow ¿que es esto?

—Ni idea llegue y aquí estaba, ¿Será que Dar..

—No es él, yo entre con él, de hecho nosotros abrimos y nadie entro aquí.

Comienza a esparcirse la angustia.

— ¿Y quien es entonces?
Carlos cierra la puerta con seguro.

—Busca si hay una tarjeta.

Obedezco y me hago con un papel de seda, lo leo y mi piel se hiela.

Te deje unos cuantos regalos, no te olvides de mi. J.

¡Pero que carajos!

Carlos me arrebata la tarjeta y la lee.

—. ¿J? ¿Como pudieron haber entrado?

—Maldita sea, ¿Que es lo que me tienes que decir?

Estoy mega cabreada, si él sabe que aquí laboro y pudo haber entrado no se cansará, quiere llamar mi atención.

Carlos me mira pensativo y me jala hacia el área de pintado. Llegamos y abre el cofre de un auto hay como 7 paquetes de droga, mi corazón late al mil por hora y yo siento desfallecer, mi vista se borra y caigo.

Siento como Carlos me carga y me sienta.

— ¡¿Que le pasó?!—cuestiona una voz que la conozco de sobra.

—Se ha desmayado.

— ¡Kate reacciona!—siento pequeñas palmadas en mi mejilla y comienzo a cobrar el sentido.

— ¿Estás bien?

—Si...

Me sobo la cabeza mientras me levanto de la silla.

—No quiero que hablemos aquí, en la noche espero a todos en la villa—le susurro a Carlos y Daryl parece no entender nada. Carlos asiente—. Por lo tanto esconde eso.

Me marcho a mi oficina sin más y Daryl viene atrás mío, siento un mar de emociones.

Entra y cierra la puerta consigo, yo me siento en mi escritorio.

— ¿Que fue esto?

—No fue nada, ya escuchaste en la noche te espero allá.

—No puedo esperar más.

—Daryl, tengo muchas cuentas que hacer.

—No me interesa.

Se acerca a mi y siento que mi corazón se saldrá.

—Quiero olvidar que estuviste con Jerome y quiero que olvides que te mentí. Pero no te he mentido acerca de lo que siento por ti, te adoro.

—Muy tarde para todo eso, ¿no crees?
Me levanta de mi silla y me pone de frente, este acercamiento me asusta pero me encanta. Me dejo llevar por el momento, disfruto de su contacto, sus grandes ojos color avellana se posicionan en mis ojos, se profundizan, no puedo más y tomo la iniciativa, lo beso y él me sigue, quiero más de él, desliza mi chaqueta y está cae al suelo, me levanta con sutileza y yo enrollo mis piernas en su caderas me posiciona arriba del escritorio, besa mi cuello desesperadamente, sube mi blusa, sus dedos rozan con mi piel, eso hace que me arquee. Desprendo su camisa de él, queda su torso al descubierto, acarició su espalda mientras que el besa mi cuello, finalmente quita mi blusa y mi bra negro queda a su vista.

—No te vuelvas a separar de mi—pronuncia con dificultad mientras que beso su torso.
Me separo.

—Daryl, tengo mucho trabajo, no tarda en llegar Leo—Sus ojos se clavan en los míos.

Le doy un último beso en la boca y me aparto para ponerme mi blusa.

—Esta bien, estaré esperando la noche con ansias.

Le sonrío y él se viste al igual. Una vez puesta mi chaqueta, me siento en mi escritorio sacando unos papeles, cuando me vuelvo a mi escritorio sigue estando aquí

— ¿Pasa algo?

—No nada, solo que aunque te suplique no me contaras ahora ¿cierto?

—No—río.

—Vale, voy a terminar.
Se separa de la pared donde estaba recargado y se acerca a mi, deposita un suave beso en los labios y sale.

Me quedo muy pensativa acerca de todo, cuando leo se entere de esto se cabreara demasiado, temo que haga algo estúpido. Tengo que manejar la situación con calma.
Acabo de hacer las cuentas y son las 2 de la tarde me tomaba pequeños descansos, por fin termino y me tomo el poco café que me quedaba.

Veo cómo abren la puerta y es Henry con Leo.

— ¡Hey! ¿Se puede?

—Sí, claro—respondo levantándome de la silla saludándolos.

A través de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora