Capitulo 37

128 0 0
                                    

—Ahhhh si, Kate yo estudié con Lana el bachillerato en Miami, hace varios años.

Que pequeño es el mundo, joder.

— ¡Kate johnson!—exclama divertida—. Cuanto has cambiado mírate.

Me cae de la jodida esta tipa, me pongo en plan hipócrita.

—Mírate Lana, te han sentado los años bien.

Me sonríe hipócritamente y Trevor toma la palabra.

— ¿Y qué haces aquí?

—Regrese por algo que me pertenece—sonríe de lado.

Zorra.

— ¿Ah si? ¿Un chico?
Timbra su teléfono y contesta haciéndole una seña de que espere.

—Si, estoy aquí afuera, ven acá.

Cuelga su teléfono y toma la palabra.

—Quiero presentártelo.

No pasa mucho y Daryl aparece, se le abren los ojos como platos al verme.

—Daryl, él es Trevor, Trevor, Daryl. Es un amigo de mi bachillerato en Miami.

Daryl gira los ojos molesto y se miran con odio los dos. Tranquila, tranquila.

—No sabía que Daryl era eso—dice Trevor amenazante y fijando la mirada a Daryl, luego voltea hacia mi y no logro describir.

Esto es realmente incómodo; parece Lana no entender nada, al parecer sospecha de alguien más menos de mi. No puedo más con la situación que me escabullo por el estacionamiento.
Me vale un comino si me veo como loca, solo busco mi auto, no me siento bien, estoy ebria.
Me subo y cierro la puerta con rapidez. ¿Qué hago?
Enciendo el motor y manejo al lugar donde conocí a Daryl.
Estaciono mi auto y todos voltean mirándome, me bajo y camino segura de mi.

— ¡Kate!—escucho una voz familiar.

Volteo y está Jazmín, no creí volverla a ver.

— ¿Que te trae acá? Varios meses sin saber de ti.

—Vengo a despejarme, extrañaba venir a correr.

—Leo ha estado acá.

—Aja, tengo entendido eso.

—Solo vino a despedirse.

Me sobresalto.

— ¿Que?

—Si, al parecer quería alejarse de la banda.

—No entiendo.

—Tampoco nosotros, simplemente le dijimos que aquí lo estaríamos apoyando, después de todo de aquí salió.

Me entra nostalgia el recordar como Leo puso su primer taller.

—Hablaré con él.

Me abraza y sonríe.

—No hables con él, está enamorado y espero que funcione, solo dile que aquí estamos para el siempre. Y tú, tú nos tienes muy orgullosos.

— ¿Por que?

—Nosotros ayudamos a Leo a que acabaras la universidad, no nos esperábamos menos, siempre lucho por lo que quería y ve ¿Una empresa? ¿Crees que en aquel tiempo él se lo haya imaginado? No nos arrepentimos de prestarle dinero cuando ocupabas algo para tu universidad, devolvió todo y más a cada uno de nosotros, déjalo ser feliz, si la tipa con la que está lo hace feliz, nosotros somos felices, aún recuerdo cuando tuvo que dejar la uni para trabajar en el taller de el otro lado de la ciudad—sus ojos se cristalizan—. El hizo mucho por ti, solo dile que gracias por permitirme ayudarlo y verlo superarse, no se lo dije a él por miedo, Kate. Pero dile que estaremos siempre para el ¿si?

—Yo se lo dire—mis ojos se humedecen, yo no sabía nada de esto, se acerca y me abraza.

—No lo dudamos—dice a mi oído.

—Cuando quieras ve a visitarnos.

—Lo haré, quiero verlo.

Se acerca un hombre con chaqueta de cuero, cabello casi rojizo peinado hacia atrás, con una cicatriz en su rostro, fornido. Nos separamos.

—Jaz, ¿no me presentas a tu amiga?

—Tu no pierdes oportunidad, Owen. Ella es Kate Johnson, no creo que te quieras meter con Leo.

— ¿Hermana de Leo?

Asiento.

—He hablado un par de veces con Leo. Gran tío.

—Si, lo sé.

— ¿Y? ¿Correrás?

— ¿Yo?—pregunto incrédula.

—Si, tú.

—No, no. Solo vine a visitar.

—Deberías, Kate.

—No estoy bien.

Jaz duda y luego comprende.

—Bueno, quien correrá esta noche es Jerome.

¿Que? Mejor me voy.

—me tengo que ir.

Doy la vuelta apresuradamente a mi auto y un cuerpo realmente fuerte me sujeta.

— ¿Kate?

—No es forma de llamar mi atención.

Levanto mi mirada a la voz que me llama y me encuentro con sus iris esmeraldas.

—Espero te haya gustado mi regalo.

—Lo odie.

—Mmmmm, del odio al amor solo hay un paso querida.

—No, me tengo que ir.

—Espera, ¿por que tanta prisa?

—Escucha, Jerome, si quieres que lleguemos a tener una relación no precisamente amorosa, déjame irme.

El planta su mirada en la mía, voltea a ver alrededor y simplemente se aparta, me subo al auto en cuanto se quita de mi camino y manejo a la villa, me estaciono fuera del garaje y camino a la entrada principal, alguien me jala.

—Shhhhh...

Cubre mi boca y siento desmayarme, ¿Quien será? ¿Que busca? Mi respiración se corta. Trato de forcejear pero es inútil, solo consigo que el ponga mas resistencia, trato de calmarme y el pone su boca sobre mi cuello, siento su respiración agitada.

— ¡Suéltame!

—No es una buena opción, querida.

No puedo respirar más, estoy bloqueada tengo miedo, lo que hace es aventarme entre los arbustos y se sube sobre mi, logro ver su rostro.

— ¡No me toques!

El sonríe burlándose y me voltea bruscamente.

— ¡Suéltala!

A través de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora