Capitulo 27: mentiras.

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Acaricio a mi mascota quien me busca desesperadamente. Leo guarda silencio, yo rompo con ese silencio.

— ¿Así es esto? ¿Me seguirás mintiendo?

Camina hacia el cristal que lleva al patio trasero, no dice nada solo abre la puerta deslizante y sale, yo le sigo.

— ¿No me dirás nada? ¿Me seguirás dejando a un lado?—sigo cuestionándolo esperando una respuesta.

— ¿Que quieres que te diga? Me buscaron problemas y respondí, solo te protegía.

—No es tan fácil Leo, conozco las reglas de la calle no puedes seguir así. ¿Quieres estar con Lisa? Para. Si te buscan ignóralos.

Toma asiento en una mesa de hierro frente la gran piscina, yo le sigo.

—Siempre eres la inteligente aquí—admite mirando el vacío.

—No lo soy, lo pensé, medité todo. Te entiendo.

Gira su cabeza hacia mí extrañado por mi comportamiento, en otras circunstancias me haya alejado de él.

—No entiendo—confiesa.

—Yo también te he mentido o te he ocultado cosas.

Pienso seriamente en darle la bomba acerca de Jerome y el trato.

—Yo tengo un trato con Jerome, él no se meterá en tus asuntos y tú tampoco en los de él, ¿está claro?

Abre los ojos como platos y arquea una ceja, ríe ante mi comentario.

—¿Tú? Un trato con Jerome, estás bromeando ¿cierto?

—No bromeó, ¿crees que bromearía con algo así? Acepto a mi propuesta por qué el y yo ya teníamos algo.

Esta vez se levanta y duda. Se está comenzando a alterar.

— ¿Que es exactamente? Ya dilo.

—Yo tuve un pequeño romance con Jerome. Hablé con él y acepto, solo no te metas con él y él tampoco en tus asuntos

Me levanto dispuesta a irme y acabar con esta conversación incómoda.

— ¡Maldita sea! ¿Como te pusiste a ir con Jerome?—exclama.

Siento una mirada y la sigo, veo que está conversación no era de 2 era de 3, Daryl está parado en las escaleras hacia el garage.
Tomo mi bolso y mi celular para irme lo más rápido.
Leo se da cuenta del tono que utilizó y mira a Daryl incómodo.

Camino cruzando la piscina y Daryl habla.

— Espero que esto sea una broma—dice Daryl mirándome.

Veo a Leo bajar la mirada.

—¡Que más da! Háblalo con Leo, son expertos engañando.

Casi corro hacia dentro y subo a mi habitación, cierro la puerta con seguro y abro mi ventana que da hacia la piscina escucho que Daryl le pide explicaciones a Leo y el solo le dice que así lo dejé.
Que difícil ha sido todo esto, me tiro en la cama pensando en la noche que Daryl y yo estuvimos juntos, una ola de calor recorre mi cuerpo, sonrió al recordar, pensando y pensando me quedo profundamente dormida.

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