"Love On The Brain" † Mark Lee & Tú † [TERMINADA]

°Chapter°: Treintaicuatro

— Creí que algo había sucedido. Dejaste la puerta abierta — Tragó saliva — ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas en Suecia.— Avanzó hasta nosotros.

— Regresé.

Mark me observó al notar lo confundida que estaba, aunque al mismo tiempo estuviese relajada. Cómo si no tuviese nada que temer.

— Está bien. Es normal que te sientas así — Posó su vista en el otro chico — Jungwoo, tiene la capacidad de debilitar a las personas — Nuevamente me miró — Por esa razón te sientes relajada.

— Lo siento, si no lo hacía lo más probable es que hubieras gritado y eso no hubiese sido del todo bueno.

— No pasa nada — Bajé la mirada. Aún no lograba acostumbrarme a recibir visitas inusuales.

— ¿Por qué volviste?

Jungwoo cambió su expresión, algo andaba mal. Situó su vista en mi, casi como si aquel tema no me incumbiese. Mark, giró sus ojos en mí dirección al unísono, a la vez que frunica el ceño.

— Vamos — Soltó.

Jungwoo obedeció retrocediendo para irse, pero Mark se quedó conmigo, mientras veía a todos lados como si tratase de encontrar las palabras adecuadas para dirigirse hacia mi persona.

— Intenta no hacer nada estúpido.

Finalizó para luego marcharse. ¿A qué se refería exactamente con "algo estúpido"? ya mí sola existencia era una estupidez.
Mi cuerpo se sentía tan liviano, podría jurar que flotaba. Caminé  a mi habitación guiada por mis piernas, para luego recostarme y quedar profundamente dormida.

...

Un frío recorrió mi nuca, consiguiendo que abriera los ojos de par en par, tenía una sensación extraña. Cómo si hubiese cerrado mis párpados y después despertase a los segundos. Algo me inquietaba, a tal nivel que hacía erizar mi piel. Hasta que un fuerte golpe logró activar todas mis neuronas. Me senté sobre la cama, en tanto observaba como los vidrios de la ventana caían con dureza al suelo.

Un semblante captó mi atención. Sabía quién era perfectamente, sus ojos verdes lo delataban. Mi interés se dirigió en su puño, un líquido rojo caía con delicadeza por este; La oscuridad me impedía ver sus facciones. Le di una vista rápida al  resto de la habitación en busca de opciones viables, hasta que di con la puerta entreabierta de mi cuarto, tal vez si corría, sólo tal vez, él no me alcanzaría.

Sin darle más vueltas al asunto corrí hasta esta, con un nudo en la garganta. Estaba ahí a tan solo centímetros de mi. Fue entonces que sentí como alguien me  sostenía con agresividad por la muñeca y me lanzaba sin piedad contra la muralla. El abrupto golpe en mi nuca me aturdio, a medida que un fuerte pitido se adentraba por mis oídos.

A duras penas podía enfocar bien. El sujeto puso su mano en mi cuello sin remordimiento, mientras apretaba con fuerza. En lo único que fui capaz en ese instante era en tratar de orientarme. Pestañeé tres veces antes de atrever a ver su rostro.

Él. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser él?

— Lucas.