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Día 1 de 7.

La alarma suena, me remuevo en mi cama y saco el celular debajo de mi almohada. Desbloqueo el aparato para apagar el chirriante sonido y el brillo de la pantalla me deja cegada por unos momentos. cuándo logro tener la vista clara, veo la hora y son las 2 de la tarde. Sonrío por que se siente increíble levantarse a estas horas.

―Bien... ya perdí la mayor parte del día así que...

Cierro de nuevo mis ojos y caigo en otro sueño profundo.

A las horas sucede lo mismo que ocurrió en la tarde, la alarma suena y hago el mismo procedimiento, solo que esta vez la hora cambia y ya no son las dos de la tarde si no las ocho de la noche. Tal vez, en mi otra vida fui una piedra porque podría seguir durmiendo pero mi estomago ruge y eso quiere decir que tengo hambre.

Limpio el hilo de saliva que se ha regado en toda mi mejilla y me estiro. Mi habitación se ve más oscura de lo normal y es que claro, afuera ya debe estar oscuro.

Me coloco las pantuflas y hago un camino perezoso a la cocina, sin embargo, me detengo ya que escucho el ruido de la televisión. Me quedo estática al pie de la escalera y pego mi cuerpo a la pared, busco algún objeto que pueda servirme como protección y doy con una sombrilla.

―perfecto.

Camino de puntitas agarrando con fuerza mi arma, asomo y la sala está a oscuras pero puedo ver como una cabeza sobre sale del sillón, trago en seco y camino hasta llegar al respaldo del mueble, levanto la sombrilla y doy un golpe seco

―¡Ahhh! ¡salte de mi casa ladrón! ―golpeo varias veces y el cuerpo se levanta sujetando su cabeza― ¡vete, vete!

La luz se enciende y puedo ver a Yoongi cerca del interruptor sujetando su cabeza, suelto la sombrilla y mi rostro se torna confuso.

―por cierto, Yoongi tampoco irá al viaje. Le he pedido que venga todas las noches a verte para saber como estás, y ni se te ocurra no abrirle la puerta porque tiene copia de la llave de la casa.

Las palabras de Jimin atacan mi memoria y ahora estoy roja de la vergüenza, recordando que el pálido vendría a cerciorarse de que estuviese bien.

―¡Yun! ―grita mi nombre eufórico― ¡¿Qué demonios sucede contigo niña tonta?!

Me acerco cautelosa a él y veo como se frota el área donde le he golpeado. Mantiene esos gestos de dolor y la culpa me invade.

―Más bien que demonios sucede contigo Min. No puedes estar aquí muy cómodamente en mi sala, esperando que no me asuste con una presencia que no debería estar en mi casa si se supone que estoy sola ―reviro los ojos y sujeto su mano sentándole de nuevo.

―Creí que Jimin te había dicho sobre que vendría ―me observa y puedo notar como sus parpados se abren más de lo normal cuándo siente como mi mano ahora acaricia su cabeza― ¿te dijo, no?

―Si me dijo pero ―muerdo mi labio disfrutando de lo sedoso que es el cabello del chico― se me olvidó.

―Si que eres tonta ―golpea mi mano― ¿llevas durmiendo todo el día?

Se recuesta en el respaldo y extiende ambos brazos por encima. Me doy el lujo de examinar esa mandíbula filosa y su manzana, tremendos pecados están siendo reproducidos en mi perturbado cerebro.

―Estamos en vacaciones, eso es lo que se hace. Tengo hambre.

―¿Y que? ¿me ves cara de cocinero o algo parecido? ―chasquea la lengua al escuchar como mi estomago ruge― hay ramen instantáneo o puedes pedir una pizza.

Bad Boy. M YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora