Narra Luis:
Bebé y yo nos formamos para pagar lo que habíamos comprado.
- Uhh.. - dijo al ver las rosas que había traído para Lizeth. - Que romántico.
- ¿Y tú? ¿No le llevas a tu novia?
- No tienen del tamaño que quiero.
- Jaja.. si te doy un consejo, le gustan los tulipanes y las rosas rojas.
- Gracias por el consejo.
Pague las cosas junto con el y salimos de la tienda.
- Bueno, nos vemos.
- Si.. nos... - dije sin terminar.
Me mareé un poco al sentir una pulsada en el pecho. Algo que jamás había sentido antes.
- ¿Estás bien? - me preguntó al acercarse a mi.
- Si, si... Solo... *Suspiro*... Estoy.. bien...
- ¿Seguro?
Sentía que algo andaba mal.
-... Si.. tengo.. tengo que irme. - conteste abriendo la camioneta. - Nos vemos después. - dije subiendo las cosas para después manejar directo a la casa.
Narra Lizeth:
Iván me puso contra el piso y no me dejo moverme.
- ¡No! ¡Saquenlo de ahí! - gritaba sin poder moverme.
- Quiero que sientas lo que yo sentí. Quiero verte resignarte a que está muerto.
- ¡Por favor! ¡Saquenlo! ¡No hagan esto! - pedía a gritos.
Mi hijo estaba dentro de la casa mientras está ardía en llamas.
- Iván, ya es suficiente. Debemos sacar al niño de ahí.
- ¡Ayuda! - pedí.
De alguna manera logré hacer que Iván cayera al piso y me soltara. Me levanté y quite el tape que tenía en las manos.
- ¡Déjala! - dijo Iván cuando salí corriendo hacia la casa. - ¡De ahí no saldrás con vida!
Entre a la casa. Apenas podía acercarme. Ya estaban los muebles quemándose. Había mucho humo y no podía caminar muy bien.
- ¡Alejandro! - decía para poder encontrarlo o al menos saber que estaba bien.
Apenas al acercarme a mi recamara lo encontré tirado en el piso.
- Ale.. *tos*.. mi vida.. *tos*..
Abrí la puerta de mi cuarto tomándolo en mis brazos. Tomé una de las cobijas y la moje en el baño. Lo enrede en ella y lo cargue en mis brazos para tratar de sacarlo de ahí.
Yo solo podía toser. Casi no podía respirar. El fuego se había hecho más intenso y me había bloqueado la salida. Tuve que regresar a la recamara.
- ¡Ayuda! *Tos* ¡Ayuda! *Tos*.. - pedía al tratar de sacarlo de ahí.
Quise abrir la ventana. Pero me era imposible abrirla. Cómo si alguien la hubiera atascado a propósito.
- Ayuda... - dije cayendo al piso inconsciente por la falta de oxígeno.
Narra Luis:
Maneje lo más rápido que pude hacia la casa. Le llame a Lizeth varias veces pero no me contestaba. Sentía que algo malo les había pasado.
Pero al llegar a la casa me di cuenta de que no estaba equivocado. La casa estaba ardiendo en llamas. Me baje rápido del coche y me acerque a la gente que se encontraba afuera.
- ¡Lizeth! - grité al ver que de entre la gente ella no estaba.
- ¿Lizeth no está contigo? - dijo su prima.
- Ella estaba adentro.
- Dios mío..
Corrí hacia la casa. Tratando de entrar.
- ¡Luis, no!
Pude abrir la puerta. Todo estaba quemándose. Trate de caminar cubriendo me la boca y la nariz con la camisa.
- ¡Lizeth! - grite mientras entraba.
No estaba en la cocina o en la sala. Así que solo podía estar en los cuartos. Al pasar por el cuarto de Lizeth, aunque fue difícil pasar, ví a Alejandro enredado en una cobija junto a ella.
- ¡Lizeth! - decía tratando de despertarla.
Casi no respiraba. No podría sacarlos a los dos. Trate de sacar a Lizeth con Alejandro pero no podía.
- Luis.. - dijo alguien al entrar. - Tu llévatela. Yo me llevo al niño. - dijo alguien que con el humo no pude distinguir su cara.
Pero eso hicimos. Él salió con Alejandro y yo salí con Lizeth. Casi me caía una parte del techo en la cabeza. Solo me resbale pero no me caí.
Al salir fuimos lo más lejos de la casa. Aún no llegaban los bomberos o la policía.
- Liz.. *tos*.. mi amor.. *tos*..
- No está respirando... - dijo el muchacho que había sacado a Alejandro.
- Luis, ¿No? - dijo Iván desde arriba de un coche.
- ¿Usted qué hace aquí? *Tos*
- Le dije a Lizeth que esto no se iba a terminar ahí. - contesto.
- ¡Suéltalo! - le grité a Diego cuando ví que tenía en sus brazos a Alejandro.
- Está bien.. - contesto dejandolo en el piso.
- Haz lo que te dije. - dijo Iván subiendo la ventana del coche.
- Lo siento Luis. - dijo Diego apuntando le a Lizeth con una pistola.
- ¡No! - dije poniéndome frente a ella. - Si a alguien quieres matar. Mátame a mi. Déjala en paz.
- Diego... - dijo Lisbeth. - Es suficiente lo que haz hecho.
Las sirenas de los bomberos y de la policía ya se podían escuchar.
- Perdóname... - dijo tirando la pistola. - Yo no quería lastimar al niño..
La policía llegó y se llevaron a Diego detenido. Al igual los bomberos llegaron y apagaron el fuego. Ya no pude más y caí al suelo.
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Un Amor Prohibido - LC
De TodoLizeth una chica de tan solo 17 años, pierde a su madre y queda a cargo de su hermana menor, Cristina. Pero con sus 17 años decide cruzar la frontera a los Estados Unidos para buscar una vida mejor. Dejando a su hermana en México. Una vez haya busca...