Buscando Mi Camino 28

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NARRADOR:

Y aunque para Lali Espósito esto fuera a quedarse así, aparentemente, para su padre, Carlos, no iba a quedarse así. Furioso, tiró el celular sobre el sillón y fue directamente al cuarto, en el que ya descansaba su mujer:

- ¡¿Qué mierda has hecho?! - la preguntó chillando como loco. 

- Bajá la voz - respondió ella muy relajada.

- ¡No pienso bajar la voz, estoy harto de tener que obedecerte como si fuera un perro! Acaba de llamarme Lali, dentro de un par de meses vos y yo estamos en prisión por robo de un bebé y estafa.

Majo abrió los ojos:

- ¿Perdón?

- Lo que escuchás. Lali sospechaba, y se lo he contado todo. Ya era hora de que la nena supiera la verdad. 

- ¿Sos idiota? ¿Por qué se lo has contado?

- La idiota sos vos. La nena no es tonta, sabe perfectamente que vos estás atrás de todo esto. Te dije que no siguieras jugando al tema del bebé abandonado. Lali lo encontró, déjala que esté con su hijo y disfrute, no la jodas más. Pero no, te gusta que sufra - le dijo Coco a su mujer -. ¿A quién mierda has pagado para que los análisis dieran negativos? - le preguntó furioso -. No vas a salir de la cárcel en tu vida Majo, y me alegro. Porque te lo mereces. Dejá a Lali en paz, dejá que ella y Peter disfruten de su hijo de una maldita vez.  Y además, para armar más bardo todavía, les dices a dos desconocidos que se lleven a Thiago. Sos patética.

- Y vos sos demasiado blando - respondió ella.

- No, yo soy el padre de Lali y el abuelo de Thiago, y al menos un poco de corazón me queda. Y me da mucha lástima que después de tanta búsqueda durante los años, Lali encuentre a su bebé y vos sigas empeñada en que no tienen que estar juntos. Déjales en paz. Y ahora mismo, dame el número de teléfono de esos dos idiotas que querían llevarse a Thiago.

- Ya se lo han llevado.

- Majo, llámalos o llamo a la policía. ¡Estás loca! 

- No pienso llamar a nadie.

Coco se enfureció y la agarro de las muñecas. Se acercó a su cara y la chilló con todas sus fuerzas:

- Llámalos o te juro que yo mismo te mando a la Antártida. 

Coco la soltó las muñecas. Majo suspiró y sin prisa agarró su celular. Marcó un número y puso altavoz:

- ¿Qué necesita señorita Riera? - Le preguntó la voz de una mujer. Se escuchaba de fondo a Thiago llorando y pataleando.

- Lleven a Thiago de vuelta al orfanato, por favor.

- Pero usted nos había dicho que le teníamos que llevar hasta Rosario...

- Lleven a Thiago de donde le han sacado, les pagaré igualmente - dijo Majo con completa tranquilidad.

- ¿Por qué cambió de opinión?

Majo miró a Coco desafiante:

- Mi marido me está amenazando para hacerlo.

- ¡Ah! - exclamó la mujer -. Okey. Ahora mismo le llevamos de vuelta no se preocupe. 

- Gracias - y entonces Majo cortó la llamada -. Ya está, ¿feliz?

Coco negó con la cabeza:

- No. Ahora mismo voy a llamar a la policía, y quiero el divorcio. No quiero estar casado con una loca. 

-...-

LALI:

Finalmente llegamos al orfanato. Sí, llegué un poco mareada a causa de la velocidad, pero debíamos ser rápidos. Bajamos del auto y fuimos a la puerta del orfanato. Tocamos al timbre. Dentro estaba todo oscuro, debían estar durmiendo. Aún así, aunque tardara un poco, la Directora nos abrió la puerta. Peter la agarró del cuello y la puso contra la pared:

- ¿Dónde está mi hijo?

- Se lo han llevado ya sus papás biológicos.

- Sus papás biológicos somos nosotros, no nos mienta más.

- Yo no miento - dijo la Directora con prepotencia.

- Si nos está mintiendo. Acabo de llamar a mi papá, nos ha confirmado que Thiago es nuestro hijo - dije yo malhumorada. Ella me miró, acorralada en la pared con el cuello entre las manos de Thiago -. ¿Sabés que vas a terminar en la cárcel? ¿Lo sabés verdad? - la pregunté.

- A mí me da igual que se lo hayan confirmado. Al nene se lo han llevado hace un rato y no se ni a donde ni si va a volver. Lo siento mucho.

Peter la agarró más fuerte del cuello aún. Ella con un hilo de voz dijo:

- Juro que no se a donde se lo han llevado.

Pero entonces escuchamos una vocecita en la puerta. Escuché unos pasos corriendo y me abrazaron por detrás:

- ¡Mami! - exclamó.

BUSCANDO MI CAMINO -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora