4 - Por mas que me duela.

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Narra Luis:

Subí al coche y regrese a la casa. Cuando entré estaba mi papá comiendo en la mesa. Iba a subir a mi cuarto pero el me habló.

- Luis... - dijo.

Me di la vuelta y lo mire.

- ¿Donde estabas?

- Salí con Sophya.

- ¿Y porque salió en la televisión que entraste al hospital con una muchacha?

- ¿No puedo ayudar a una chica?

- No si es una simple mesera.

- No se como puedes hablar así.

Me di la vuelta para subir las escaleras hacia mi cuarto.

- Luis, no eh terminado.

No lo escuché y entré al cuarto cerrando la puerta detrás de mí. Me acosté en la cama mirando hacia la ventana.

- ¿Porque decidí vivir con el?

Narra Lizeth:

Entré a la casa con mi abuelita y me senté en el sillón.

- Me dijo tu prima que te habías ido con un desconocido.

- Si abuelita, es el.

- Está guapo por cierto..

- Abuelita.. - dije riendo. - la verdad si que lo es.... Pero nunca se fijaría en alguien como yo.. - dije bajando la cabeza.

- ¿Quien dijo que no?

- Abuelita.. es hijo de uno de los empresarios más ricos de Arizona..

- Mm.. ¿Quien es el empresario más rico de Arizona..? - dijo según ella pensando.

- Es un Coronel abuelita..

- Coronel... - dijo - ¿y eso impide que se enamore de ti?

- Es de otra clase social. Además, no se enamoraría de una simple mesera y peor, ilegal.

- Que seas mesera no quiere decir que no te pueda querer.

- Ya abuelita, además, nadie a dicho que me gusta o que le gustó. Así que mejor dejemos de hablar de eso.

Sólo me vio y río. Me levanté del sillón y camine lento hacia mi cuarto. Entré y me acosté en la cama.

- ¿Porque te corrieron? - pregunto ella.

-... ¿No le dijo mi prima?

- ¿Qué cosa?

-... Pues.. - suspiré antes de hablar. - Me dijo que.. que mi hermana ya...- la voz se me cortó. - Ya no está con nosotros.. - dije comenzando a llorar.

- Pues claro que no está con nosotros. Está en México. - contesto.

- Abuelita.. no estoy jugando..

- Yo sé que no mi niña. - dijo sentándose en la cama - pero no creo que sirva de algo llorar.

- Pero me duele..

- Yo sé que te duele. Pero algo tengo seguro, ella no querría que lloraras.

Ella se acercó y me abrazo. La abrace con todas mis fuerzas, como jamás la había abrazado.

Por la mañana solo me cambie de ropa con ayuda de mi abuelita. Ya que no me podia parar.

- Alguien te busca - dijo mi abuelita entrando con el muchacho.

- Hola chula. - dijo.

- Hola.. - conteste.

- Te traje algo, no sé si te gusten los chocolates.. - dijo dándome una pequeña caja de chocolates.

- Eh gracias y claro que me gustan. ¿A quien no? Jaja

- jaja, claro.. y ¿como te sientes?

- Me siento bien. Sólo que no me puedo parar ni hacer nada.

- Acuérdate que tienes que guardar reposo, así me vas a pagar.

- Jaja lo sé.

- Ya hablé con mi amiga, dijo que si podrás trabajar ahí. Que cuando tú pie mejore puedes empezar a trabajar.

- Muchas gracias.

- No te preocupes. - dijo.

Se veía algo triste.

- ¿Está todo bien con usted?

- No tanto.. y no me hables de usted, dime Luis, ya te dije.

- Jaja, Ok, Luis. ¿Está todo bien contigo?

- Pues.. mi papá se enteró de que te lleve al hospital. Y... Se enojó.

- De verdad no quería causar problemas.

- No, no, está bien. Hace mucho que no tenemos una buena relación. Y honestamente no sé porque él es así.

- Así ¿Cómo?

- Así, mal humorado, egoísta.. no me escucha.. - decia bajando la mirada.

- Yo jamás conocí a mi padre. Así que no se que decir al respecto. Pero mi mamá siempre trato de proteger a mi hermana y a mi...

- Siento mucho lo de tu hermana.

- Si.. aunque como dice mi abuelita, no sirve de nada llorar... Por más que me duela...

Un Amor Prohibido - LCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora