Bad Boy. M Yoongi

24

Los días transcurren con cierta normalidad, las vacaciones se terminan y junto con ello mi tranquilidad de no tener exámenes y trabajos encima. Hoy regresaríamos a clases y por muy raro que suene, estaba feliz de volver a ese infierno llamado escuela.

―Buenos días ―saludo agarrando una manzana del frutero y llevándola a mi boca― ¿Cómo han dormido?

―Excelente princesa ―mi padre besa castamente mi frente― ¿lista para regresar a clases?

―Para nada. De hecho, ando deseando que le caiga un árbol encima a mi nueva aula― me mira por encima de sus lentes y niega divertido.

Saludo a mi madre de igual forma y paso olímpicamente de Jimin, quién igual ignora mi presencia. Desde el pleito que tuvimos esa noche, ni él ni yo cruzamos palabra. Nuestros padres se han dado cuenta de la separación entre él y yo pero prefieren no opinar sobre nuestros problemas "hormonales" cómo dicen ellos.

El clarxon suena y salgo corriendo sujetando mi mochila y las llaves de la casa. El viento fresco revolotea mi cabello y de igual forma los olanes de mi falda. Troto hacia el vehículo y abro la puerta, adentrandonme y sintiendo la calefacción golpear mi cara.

―Hace un frío de los mil demonios y tu traes falda. Hay un dicho que dice, las putas nunca tienen frío, pero tu no eres una puta.

Ruedo los ojos y bufo apagando la radio.

―Llevo medias debajo de la falda, ya pareces mi madre.

―Solo cuido de que mi mejor amiga no muera de frío ―saca la lengua y se mira por el retrovisor― por cierto, te mandan esto.

Saca de la guantera un sobre. Las mariposas se instalan en la boca de mi estomago y no puedo evitar chillar como niña pequeña.

―Solo ábrela y ahogate en la miel de tu no novio.

Abro el sobre, sacando de esta una carta doblada a la mitad.

Ten un lindo día.

 YG

Era todo lo que decía, pero eso me bastaba y sobraba para ponerme peor que una gelatina. El día estaba comenzando mejor que nunca.

―Para la próxima dile a tu novio que no vaya a dejarme sus cursilerías a las 5 de la mañana. Por su culpa me han regañado.

Le ignoro y guardo la carta en mi mochila. Continuamos conversando sobre cosas casuales hasta que llegamos a la escuela. Estaciona el vehículo y bajamos, encontrando a los mismo estudiantes de siempre. Uno que otro se había tinturado el cabello y otras se hicieron perforaciones, tatuajes o implantes, como siempre... nada nuevo.

―Yun ―Jungkook llama por mi nombre a la distancia, pero sin dejar de ver a Sunmi― necesito hablar contigo.

Mi amiga revira la mirada y dice que me ve luego. Las cosas entre ellos no se habían solucionado ni un poco. Pusimos en práctica varios planes pero ninguno sin éxito. Sunmi no perdonaría tan fácil a Jungkook aunque él no tenia intenciones de desistir. Tan necio como siempre.

―¿Qué ocurre?

―Ayer se me ha ocurrido algo genial ―aplaude emocionado y muero de ternura― sería buena idea si fingimos un secuestro ―toda la ternura se va y solo me dan ganas de darle una patada en el trasero― se que se escucha de locos, pero tengo fe en que funcionará.

El timbre suena y sin tiempo de despedirme sale corriendo. Suspiro y me encamino a mi primera clase.

Entro al aula y tomo mi lugar de siempre, Sunmi ya se encuentra sentada a un costado, con su libreta abierta y algunos lápices.