Bad Boy. M Yoongi

2

Intento prestar atención a la interesante clase del maestro Lee, sobre la historia de los números y el sistema matemático de los romanos pero... desde la noticia que me dio sunmi me es imposible guardar un poco de información en mi cerebro. La hora del almuerzo llega y vamos rumbo a la cafetería, busco una mesa y sunmi se ofrece a traerme un yogurt de manzana y una barra de arroz.

―enana ―dice tae apenas toma asiento frente a mi― te sigues mordiendo las uñas, te lastimaras los dedos niña.

―déjame. Sabes que lo hago por nervios o ansiedad.

Desvió la mirada hacia sunmi quién sigue en la fila para comprar los alimentos.

― ¿nervios? ¿De qué?

Regreso la vista hacía él y creo que no sabe de la famosa noticia. Y si la sabe no debe importarle, él y yoongi nunca tuvieron una buena relación.

―olvídalo. ¿Y hobi? Me prometió que comería conmigo ―desvió el tema.

El chico sonríe nervioso y se dedica a devorarse un plátano. Varios chistes sexuales se vienen a mi mente, pero recuerdo que él no entendería las referencias. A pesar de que Tae es mayor que yo, suelo pensar que tiene una inocencia intacta, su mentalidad aún no había sido manchada del todo o eso me hace creer.

―llegue, llegue ―interrumpe hoseok sentándose a mi lado y con la respiración acelerada.

― ¿dónde estabas?

Me pide un minuto para que recupere el aliente y se seca el sudor de la frente. Le arrebata la botella de agua a Tae y la bebe como si su vida dependiese de ello. Parece tranquilizarse y relame sus labios.

―Me quedé dormido en el baño.

Estalló en carcajadas y le doy un golpe en el brazo. Mi querido amigo hoseok había adquirido la costumbre de dormir en el baño saltándose las clases más aburridas, ósea casi todas. El dice que todo los temas que están viendo el ya se lo sabe, y tiene razón, porque el muy cabrón aprueba sin abrir los libros. Es ese tipo de alumnos que tiene una pésima lista de asistencia pero siempre saca la mayor calificación.

El resto de las clases continúan sin novedad y el tema de yoongi pasa a segundo plano, haciendo que pueda concentrarme un poco más en clases.

Por fin la hora de salir de este infierno ha llegado, y no puedo estar más agradecida, aunque sé que mañana tengo que volver, pero no importa, disfrutaré de este pequeño placer de la vida aunque no dure mucho.

Me despido de mis amigos y me pongo los audífonos. Mientras camino, siento el aire tornarse frío y las nubes comienzan a juntarse para volverse grises y negras. Se acerca una tormenta evidentemente y aún falta para llegar, solo espero que la lluvia no caiga estando aún en la calle.

Paso por un Starbucks y me decido a comprarme el panecillo de nuez que tanto me encanta, podría comerlo mientras me termino de ver las series que me faltan en netflix.

Al entrar al establecimiento puedo ver que hay regulares personas esperando a ser atendidas, así que mejor decido irme porque según mis cálculos si tardo más de lo debido, la lluvia caerá y definitivamente no quería coger un resfriado.

Giro sobre mis talones y sin darme cuenta choco contra una persona, haciendo que su café se desparrame sobre su ropa y caiga el resto en el suelo. Ahogo un grito y me avergüenzo torpemente.

―Lo lamento tanto ―doy una reverencia― le compraré otro café...

Las palabras quedan al aire cuándo me doy cuenta que he chocado contra la persona que he querido evitar todo este tiempo. Yoongi no se inmuta y solo dibuja una línea recta con sus labios. Luce más pálido de lo que recordaba, aunque sus rasgos seguían siendo tan finos como la última vez que lo vi.

―Maldición, este día no podría ir peor ―lo escucho susurrar e intenta quitarse el resto de café de la camisa― ¿Por qué no te fijas por donde caminas?

Sin embargo... seguía siendo el mismo imbécil de siempre.

―Lo siento. ¿Vas a querer que te compre otro café?

Fija de nuevo la vista en mí y niega. Me rodea y sale del lugar enojado y murmurando palabras ofensivas.

-

―Es que enserio es un hijo de puta, mal nacido, urgh! Lo odio con todo mi maldito ser ―grito y ahogo mi cabeza en la almohada― ¿Por qué tenía que volver? ¿Por qué no seguía muerto como ya lo había hecho todo este tiempo?

―te has vuelto loca que ahora hablas sola.

Me reincorporo y veo a Jimin con los brazos cruzados. Mantiene la ceja elevada y una diminuta sonrisa. Le enseño el dedo de en medio y sigo gritando con la almohada en mi cara.

―vete y déjame morir.

―¿Andas en tus días? Dime que no, ya bastante tengo con soportar a las hormonales de mis compañeras de escuela como para que te agregue a la lista.

Le ignoro pero no se va, puedo sentir que sigue de pie en la puerta. Me rindo y me siento en la cama.

―Ha regresado yoongi

Suelto de pronto, espero que Jimin diga algo pero solo suspira. Se hunde la cama y sé que él se ha acostado.

―Lo sé.

Claro que lo sabe, si es su mejor amigo. Jimin sabe de mi intenso enamoramiento que tuve con Yoongi, sin embargo, nunca me dio consejo o advertencia sobre su amigo. Más bien lo ignoró. Tal vez, el sabía que ni en mis más salvajes sueños podría tener algo con él.

― ¿Por qué no me lo habías dicho? ―le doy un almohadazo y se queja cubriéndose con sus brazos― eres un pésimo hermano.

Se levanta y se pone de cuclillas hasta estar a la altura de mis rodillas. Acaricia mi mano y me mira con esos ojos de "no quiero que te lastimen". Jimin siempre fue un buen hermano, teníamos nuestras discusiones pero no tardábamos en arreglarnos.

― ¿De qué serviría si te decía que yoongi estaba de vuelta? Comenzarías a sufrir de nuevo ansiedad y de seguro te deprimirías. No quise volver a esa Yun de hace 2 años. ¿Entiendes? ―me dedica una sonrisa esperanzadora y besa mi mejilla― baja que la cena esta lista.

Se va y me quedo perdida de nuevo en todo el lio que se ha hecho mi cabeza. Tarde o temprano debía enfrentar a yoongi, debía ser valiente y no dejar que su presencia me intimidara.

Suena mi celular y es un mensaje de sunmi

"Yoongi va mañana a la escuela. Tendré que faltar por una consulta médica, así que mantente fuerte. Te quiero. Fighting!"

O tal vez debería seguir presa de mis sentimientos, ignorar a yoongi y dejar que los días pasen hasta terminar la escuela. Sí, ese era un mejor plan.