Buscando Mi Camino 21

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PETER:

Lali y yo estuvimos mirando por un buen rato sin decir absolutamente nada. Ella tiro el sobre y los resultados al piso y los pisó. Después se fue a los sillones de la sala de espera, recogió las piernas y se puso a llorar:

- Negativo - suspiró Lali -. No puede ser Peter, mi corazón me dice que es nuestro hijo, no puede ser... Dios - Lali volvió a suspirar sin parar de llorar -. ¡Dios mío porqué me haces esto! ¿Qué hice yo? ¡¿Por qué me lo pones tan difícil?! ¡Quiero encontrar a mi bebé! Lo único que quiero es encontrar a mi bebé.

Simplemente la abracé. No me salían las palabras. Me dolía mucho, me dolía todo... Estábamos tan seguros de que Thiago era nuestro que ni siquiera habíamos pensado en que todo eso, todo eso que nos habíamos inventado, aquel mundo feliz, podía consistir en una auténtica mentira. 

- Yo sigo pensando que es mi hijo. Es imposible que no sea mi hijo Peter, es nuestro hijo. Esos resultados de mierda están equivocados. Quiero ir a otro lugar a pedir una segunda opinión, porque en esta clínica sé que no nos han dicho la verdad. Thiago es nuestro, ¡Thiago es nuestro! - chilló Lali. 

Después se levantó furiosa, y fue justamente a la ventanilla donde la enfermera nos había dado tan amablemente los resultados:

- Son unos incompetentes, son unos idiotas - les gritó -. ¡Thiago es nuestro hijo! ¿No lo ven? No saben analizar bien - pegó un golpe en la mesa -. Van a ver, ¡porque todo esto es una mentira! ¡Thiago es mío! - volvió a chillar mientras se pegaba en el pecho -. Estuvo en mi vientre, soy su mamá. Son malos, son unos asquerosos, no tienen corazón... ¡No lo tienen!

- Tranquilícese señora... Y recoja los resultados del piso, está dando una mala imagen de nuestra clínica.

Lali volvió a pegar otro golpe en la mesa:

- Es lo que tengo que hacer, ¡porque esta clínica es una auténtica mierda! ¡No saben trabajar! - cada vez chillaba aún más.

Agarré los resultados del suelo, los metí en el bolso de Lali y la abracé. Después, la dije a la mujer de la ventanilla:

- En primer lugar, pienso lo mismo que mi novia, son unos incompetentes. Y en segundo lugar, no tienen corazón. El doctor que nos hizo los análisis sabía de nuestra historia, sabía que había sido dura, y en vez de darnos los resultados él, con cuidado y cariño, nos los da una enfermera cortante. Quiero la hoja de reclamaciones, y les advierto, somos gente famosa e influyente, con solo una mala palabra de su clínica, les arruinamos, así que lo mejor es que nos trate bien, y deme inmediatamente la hoja de reclamaciones - dije con cierto tono agresivo -. No son profesionales, para nada.

La mujer puso de mala gana la hoja de reclamaciones sobre el mostrador:

- Siento que no hayan quedado contentos, pero estos son los resultados, es lo que hay. 

- Y la hoja de reclamaciones es lo que hay, y puede seguir tratándonos mal, que enseguida escribo en Twitter o Instagram que su clínica es una auténtica basura con gente poco profesional, ¿quiere eso? - la pregunté de mala gana.

Ella negó con la cabeza.

Suspiré, rellené la hoja de reclamaciones y se la devolví con malos modales. Estaba enojado, muy enojado... Nada más salir de la clínica, fuimos al auto. anejé hasta casa de mi mamá con una profunda tristeza. Al llegar, estacioné y miré a Lali. 

- ¿Qué hacemos con el nene?

Lali suspiró:

- No lo sé.

- ¿Querés que le digamos la verdad? - le pregunté. 

- Por una parte sí, pero por la otra no. Le va a doler mucho, va a pensar que le hemos engañado y va  sufrir mucho. Pero si le decimos la mentira, igual vamos a engañarle, aunque le ahorramos el sufrimiento - Lali se tapó la cara con las manos -. No sé que hacer.

- Yo quiero una segunda opinión, vamos a ir a otra clínica, aunque nos tengamos que ir a Estados Unidos, a Canadá o a la China. Pero mi corazón me dice que no hay que buscar más, que Thiago es nuestro hijo perdido.

Lali me miró:

- Entonces, le mentimos. Le ahorramos el sufrimiento, ambos estamos convencidos de que el hijo es nuestro, y eso es lo importante. Se parece a mí, se parece a vos... La historia encaja. 

- Sí, la historia encaja. 

- Entonces le decimos que los resultados fueron positivos, y listo - Lali me dio un beso en los labios y juntos bajamos del auto. 

Nada más llegar, tocamos al timbre y Thiago salió corriendo para recibirnos:

- ¿Y? - nos preguntó re feliz -. ¿Soy su hijo?

- Sí, respondió Lali -. Sí sos nuestro hijo mi amor.

Porque a veces había mentiras más lindas que las verdades. Y aún así, Lali y yo seguíamos convencidos de que Thiago, era nuestro hijo. Y no íbamos a para hasta averiguar la verdad. 



BUSCANDO MI CAMINO -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora