°Chapter°: Quince

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Marcaba las siete en punto. El día avanzó agotador y estresante. Había pasado mucho desde la última vez que llegaba a casa sin ganas de querer dormir. Quería pensar. Analizar cada detalle minuciosamente. Quizás así lograría encajar algunas piezas.

Con serenidad saqué las llaves de mi bolsillo, para luego centrarme en abrir, pero apenas toqué la manilla un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Me quedé unos segundos inmóvil, viendo fijamente la puerta frente a mí. Una parte de mí decía que no era buena idea entrar.
Después de los sucesos extraños que han estado ocurriendo en mi vida en estos días, seguir mi sexto sentido no era una locura del todo.

De un instante a otro sentí una presencia cálida a un costado y un peso sobre la mano con la que sostenía la manilla de la puerta. Bajé mi vista a esta percatandome de que alguien la sostenía con suavidad, con rapidez levanté mi cabeza para ver de quién se trataba. Mark.

— M...

No me permitió soltar ningún jadeo. Sólo se dedicó a mirarme con el ceño fruncido y sus ojos permanecían firmes en los míos. Desvío su atención a la puerta para luego tomar mi muñeca sacando mi mano de su posición. A pasos lentos llegamos hasta su apartamento obligándome a entrar sin chistar.

— ¿Qué está pasando? — Pregunté nerviosa al fin.

— No puedes quedarte en tu departamento esta noche.

Mark se paseaba por el salón cerrando las cortinas de todas las ventanas disponibles en esta.

— ¿Y dónde demonios planeas que duerma?...

Lo seguí molesta. Odiaba que hiciese conmigo lo que se le antojase o que de un momento a otro se apareciera de la nada. Sabía que la gente ocultaba secretos por alguna razón. Mark, en particular, lo hacía demasiado, provocando que su secreto empezara a entrometerse en mi vida. Logré alcanzarlo por la espalda sosteniéndolo de la parte baja de su camisa.

— Mark, te estoy hablando.

Frenó al ver que lo agarraba, mientras suspiraba. Tomó mi brazo, que le impedía continuar en lo suyo, entretanto se volteaba con lentitud.

— Te escucho, _______.

Me quedé viéndolo perpleja por unos segundos. Todo esto me estaba matando. Las dudas. El misterio. Los eventos tétricos sin respuesta. Sentía que en cualquier momento perdería la cordura.

— Necesito respuestas — Tragué duro.

El solo acortó la distancia entre nosotros, provocando que mi corazón comenzará a latir con frenesí.

— No hoy — Volvió a restaurar la distancia entre ambos — Dormirás aquí. Puedes ocupar mi habitación.

Continuó con lo suyo, mientras yo permanecía en medio del salón, pendiente del suelo.

(...)

Claramente no estaba cómoda. Me perdía en observar como Mark buscaba entre sus cajones ropa que prestarme para dormir. Esto era como la escena cliché en donde dos amantes dormían juntos en una misma cama. Ante el vergonzoso pensamiento sacudí mi cabeza.

— Bien — Mark enderezó sus rodillas — No encontré nada mejor. Espero, y no te moleste usar esto.

— Gracias — Sonreí cohibida, mientra recibía la remera de Mark.

— El baño está cruzando la cocina.

Asentí sin mirarlo, su sola presencia lograba abrir los poros en mi piel, como sí tuviese frío. El podía provocar tantas cosas en mi, aún sin conocerlo bien. Alguien tan desconfiada como yo, aceptando dormir en la cama de un completo desconocido. ¿En qué diablos estaba pensando?

Di por finalizado mi cambió de ropa, por suerte su remera me llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas. Al menos tenía seguridad de que no vería descaradamente mis braguitas con moño, rosa. No me mal interpreten, no es que fuese infantil con mi ropa interior, pero solía usarlas cuando necesitaba más comodidad. Y ademas eran lindas.
Salí del baño acomodando de vez en cuando la remera un poco más abajo. Para mí mala fortuna me crucé con Mark antes de llegar a su cuarto. Este traía una manta con él, la cuál puso sobre mi cabeza una vez me vió.

— Te dejé un vaso con agua sobre el cajón, por si te da sed durante la noche.

— Ok. — Me tapé con la manta — ¿Y tú?

— Dormiré en el sillón — Avanzó por mí lado — Descansa.

Me le quedé viendo hasta que llegó al salón, para luego poder ir en dirección a su habitación. Antes de entrar a esta me giré sin pensarlo dos veces.

— Buenas noches, Mark.

Como si de mi vida dependiera, entré, cerrando la puerta tras de mí. Desde cuándo un chico me ponía tan nerviosa. Maldito Mark y sus encantadores ojos.

"Love On The Brain"  † Mark Lee & Tú † [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora