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La semana se pasó volando. Al fin podía tomarme unas cortas vacaciones, cada vez que era invierno, disponiamos de dos semanas completas libres, lo cual me vendría bastante bien.
— Ahí vienen — Kelly me susurró al oído emocionada.
Se le había ocurrido la "grandiosa" idea de incluirme en una cita doble, claro que no conocía en lo absoluto al chico con el que haría de mal tercio.
— ¡Hola! Es un placer verte de nuevo — El chico bajito le dio una corta reverencia a Kelly, quién lo miraba coqueta — Él es Joon.
Joon, quién era el más alto, dio un paso al frente para saludar. Sinceramente era muy guapo, tenía hombros anchos y unos ojos rasgados muy encantadores. Al final esta cita doble no parecía ser tan mala.
— ¿Y cómo te llamas? — Joon rompió el silencio entre los dos después de estar unos largos minutos sentado frente a mí.
— Me llamo _______.
— Lindo nombre — Sonrió amable.
Se podría decir que era mi tipo ideal, más aún con esa sonrisa de niño bueno. Le devolví la sonrisa mientras jugaba con la pajita de mi jugo de frutilla.
— Chicos, lo siento mucho pero Soo Hyun y yo tenemos que irnos antes.
— ¿Qué? Pero Kelly...
— ¡Diviertanse! — Gritó mientras se alejaba junto a Soo Hyun riendo.
Tenía en claro que esto no era más que una sucia trampa, ella sólo quería buscar un novio para mi, pero realmente por el momento no lo necesitaba, absurdamente sentía que tenía que esperar, aunque no tenía del todo claro a qué o a quién.
— Son unos idiotas — Aseveró Joon sonriendo de manera dulce — Sabía que Soo Hyun planeaba algo, pero...— Puso sus ojos sobre los míos — Esta vez me parece que fue el mejor plan que se le ha ocurrido hasta ahora.
— Ella siempre insiste en que venga a estas cosas. Lamento mucho que te obliguen a pasar por esto, es un poco incómodo — Sonreía apenada, creo que aún sentía vergüenza a pesar de que el intentaba ser amigable conmigo.
— Tranquila, la verdad es que me gustaría conocerte más. Cuéntame de ti — Posicionó uno de sus codos sobre la mesa mientras apoyaba su rostro en la mano a la espera de que algo saliera de mi boca.
Una sonrisa tímida se asomó por sobre mis labios y me dispuse a hablar con él, el resto de noche la pasamos así, hablando de cosas sin sentido, riendo. Mi tiempo con Joon había sido tan agradable que al llegar a mi edificio una sensación de soledad recorrió mi cuerpo como un viento frío.
Apreté el botón para que el ascensor bajará entretanto me distraía viendo los números descender en la diminuta pantalla sobre este, apenas se abrieron sus puertas me dispuse a entrar, como siempre revisé por si venía alguien pero estaba todo vacío, a excepción de la gente de recepción. Presioné mi piso observando como las puertas se cerraban lentamente frente a mí, hasta que una mano las detuvo, las puertas volvieron a abrir dejando a la vista a Mark, mi irritante vecino. Él simplemente traía la misma expresión de indiferencia de siempre, subió al ascensor sin decir nada, y esperó a que las puertas se cerrasen.
Tragaba saliva como una desquiciada, no tenía del todo claro porqué estaba ridículamente nerviosa, ya quería que el maldito ascensor llegase a mi piso, por primera vez aborrecí la idea de vivir en un 12vo piso.Le di una rápida mirada a Mark por el rabillo de mi ojo; no podía negar que si era muy guapo, traía su cabello castaño oscuro perfectamente peinado, sus tiernos ojos rasgados y sus delgados labios le daban una aspecto cálido, y su pronunciada mandíbula hacía connotar su lado varonil. Me sumergí tanto en sus facciones que nisiquera me di cuenta de que lo estaba mirando embobada, hasta que el ladeo su rostro en mi dirección provocando que viese a otro lado. Intenté fingir que nada había pasado prestando atención a los números, quedaban cinco pisos más. Suspiré ansiosa cuando de un momento a otro el ascensor se detuvo de golpe.
— ¡Qué! — Si había algo a lo que le temía, era a quedarme encerrada en un ascensor.
— Se detuvo el ascensor. Pediré ayuda — Mark, se movió frente a mí para presionar el botón de ayuda.
— ¿Hola?
— Disculpe estamos atrapados en el ascensor.
— ¿En qué piso, señor?
— En el octavo piso.
— Está bien, señor. ¿Hay alguien más con usted?
Mark, me miró percatándose de que estaba realmente asustada, mi rostro lo decía todo.
— Somos dos.
— Ok señor, les agradeceríamos que mantengan la calma. En cualquier momento los sacaremos.
— Que sea rápido — Continuó, pasando su vista por mí rostro.
Mi pecho se contrajo, no padecía de claustrofobia, pero estar atrapada ahí me daba un pánico muy grande. Retrocedí hasta la pared, necesitaba apoyarme en algo, podía sentir con mi mano como mi corazón latía a una velocidad inhumana, mi respiración ya comenzaba a descontrolarse.
— Hey...¿Estás bien? — Una vez más me habló Mark pero ya no era capaz de controlarme a mi misma. Mi pecho cada vez se apretaba más, imposibilitando el que entrase aire a mis pulmones — Oye, mírame — Mark se acercó sosteniendo mis hombros con delicadeza — ¿Me escuchas? Tienes que controlar tu respiración, ¿Ok?
Mi pecho subía y bajaba como si tuviera algo atascado en mi garganta, Mark se acercó más sin quitar sus ojos de mí.
— _______ respira. Relaja tu cuerpo. Mírame. Inhala. Exhala — Comencé a seguir los pasos de Mark para regularizar mi respiración entretanto apretaba con fuerza sus brazos con mi manos.
— No puedo — Cerré los ojos con dureza — No puedo respirar, Mark.
Sentía que en cualquier momento iba a romper en llanto. Él sólo sostenía su ceño fruncido.
— Está bien, puedes hacerlo — Se acercó a mí despacio para rodearme con sus brazos y así apoyar mi rostro sobre su pecho — Estoy yo contigo, no estás sola, puedes hacerlo. Escucha mi respiración y trata de respirar conmigo.
Mis puños apretaban su camisa con tanta fuerza, pero sus latidos de una manera inexplicable me calmaban, hasta que pude lograr estabilizar mi respiración y mi cuerpo se relajó. Fue ahí que caí en cuenta de que estaba en el pecho de mi vecino al que tanto criticaba, sostenida en sus brazos...y en ese instante pude cerciorarme de que era primera vez que me sentía protegida en mi corta vida.
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"Love On The Brain" † Mark Lee & Tú † [TERMINADA]
FanfictionDicen que el destino decide tú camino: tú pasado, tú presente y tú futuro. Es tan poderoso que incluso decide a quien deberías amar. ¿Acaso él era mi destino? Entonces, porqué le temía tanto a la idea de que lo fuese, y a la vez...le temía a que dej...