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La noche cayó sobre la ciudad en un par de horas, por lo menos así me pareció ser. Estuve el resto de la tarde recostada en mi cama, sin nada más que mantener la vista en el insulso techo. Intentaba encontrar los recuerdos, aún que estos fuesen túrbidos. Quería encarar a Lucas, pedirle una explicación, pero mi cuerpo no me lo permitía. Todo en mi estaba apagado.
Toqué con la mano contraria el lugar en dónde tenía la marca. ¿Por qué tenían que pasarme cosas sin sentido? Me estaba convirtiendo en un muñeco sin relleno. Vacio. Ya nisiquera podía asegurar quién era yo en verdad.
Me rendí ante el cansancio, por fin pude relajar mis músculos y dormir.∆
— No puedes. No puedes dejarla sola. Ahora dependes de ella.
La voz de aquella mujer. Sentía que la había oído antes. Tanto que incluso se me hacía acogedora. Me era imposible ver sus rostros. Todo lo que veía era oscuridad. La nada.
Un brusco suspiro vino de alguien más.— Ahora ella tiene algo que te pertenece — Continuó la mujer — No puedes dejarla morir, si no quieres morir tú.
∆Me desperté de golpe. ¿Qué había sido eso? Otro sueño inexplicable. Pasé mi muñeca por mí frente, limpiando el sudor. Mis latidos eran desfreneticos. Un agresivo golpe en la puerta principal, logró asustarme, poniéndome alerta.
Observé la hora en el reloj de mesa.02:00 a.m.
Esto no significaba nada bueno. Tapé mis oidos para fingir que no había escuchado nada, hasta que los golpes cesaron. Dios me estaba volviendo loca. Decidida me levanté al salón para ver la puerta de más cerca, no podía ver luz debajo de esta, todo en el edificio se encontraba apagado. Estaba cansada de esto, fuera lo que fuese que me seguía ya no pretendía continuar esperando la hora en que por fin me atrapara. Tomé el valor que me hacía falta desde un principio, y abrí la puerta indubitable. La oscuridad del pasillo heló mi nuca. Una vez más, no había nadie.
(…)
Esa mañana llegué decidida a pedirle una explicación directa a Lucas. Él había pasado la noche entera en la fiesta conmigo, tuvo que haber visto algo.
— Lucas — Lo llamé una vez lo encontré en su asiento — Tenemos que hablar.
Me di media vuelta sin mirar atrás, para después salir del salón. Una vez llegó al pasillo lo mire penetrante.
— Necesito que me digas qué pasó exactamente esa noche.
— Te desmayaste — sonrió.
Impaciente me baje levemente la camisa por el hombro, enseñándole con descaro la marca en el. Su expresión cambió inmediatamente. Ahora estaba inhibido.
— Habla — Lo desafíe.
— No creo que sea buena idea — Carraspeo.
— Ok. — Retrocedí con la intención de irme, pero este me alcanzó por el antebrazo.
Lucas, se encogió de hombros. Siquiera era capaz de verme directo a los ojos.
— Te diré lo que pasó esa noche, ______ — Me detuve, atenta a lo que tuviese que decir. — Tu amigo se apareció en Louvre como un loco.
— ¿Mark?
— Sí. Empezó a gritar tu nombre como un desquiciado. En ese momento tu fuiste a la barra, por lo que me preocupe y te seguí. Intenté controlarlo, pero parecía otra cosa. Un monstruo.— Sus ojos se posaron en los míos, los cuales se hallaban incrédulos ante la historia — Él me empujó lejos y fue hacía ti con la intención de llevarte, forcejeaste con él, hasta que de la nada te agarró del hombro y te tiró contra el suelo. En ese instante solo reaccione a levantarte y sacarte de ahí.
Parecía sacado de una historia ficticia. Me parecía algo irreal, imposible. Mark no era así.
— Lamento no haber dicho antes la verdad. No quería que te sintieras mal, pareces tenerle mucho aprecio a ese tipo.
Mark nunca haría eso, ¿cierto?
(...)
El resto del día se pasó agobiante, a pesar de que el clima estuviese nublado. Sin contar de qué no pude concentrarme en toda la clase. No me cabía en la cabeza el que Mark haya hecho tal cosa.
Bebí demasiado, pero no como para perder la conciencia, recordaría perfectamente si él me hubiese lastimado. Todo lo que tuviese que ver con él, era imposible de olvidar.Salí del recinto, junto al resto de los estudiantes. Mi cabeza estaba en cualquier lado menos en donde correspondía. Aún así, cuando di el primer pasó fuera sentí la necesidad de ver al frente. Fue cuando lo ví. Mark estaba apoyado en su moto con los brazos cruzados sobre su pecho, parecía estar esperando a alguien, hasta que dió conmigo. Me esperaba a mi.
Se enderezó firme, mientras avanzaba en mi dirección. En verdad no quería discutir con él, con nadie. Intenté ignorarlo, y darme la media vuelta lejos de él.— ¡_______! — Alzó la voz consiguiendo la atención de todos en el lugar, incluyéndome.
Apreté el tirante de la mochila con fuerza. Había guardado tanto, sentía que ya no podía resistir más. Lancé mi mochila donde fuese que cayera, y me acerqué a pasos apresurados hasta él, impactando mis manos contra su pecho. Logré que retrocediera un paso, al parecer yo era muy débil.
— Vete. No te quiero aquí — Lo miré fijó, dejando en claro que hablaba en serio.
— No puedo dejarte sola.
— Ya lo hiciste una vez, ¿no? — Su ceño se frunció. Nunca antes lo había encarado de esta forma — Si hay algo que más odio es la gente mentirosa. Y tú. Mark Lee. Eres el peor mentiroso de todos.
— ¿Mentiroso?
— Sí. Me seguiste hasta el bar, me hiciste la herida en mi hombro y aún así finges no tener idea de nada.
— ¿De qué demonios hablas? — Su expresión cambió a confusión y fastidió al mismo tiempo.
— Lucas, me dijo la verdad.
— ¿Y le crees a ese imbécil?
Tragué saliva insegura. ¿Confiaba en realidad en Lucas?
— Por lo menos él fue sincero conmigo desde un principio. Algo de lo que tú nunca fuiste capaz.
Los ojos de Mark se encendieron, por poco podía ver el fuego emanando de ellos. Me agarró por el brazo, llevándome a la fuerza consigo hasta su moto.
— Sueltame.
La gente seguía viendo la escena impactados, a pesar de aquello, Mark parecía no darle importancia. Me sujetó por las caderas, a la vez que me elevaba para sentarme en el asiento trasero de la moto.
— ¿Qué haces? — Cuestioné, extrañada ante su improvisada acción.
— ¿Quieres saber la verdad? — Se subió, para luego encerder el motor. — Entonces la sabrás.
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"Love On The Brain" † Mark Lee & Tú † [TERMINADA]
FanfictionDicen que el destino decide tú camino: tú pasado, tú presente y tú futuro. Es tan poderoso que incluso decide a quien deberías amar. ¿Acaso él era mi destino? Entonces, porqué le temía tanto a la idea de que lo fuese, y a la vez...le temía a que dej...