Buscando Mi Camino 11

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LALI:

En ese momento, comencé a sentirme la madre responsable... La única culpable de lo que había dicho Thiago. Pero ya era demasiado tarde, Santiago me estaba mirando con cara de pocos amigos:

- Supongo que el nene lo habrá dicho de broma - dijo él.

- Obvio que sí, no te tomes las cosas que dice un nene de 8 años en serio - dijo Peter intentando disculparlo también -. Es chiquitito, y bueno, siempre sha visto todas las series que Lali y yo hemos visto juntos, y se ha hecho ilusiones, es completamente normal.

- Claro - dije yo. Después me acerqué a Thiago y lo abracé con mucho cariño y mimo -. Enano, no digas cosas que le puedan sentar mal a otras personas, ¿si? Aunque sean broma.

Thiago hizo un puchero y me agarró de la mano:

- ¿Podemos ir al cuatro un momento a agarrar mis autitos? - me preguntó con una cara realmente irresistible. No podía ser más lindo...

- Sí enano, vamos - dije cargándolo.

Después fuimos hasta su cuarto y yo me senté en la cama hasta que él terminó de buscar todos los autitos nuevos que le habíamos regalado Peter y yo:

- Lali, ¿te puedo preguntar una cosa? - me cuestionó mientras colocaba los autitos en una fila para después jugar con ellos en la sala mientras los grandes hablábamos.

- Decime mi amor.

- ¿De verdad que Peter no te gusta ni un poquito?

Suspiré negando:

- Las cosas entre nosotros sucedieron ya hace mucho tiempo. Ya entre nosotros no pasa nada, pero nos llevamos bien, hemos pasado muchas cosas juntos y aún así seguimos unidos como hermanos. Yo quise que fuera él el que me acompañara al orfanato para visitarlos por Navidad, y entonces quisimos llevarnos a un nene para que tuviera una de las mejores vacaciones de su vida. Pero no hay más que una amistad entre nosotros - dije con una media sonrisa -. Pero aún así enano, yo estuve muy enamorada de Peter hace años, me encantaba - "¡Lali, basta!" me dijo mi subconsciente.

No podía seguir volviéndome loca con Peter Lanzani. Existía ya 0 atracción entre nosotras. Y no iba a empezar a sentir otra vez cosas por él solo porque Thiago notara que aún existía algo proveniente del pasado.

Pero, ¿y si eso existía? ¿Y si un nene de tan solo 8 años estaba dándose cuenta de lo que pasaba entre nosotros? Tal vez, ese nene lo estaba pensando porque era el bebé que mis padres me habían arrebatado de los brazos nada más nacer.

- Te puedo decir una cosa, pero solo si no te enojas... Lali. No te podés enojar - me avisó el enano poniendo una carita re tierna.

- ¿Si?

- Yo creo, que solo con la mirada, sigue habiendo algo entre ustedes. Pasa que son grandes y ya no se dan cuenta. Pero yo si me doy cuenta, y los nenes, nunca mentimos.

¿Y si era verdad lo que Thiago estaba diciendo? Mmm... Creo que necesitaba tener una charla del pasado con Peter para arreglar todo este bardo.

PETER:

Santiago sin Lali era una persona que te hacía sentir incómoda.

- ¿Querés café? - le pregunté, tratando de romper un poco el hielo.

- Estoy en casa de mi novia, si quiero tomar café puedo ir a la cocina y preparármelo yo solo. no hace falta que una persona que casi nunca estuvo acá me lo ofrezca.

Uhh... Menuda mala onda.

- ¿Te ha molestado lo que ha dicho Thiago? Es un nenito, solo tiene 8 añitos. Es muy chiquitito, y bueno, no tiene filtros.

- Por eso mismo me molesta, sino tiene filtros es porque es verdad que vos gustas de Lali, y Lali gusta de vos.

Me rasqué la nuca y fruncí el ceño:

- Creo que te estás confundiendo. Yo nunca me metería con una mina que está con otra persona. Soy lo suficientemente grande para saber lo que hago, y respeto los códigos.

- Yo creo que no respetas nada - dijo él, siendo más amargo aún.

Me hubiera marchado de la casa de Lali en ese momento, pero no lo hice por Thiago, sabía que el nene me quería y si yo me fuera, él se pondría muy triste. Igual que a Lali seguro la molestaba que yo me fuera de la casa sin decir nada.

Por eso pensé, en que lo mejor sería irme a hablar con Lali y Thiago mientras ellos buscaban los autitos. Me levanté del sillón y directamente me fui al cuarto de Thiago para estar con los dos.

- ¿Cómo van? ¿Encuentran todos los autitos? - pregunté al entrar.

- Sí, ya está - respondió Thiago sonriendo y colocándose todos los autitos en el regazo.

- Bueno, ¿vamos entonces campeón?

- Sí - dijo el nene mirando a Lali.

- Emm... Por cierto Lali, a mi mamá la gustaría hablar con vos un momento. La llamé antes de venir acá, y bueno, solamente quería hablar con vos para eso.

- Sí, claro. Creo que ella se merece una explicación por lo que pasó - respondió Lali. Thiago nos miraba sin entender nada, y sí, era mejor que aún el enano no entendiera nada. Saqué el celular de mi bolsillo y se lo di a Lali. Ella lo agarró y la dije que buscara en la guía el número de teléfono de mi vieja. No tenía nada que ocultar en mi celu y no me importaba nada que Lali lo examinara de arriba a abajo.

Y mientras Lali se quedó hablando con mi vieja, yo regresé a la sala con Thiago para jugar a los autitos. Y en ese momento, Santiago ya se había ido.

- Mejor así - dijo Thiago -. Ese señor es re malo y no quiere que vos y Lali estén juntos.

- Pero Lali... Se va a enojar enano.

- Igualmente, me gustan más ustedes como pareja.

En efecto, Thiago no tenía filtros y decía todo lo que pensaba...

Flashback Año 2009

NARRADOR:

El ginecólogo llamó a la mamá de Lali para contarla lo que había sucedido en la consulta de aquel día:

- ¿Señora Riera?

- Sí, soy yo - respondió Majo, quién había salido de trabajar.

- Le llamo de una clínica privada de Buenos Aires. Soy ginecólogo, hace un rato estuve revisando a su hija pequeña Lali, y está embarazada de 12 semanas.

Majo abrió mucho los ojos. No podía creerlo. Lali, su nena... Su hija más chiquitita... ¿Embarazada?

- ¿Le ha dicho de quién es?

- Sí, de su novio supongo.

- Ajá, ¿aún está en la clínica?

- Sí, está fuera de la consulta pero aún está dentro de la clínica. No quería contarle nada, prefirió que lo la llamara para decirle, está avergonzada.

- No me extraña... Digala que en un rato voy a por ella. No me puedo creer como su novio ha podido...

- La culpa la tienen tanto él como ella, señora. Permítame que la diga, que en ningún momento su hija fue obligada a nada, ella me lo ha confirmado.

- Obvio que sí, su novio es un buen chico... Pero no me creo que esto haya podido suceder, son muy chiquitos, ¿sabe?

- Solo la digo que no es la primera ni la última, señora Riera.

- Lo sé, doctor. Lo sé. Ahora hablaré con ella, tenemos que tratar muchos temas...

BUSCANDO MI CAMINO -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora