Capítulo 28.

30.3K 1.8K 107
                                    

Un mes había pasado desde ese día que encontré a Natasha en un gran charco de sangre, en tan sólo pensar en ese momento siento en todo mi cuerpo un gran escalofrío.

Ella se había salvado de milagro.

Todo había cambiado desde esa tarde.

Nada volvería a ser igual.

Natasha había sufrido mucho y tenía un gran presentimiento que detrás de todo estaba el bastardo de Vladimir, tenía tantas ganas de denunciar a ese maldito hijo de puta que sólo destroza vidas pero no tenía las suficientes pruebas para hacerlo.

Dmitri había cambiado desde ese día, ahora estaba más distante conmigo porque su culpa lo alejaba de mi lado.

Ellos no tenían la culpa de nada.

- Tía - escucho la voz de Sasha.

- ¿Qué sucede, lindo? - le pregunta acomodando su cabello.

- ¿Cuándo volverá mi mamá de Rusia? - me pregunta preocupado.

- Pronto lo hará, cuando termine su trabajo - miento porque Dmitri había tomado la decisión de ocultar la verdad al pequeño, es muy chico para entender todo lo que le sucedió a su madre.

- Extraño a mi mamá - susurra con tristeza.

Me parte el alma verlo de esa forma.

Es tan pequeño y a su alrededor hay miles de secreto.

- Ella volverá pronto - aseguro abrazando a mi pequeño sobrino.

Él se aferra a mi cuerpo y dejo que lo haga porque podía sentir como extrañaba a su mamá, espero que ella se recupere pronto así volverían a estar juntos nuevamente.

- ¿Están listos? - pregunta Dmitri desde la entrada de la cocina.

- ¡Sii! - grita Sasha contento.

- Ve a ponerte las zapatillas y trae la correa de Akim - le digo.

Akim es un pequeño perro que adoptamos en la calle un día que caminamos por el parque, no es de ninguna raza en especial pero el necesitaba amor y nosotros teníamos bastante para darle.

Dmitri me observa pero no dice nada, no estamos en un buen momento, no hablo que tenemos peleas o algo por el estilo sólo nos alejamos un poco porque él necesita su espacio para procesar todo lo sucedido.

- ¿Vendrás tarde está noche? - pregunto.

- No lo se - suspira y su mirada se queda en la mía. - Lo siento - agrega estirando su mano para que la tome. - He sido el peor esposo del mundo estás semanas - asegura.

- No eres un mal esposo - declaro dejando que sus brazos se envuelban en mi pequeño cuerpo.

- Lo soy Lena, estas ahí  apoyandome en cada momento y yo te ignoro o te alejo de mi lado - acota con tristeza.

- Sólo respeto tu momento - respondo apoyada en su pecho.

- Gracias - dice y levanta mi cara para que lo mire a los ojos. - Eres mi fortalece - asegura juntando nuestros labios en beso tan dulce que podríamos generar un coma diabético al que nos observe.

Mi amor por este hombre es tan grande que siempre estaré a su lado en cada momento dándole mi apoyo.

En los buenos y malos momentos esos son los votos matrimoniales que se hacen normalmente, no se si cuando me casé con él los hice porque de esa noche no recuerdo mucho pero no importaba yo estaría a su lado siempre.

- Te amo - esas simples palabras salen de mi boca por arte de magia déjanos completamente sorprendidos a ambos.

- Te amo, Helena - declara con una gran sonrisa y siento como mi tonto corazón enamorado empieza a latir más fuerte mirando al amor de mi vida.

Mi Prohibido Amor (7°SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora