Dmitri.
Estaba completamente jodido.
Lo último que imaginé que me pasaría este año era enamorarme.
Si, estaba locamente enamorado de Helena, no se como pasó o cuando fue el momento exacto en que todos esos sentimientos aparecieron, sólo puedo decir que me encanta ella y como alegra mi vida sin ser capas de darse cuenta.
En menos de tres meses ella había logrado lo que nunca puede hacer hace varios años atrás, dejar de culparme por la muerte de mi prometida, siempre tenía esa carga que cuando estaba con Helena ni existía.
Helena es muy especial en mi vida, llegó para llenarme de luz, sacarme de esa oscuridad a la cual estaba atado, con ella volví a sonreír de sus locuras también me hace enojar rápido con esa manera de ser tan especial que tiene.
Ella es especial y por eso quería ser egoísta conmigo mismo, dejar de huir de mis sentimientos y enfrentarlos.
¡Estoy enamorado como un jodido loco de Helena Salvatore!
Quería gritarlo a los cuatro vientos pero no era el momento y todo por nuestro trato de profesor - alumna, esa Universidad tenía una sola regla, no estar con ningún alumno y yo ya la estaba rompiendo por eso debía mantener las postura cuando estábamos juntos en ese mismo salón, no quiero perjudicarla o que hablen mal de ella sin conocer la verdad de las cosas.
Que su padre sea mi jefe había pasado a un segundo plano, eso era lo de menos sólo quería protegerla de las cosas malas que dirán en la Universidad si se enteran de nuestra relación.
Sonrío como uno idiota al pensar nuevamente en ella, joder me había vuelvo más estúpido de lo normal.
¿Qué haz hecho conmigo Helena?
- ¿A que debemos tu sonrisa de idiota? - inquiere la molesta voz de mi hermana que me observaba divertida.
- No te importa - gruño tomando mi café tratando de ignorarla.
- Yo no se como esa chica te aguanta, si en verdad eres la persona más gruñona del mundo -
- ¿Por qué no vas a trabajar y dejas de joder mi paciencia? - inquiero tratando de tranquilizarme, es muy temprano para que me haga enojar.
- Mi sexy jefe tiene un problema familiar y llega más tarde a la oficina por eso me dejó entrar una hora más tarde por eso llevaré a Sasha al jardín - acota sonriendo.
Natasha se había adaptado rápidamente a esta ciudad, había encontrado un buen trabajo en una de las empresas más importantes y Sasha estaba de a poco entendiendo costumbres, gracias al jardín donde iba.
La verdad que a veces me enojo por enojar pero en verdad me gusta tenerlos en mi departamento son una gran compañía, en especial mi pequeño sobrino que es una caja de sorpresas y te hace reír ante sus locas ideas.
- Sólo concentrate en el trabajo no en ver si tu jefe es sexy o no - digo rodando los ojos.
- Que aguafiestas que sos - responde poniendo sus ojos en blanco. - Podrás cuidar a Sasha por la tarde tengo una reunión y no puedo buscarlo -
- Tengo trabajo e hice planes para la tarde - le respondo con una sonrisa pensando que esta tarde veré a Helena para ir juntos al cine.
- Por favor hermano, necesito que cuides a mi hijo sólo son tres horas más - me suplica y suspiro frustrado porque acaba de ganarme, nunca podría resistirme a no cuidar al Satanás de sobrino que tengo.
- Esta bien, lo cuidaré - digo entre suspiro y ella pega un chillido para luego abrazarme contenta.
Ahora tendré que llevar a Sasha al cine conmigo y Helena, sólo espero que el niño se comporte.
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Mi Prohibido Amor (7°SAI)
RomanceSéptimo libro de la Saga Amor Incontrolable (SAI) Ella sólo quería divertirse. Disfrutar su joven vida sin ningún tipo de problemas. Hasta que ese hombre apareció en el auditorio y lo reconoció. ¿Qué lo hacía tan imponente? Nunca una frase fue idea...