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No recuerdo la última vez que había tenido una resaca de esta magnitud. Me estaba debatiendo seriamente en si tirarme del segundo piso o golpearme con un martillo. Que alguien en diga en qué momento fue buena idea beber un lunes, Yun cada día el cerebro te funciona menos.

―Aquí tienes― la enfermera me extiende una aspirina y un vaso de agua― puedes quedarte hasta que la jaqueca pase. Debo salir a firmar unas cosas, si necesitas algo no dudes en llamar a alguien.

Asiento y veo como se va, cerrando la puerta detrás de sí. Trago la pastilla y me recuesto en la cama. Cierro mis ojos y recapitulo el día de mierda que he tenido. Veamos.

Ser despertada por los gritos y empujones de Yoongi no había sido lo mejor. De hecho, me puso de tan mal humor que no tuviese consideración con su invitada que estaba a punto de morir a causa de una horrible resaca.

El maldito casi me saca de su casa a empujones, al parecer el tampoco estaba de bueno humor y se desquitó conmigo. De mala gana fue que me trajo a la escuela, pero él no entró, apenas salí del coche el aceleró y se perdió entre el tráfico.

Luego Jimin me avisa por mensaje que no asistiría a clases, por unos asuntos pendientes con la pelirroja de anoche. De solo pensar que tipo de pendientes harán esos dos me da asco.

Y para terminar, tuve que salirme de mi primera clase para venir a enfermería, porque enserio no me sentía bien, veía la luz al final del túnel, este es mi fin.

― ¿Yun? ―la voz de Tae rompe el silencio― hey, ¿Cómo te sientes?

Se acerca y arrastra una silla para ponerla a lado de la cama. Sujeta mi mano y entrelaza nuestros dedos. Este tipo de muestras de cariño, nunca me han incomodado y más si se trata de Tae.

―Me siento de la mierda. Para la próxima evita que me largue con mi hermano a beber un lunes.

Deja salir una risilla y hago lo mismo por la humorística situación. Abro los ojos y me fijo en que la perfecta piel de Tae ha sido marcada por unos cuantos moretones y las ojeras se han marcado demasiado, como si no hubiese descansado en dos o tres meses.

―Te ves horrible ―suelto y me siento en la orilla de la cama― normalmente, tu luces mejor que yo.

―Si bueno, hoy no quise opacarte con mi belleza.

Hace un intento de sonrisa pero parecía más una mueca. No indago más en las posibles situaciones en las que pudo haber estado metido9 mi mejor amigo, así que dejo el rollo y me recuesto de nuevo.

Conversamos de otras cosas y el tiempo vuela, tanto así que el timbre de la hora de receso ha sonado. La enfermera no regreso y mi dolor de cabeza despareció gracias al cielo.

Me sentía mucho mejor, así que tomé mi mochila y salí junto con Tae para irnos a la cafetería a pedirnos algo de comer.

―Ve por una mesa, invito yo ―su sonrisa cuadrada cubre la mayor parte de su rostro. No discuto porque recuerdo que no traje dinero.

Me encamino a una mesa libre y por suerte veo una, aunque no estaba libre de todo ya que Jungkook y Sunmi estaban sentados en ella.

―Hola ―saludé tomando lugar a lado de la chica― ¿Cómo estuvieron las clases sin mí?

―Nada nuevo, creí que no habías venido, pero luego supe que estabas en enfermería. ¿Te sientes mejor? ―pregunta Sunmi ofreciéndome un poco de su café, declino la oferta.

―Si, ya estoy mejor. Por cierto, ¿siempre si jugaron videojuegos ayer?

Jungkook niega y toma de la pajilla que está insertada en una cajita de leche sabor vainilla.

Bad Boy. M YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora