Buscando Mi Camino 29

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LALI:

Me fundí con Thiago en un lindo abrazo. Peter soltó a la directora del cuello y se unió a nuestro abrazo. 

- Mi bebé, ¿estas bien? - le pregunté separándome y mirándole de arriba a abajo -. ¿Te han hecho algo?

- Tan solo nos pagaron para llevarle a otro lugar, no para matarle, ni maltratarle - dijo la señora que había fingido ser la mamá de Thiago.

Miré mal a la mujer y volví a abrazar a mi hijo: 

- Menos mal que estás bien... No nos vamos a volver a separar nunca más, ¿me escuchás?

- Nunca, mami - me dijo él volviendo a abrazarme.

Peter le dio un beso en la cabeza y agarro el celular. Seguramente estaba llamando a la policía. Había mucha gente en toda esta historia que debía estar presa, y desgraciadamente también Mía padres. 

Me dolía, pero se lo merecían. Me habían robado a mi bebito, y eso no se lo iba a perdonar nunca. Y además de robármelo, me habían mentido, y habían intentado que volviéramos a separarnos.

La policía llegó. Detuvo a la Directora y a los dos actores que habían fingido ser los padres de Thiago, a los cuales había contratado mi mamá. Ambos serían juzgados por estafa e intento de secuestro.

- Hemos mandado una patrulla a casa de sus padres - me dijo el policía metiéndose en el furgón para llevarse a los tres malvados -. Tenemos el teléfono de Peter, en cuanto tengamos alguna novedad la llamamos. 

- Se lo agradezco mucho - dije.

- Suerte - y después el furgón de policía arrancó.

Volvimos dentro del orfanato. Esa noche, los niños se quedarían con un asistente social, así hasta que encontraran a una nueva Directora (o Director) para el orfanato.

Fui con Thiago hasta su cuarto. Con sigilo, ya que todos sus compañeros estaban dormidos, recogimos todas sus cosas, puesto que en la valija que le había preparado la Directora para marcharse con los dos actores de mierda no había metido nada de lo que nosotros le habíamos regalado. 

Después bajamos, pero Thiago aún no quería marcharse:

- Quiero despedirme de alguien - nos dijo.  Después, miró al asistente social -. ¿Puede bajar Mica?

- Están todos dormidos, Thiago - le respondió el asistente social.

- Pero Mica es mi mejor amiga, quiero despedirme de ella.

- Está bien - el asistente social subió al cuarto de Mica y bajó con ella en brazos. 

La pequeña estaba medio dormida, pero al vernos sonrió dulcemente:

- Sabía que iban a arreglarlo. Me enojé mucho con Thiago porque no quería perdonarles, pero hablé con él y al final le convencí.

- Me alegro mucho de que lo ayudaras, peque - dijo Peter haciéndola un mimo en la cara. 

- Gracias, pero como amiga de Thiago era mi deber.

- Que buena amiga que sos - dije.

- Thiago y yo siempre hemos sido como hermanos. Pero me alegro que el haya encontrado a sus verdaderos papás, y que sean tan buenos. Porque ya les conté mi historia, mi mamá era muy buena pero mi papá no lo era. Ojalá hubiera tenido la misma suerte que Thiago... Aún así todavía estoy a tiempo de encontrar una familia que me quiera.

- Seguro que la encuentras - le dijo el asistente social a Micaela dándole un beso en la frente.

Peter me miró:

- Thiago, ¿te quedas un momento hablando con Mica? Necesito hablar una cosa importante con mamá.

- Sí - respondió Thiago mientras agarraba a Mica de la mano y junto con el asistente social iban a recoger unos papeles de la guarda de Thiago al despacho.

- Estuve pensando que tal vez...

- Creo que se lo que vas a decirme - le dije.

- ¿Y qué opinás?

- Sé que a lo mejor es un trabajo duro comenzar una vida con dos nenes a la vez, porque nunca hemos tenido hijos, excepto estas semanas con Thiago, pero... Mica necesita una familia, y estar con su mejor amigo la va a hacer bien - dije -. Esa es mi opinión.

- Entonces... ¿Podríamos?

- Acogerla y después adoptarla - respondí sonriendo -. Sabes que Thiago la quiere como a una hermana, mil veces nos hablo de ella mientras estuvo en casa. De todos sus juegos, sus charlas... Y la historia de Mica es muy triste, la nena lo ha pasado muy mal. Yo no quiero que siga sufriendo. Y parece muy obediente.

- Sí, y es hermosa - dijo Peter.

- ¿Hablamos entonces con el asistente social? - le pregunté a Peter.

- Sí.

Y justo en ese momento, el teléfono de Peter comenzó a sonar...

-...-

PETER:

Atendí:

- ¿Si?

- Somos de la policía, la patrulla que fue a casa de la familia Espósito. ¿Es usted Juan Pedro Lanzani Vargas?

- Sí - respondí -, soy yo.

- Bien, era para comentarles que acabamos de detener a María José Riera y a Carlos Espósito. Aunque Carlos Espósito dice que quiere hablar con su hija...

- Lo sé, y entiendo que quiera hablar con ella. Pero la ha hecho mucho daño. Lali se pensará lo de hablar con él. Majo se lo merece más, pero Carlos también ha ocultado dónde estaba el nene durante años.

- Bueno, sólo era para notificarle la detención. En un par de días dará comienzo el juicio. Ustedes tienen que ir en calidad de testigos.

- Perfecto. Gracias.

- De nada - y el policía cortó la llamada.

Miré a Lali.

- Todo está bien. Ya están donde tienen que estar. Tu papá quería hablar con vos pero...

- Ya sé que quiere hablar conmigo - Lali me abrazó llorando -, pero también me ha lastimado mucho. 

- Lo sé... Poco a poco. Al menos, por fin Thiago está con nosotros. Ya por fin vamos a ser felices.

- Sí, por fin vamos a ser felices.

BUSCANDO MI CAMINO -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora