Capitulo 33

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—¡Oh por dios! Yo nunca coqueteé, ni le seguí el juego, vino a decirme que él podría ayudarme con lo de Jerome.

El sonido de un auto llama mi atención, es Henry. Me agacho en el asiento, espero a que entre al interior y me levanto. Por lo tanto sé que llego bien.

—Y luego lo de Steve, sabes lo que estaba dando a entender.

— ¡Me muero de celos, Kate!

—Mírame.

No hace caso, tomo su rostro en mis pequeñas manos y hago que me mire.

—Te amo, Daryl.

Sus ojos se clavan en los míos y me pierdo en ese hermoso color avellana, automáticamente se va la furia y llega la ternura.

— ¿Me escuchas? Te amo, nunca te haría algo que te hiciera daño, estoy tan ebria que podría entregarme a ti ahora, tú puedes tomar posesión de mi cuando quieras, podemos desaparecer tú y yo, así de segura estoy de que esto no es un juego.

Termino mi frase y me besa desesperadamente. Se separa y habla.

— También te amo.

Mi corazón da al mil por hora, sus besos me embriagan, su perfume me encanta, me puedo fundir aquí ante el.
Sus besos y el calor de la bebida despiertan el instinto en mi.

—Quiero que me hagas tuya, te deseo—susurro a su oído.

—También quiero sentirte, lo deseo—susurra en mi oído. Sus palabras me dan un escalofrío—. Pero, si nos vamos así sospecharán.

—No me importa—me lanzo a besar su cuello y el se estremece.

—Kate—pronuncia con dificultad—. Para, para.

Me quito mi chaqueta sin dejar de besar su cuello.

— Si quieres sentirme, demuéstralo—desafío cerca de su cuello.

En este momento no soy yo, quiero más de él.

—Está bien, pero, regresa y haz como que te vas a dormir y te sales.

Me separo y lo miro pícaramente.

— ¿Ah si? ¿Me robaras?

—Me encanta que seas así.

Le sonrió y tomo mi chaqueta mientras salgo del coche, camino cautelosamente por detrás para subir por la terraza, no sé si lo logré por este estado, me esfuerzo y lo consigo, me pongo la chaqueta y camino lo más acorde posible, estoy encendida de pasión y ebria, espero no estar sonrojada, en mi piel se nota demasiado.

— ¡Henry! Llegaste.

Está sentado en la barra tomando leche.

—Si... me dijiste que ya viniera.

—Ah, ¿si? ¿Yo te dije? Emmm si, me voy a dormir es tarde.

— ¿Es en serio? ¿Estás tomada?

—Poco, pero ya me voy a dormir. Saca a isis y Zeus del garaje.

A través de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora