26 - Mi niño no..

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Narra Luis:

Llegamos a la clínica. Volvieron a hacerle nuevos estudios. Pero...

- Lo siento señorita Denisse.. pero usted..

- No puedo ser madre.. ya lo sé.. - dijo levantándose.

Denisse y yo salimos de la clínica. Se veía muy triste. No lloraba porque no le gustaba que la mirarán. Y menos lo haría enfrente de mi.

- Oye... - dije tomando su mano.

- No hables Luis. - dijo molesta.

- No me hables así Denisse.. - dije con la voz calmada.

- No quiero hablar. - dijo mirando por la ventana y alejando su mano.

- Solo quiero decirte que hay otras maneras de ser padres.. podemos..

- Yo no quiero saber mas de esas maneras.- dijo.

- ¿Sabes que hay muchos niños que quisieran tener una familia?

- ¿Que no entiendes? Para mí era un sueño poder tener un bebé.. un bebé al que yo diera a luz.. no uno de otra mujer.. - dijo con lágrimas en los ojos.

- Yo sé pero..

- Ya Luis, dejame en paz. - dijo.

No volvimos a hablar en todo el camino de regreso a la casa. Cuando llegamos ella se bajó y se encerró en el cuarto. De ahí no salió en toda la noche. Tuve que dormir en la recamara de huéspedes.

- Buenos días joven Luis. - dijo Nina.

- Buenos días.. - conteste al entrar a la cocina.

- ¿Le sirvo de comer?

- No gracias. ¿Ya comió la señorita Denisse?

- Aún no joven.

- Lleve le algo de comer, por favor. - dije.

- Disculpe la pregunta joven Luis. No es que me quiera meter en su vida pero, usted no está enamorado de la señorita Denisse, ¿Verdad?

Narra Lizeth:

Por la mañana me levanté temprano. Llevaría a Alejandro a la guardería, para después ir a trabajar.

- Te me cuidas mucho mi príncipe. - dije depositando un tierno beso en su mejilla.

- No se preocupe señorita, sabe que aquí es un lugar seguro para tener a su niño.

- Lo se, gracias. - dije.

Alejandro entro adentro y yo fui por mí comida para ir al trabajo.

- ¿Cómo esta tu día hoy? - me dijo la señora Marta.

- Pues bien, gracias a Dios.

- Me alegra mucho mija. Ya en unos minutos estará tu comida lista.

- Muchas gracias.

- ¿Y tú niño?

- Pues en la guardería. Tengo que dejarlo ahí. No tengo a nadie más.

- No sé si sea tan seguro eso.

- Pues espero que sí. No sé qué haría si.. - no termine de hablar al mirar la televisión.

- En noticia de última hora, la guardería de niños en la calle San Benito fue asaltada. Varios niños y trabajadores fueron lastimados.. Eso es todo lo que se sabe hasta ahora. - decían en la televisión.

- Alejandro.. 

- ¿Qué pasó? Pareciera que viste un fantasma.

- Esa guardería.. es.. es la de Alejandro.. - dije y salí corriendo fuera del restaurante.

Corrí con todas mis fuerzas hasta llegar a la calle San Benito, donde estaba la guardería. Ahí estaban policías y ambulancias.

- Lo siento señorita pero no puede pasar. - me dijo un policía.

- ¡Mi hijo está ahí dentro! - le grite.

- No puede pasar.

- Pero mi hijo...

Tuve que esperar entre otros padres más de tres horas para saber sobre nuestros hijos. Hasta que ví a la maestra de Alejandro.

- ¿Donde esta mi hijo? - pregunté.

- Señorita Lizeth..

- ¡Responda!

- No..

- ¿No que?

- No está ahí.. se.. se lo llevaron..

- ¿A donde? ¿Al hospital?

- No.. el.. el no está con los niños..

- ¿Como que no está con los otros niños?

- Los asaltantes se lo llevaron..

- ¿Que? No, no, no usted me está.. no por favor.. dígame que no es cierto..

- Lo siento.. - dijo y se fue.

Espere ahí con la esperanza de que me dieran a mi hijo. Poco a poco los padres se iban. Menos yo. Cuando ya no habia nadie. Volvieron a decirme que no estaba entre los niños.

Un Amor Prohibido - LCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora