Capítulo 23 Valle De Godric

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Ya había pasado un año desde el nacimiento de Harry. Los chicos no había conseguido oportunidad para visitar a James y así poder activar los collares, Lily cada vez se fortalecía más.

No se sabía quienes eran, pero sí que eran sus seguidores. Sirius explotó de ira al enterarse que su familia estaba del lado de Lily. Regulus fue el único que no se unió a la pelirroja por lo que trajo la mayor de las vergüenzas a la familia Black, sin contar la de Sirius al quedar en Gryffindor.

Era una mañana tranquila del 31 de Octubre, finalmente, los chicos habían convencido a James reunirse para ponerse al día, mientras que Tom haría los suyo con los collares.

Esa misma tarde, Tom iría en cubierto a la casa de los Potter, al menos podría ver, aunque fuera por unos minutos, a su adorado hijo.

- ¿Ya están listos? - Pregunto Tom llegando al vestíbulo.

Sirius y Remus asintieron y los tres se desaparecieron en el Valle de Godric, exactamente frente a la casa de los Potter.

- Bien, ya es hora - Susurro Sirius abriéndose paso entre la nieve. Remus fue tras él mientras que Tom veía desde lejos.

- Ya falta poco James... Pronto seremos una familia como siempre soñamos...- Susurro Tom, miró a sus alrededores y se desapareció dentro de la casa.

En el vestíbulo James abrió la puerta recibiendo a sus amigos con un fuerte abrazo. - ¡Sirius, Remus! Gracias por venir, ya hacía falta que nos viéramos - Dijo James.

- Tienes razón James, solo que se nos presentaron ciertos inconvenientes por los cuales no pudimos venir antes - Explicó Remus entrando en la sala acompañado del pelinegro.

- Bueno, lo importante es que ya están aquí - James se sentó en uno de los muebles y frente a él los otros dos chicos.

- ¿Y bien?... ¿Qué ha sido de sus vidas? -

En el piso de arriba en una de las habitaciones se encontraba el pequeño Harry de tal solo un año de nacido, con él, se hallaba Lily viéndolo con repugnancia.

- Tus días están contados... Thomas - Dijo Lily escupiendo con odio el nombre del pequeño, el cual, casualmente era el nombre de su otro padre.

La pelirroja salió de la habitación y cerró la puerta con llave. Él pequeño Harry era de cabellos azabaches con las raíces castañas, tenía los ojos igual de brillosos como Tom y la piel blanca como la nieve.

Minutos después de que Lily saliera de la habitación, en el centro de esta apareció Tom. Se acercó a la pequeña cuna y observo detalladamente al bebé que yacía en ella.

Harry lo miro con sus penetrantes ojos verdes y extendió sus pequeños brazos al castaño. Tom sonrió y tomó al niño en brazos mientras lo acunaba.

- Hola mi amor, soy yo, tú papi Tom - Dijo Tom, Harry tomó con sus pequeñas manos uno de los dedos del mayor y comenzó a jugar con el.

- Eres hermoso mi niño... Quisiera estar contigo todo el tiempo, pero ya verás que pronto seremos una gran familia. Tú, yo... Y tú papi James - Tom suspiro al mencionar a su azabache.

Harry bostezó lentamente y se halló los ojos a lo que Tom sonrió y lo colocó de nuevo en la cuna mientras caía profundamente dormido. El castaño sonrió y sacó su varita, comenzó a susurrar algunas palabras y el collar que portaba Harry se iluminó.

En la sala se hallaban Sirius y Remus charlando un rato con James, al ver como el collar se iluminó levemente sonrieron y se pusieron de pie.

- ¿Qué les parece si salimos un rato? - Pregunto Sirius con picardía. James sonrió y se puso de pie asintiendo.

- Bien, pues vamos - Sirius sacó a James de la casa y se giró a ver a Remus quién seguía en su misma posición.

- Adelantese, haré algo y en un momento los alcanzó - Los chicos sonrieron y se alejaron dejando al joven oji miel.

Remus se apareció dentro de la habitación de Harry y vio como Tom observaba a su pequeño dormir tranquilamente.

- Es hermoso, ¿No crees? - Pregunto Tom sin dejar de ver a Harry.

- Lo es - Susurro Remus. - Sirius sacó a James, es hora de irnos Tom - El castaño asintió con pesadez y miró a su amigo.

- Vamos - Ambos se desaparecieron frente a la casa y Tom hecho una última mirada. - Iré a casa, los espero allá - Susurro Tom antes de desaparecerse.

Remus alcanzó finalmente a los chicos, recorrieron el lugar por horas hasta que en cierto punto James dejo de caminar y se llevó una mano a la frente.

- ¿Sucede algo Cornamenta? - Pregunto Sirius preocupado por su amigo.

- No es nada, solo olvidé algo en casa... Caminen, yo en un momento los alcanzo - James se dió la vuelta y comenzó a correr en dirección de su casa.

Al llegar estaba por subir las escaleras para llegar a su habitación cuando un estruendoso grito cubrió sus tímpanos.

Corrio desesperadamente en dirección a la habitación de su hijo pero está estaba cerrada con llave. Forcejeó sin obtener buenos resultados por un rato.

Dentro de la habitación, Harry lloraba desconsoladamente buscando a su papi con la mirada, Lily se hallaba ahí con él y con su varita en alto lista para llevar a cabo su plan de destruir lo que se suponía que la destruiría a ella.

- Eres un bebé insolente - Escupió Lily con odio. - Pero para que veas que tengo un poco de compasión... No le haré daño a tu papi, pero puede que a tu padre si - La pelirroja comenzó a reír a carcajadas.

- Tú momento a llegado... Thomas - Lily alzó su varita y apuntó al pequeño justo cuando la puerta se hizo mil pedazos cosa que a ella no la detuvo. - ¡AVADA KEDAVRA! - Gritó y dónde se suponía debía estar el cuerpo sin vida de Harry, se encontraba el bebé llorando a mares.

Harry aún seguía con vida y en su pequeña frente se dibujó la marca de un rayo. Lily enfureció al ver que su plan no había funcionado pero ahora le preocupaba que James estaba ahí.

- ¡Lily! ¿¡Acaso intentas matar a mi hijo!? - Gritó James con desesperación colocándose entre la cuna y ella de modo protector.

- Así es James... Y por lo que veo tú también quieres el mismo final - Susurro la pelirroja con perversidad. - Jamy querido... Di adiós a Tommy -

James abrió muy grandes los ojos, aquellas palabras se le hacían conocidas pero no sabía de donde. Fue ahí cuando cientos de recuerdos atiborraron su mente, varias imágenes se aparecían ante sí hasta detenerse en un solo recuerdo.

Estaban él y Tom en el césped de los jardines de Hogwarts mientras comían un trozo de tarta de melaza cada uno.

- Te quiero mucho James - Susurro el castaño.

- Y yo a ti Tommy -

No pudo decir más, ni siquiera protegerse cuando un rayo de luz verde se hizo contra él.

- ¡AVADA KEDAVRA! - Escucho gritar a Lily, de ahí todo se volvió oscuridad.

Fin

Amor Contra El TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora