Culpa

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Un día en que no debe ir a la escuela, con todas las alarmas apagadas, cualquier estudiante solo desea dormir hasta tarde. Pero por más agradables que eran los planes de Chuuya alguien los iba a romper. Para ser preciosos: Osamu Dazai.
Porque en todo lo planeado no estaba que tocaran su puerta como si la quisieran tirar a las 7 de la mañana.

Más que molesto se levantó de su tibia cama para ir a abrir la puerta y encontrarse con un sonriente castaño que llevaba las manos ocupadas con dos bolsas.

-¡Chuuya! Hoy vengo preparado con mis películas favoritas.

-No puedes verlas -contestó molesto. Era cruel, sí, pero hace tres minutos estaba durmiendo y ahora debía soportar a alguien muy ruidoso, no podían culparle.

-Pero si escuchar, además ya las he visto muchas veces.

-¡¿Entonces para qué las traes?!

-Para que las veas tú y yo las escuche,  obviamente.  ¿ya puedo pasar? - Chuuya se hizo a un lado, luego recordó que el chico no podía ver nada y lo jaló del brazo hasta la sala donde lo sentó. Tras dejarlo ahí fue a su habitación por unas mantas, si tenía suerte el bastardo no notaría que seguía durmiendo en vez de ver las películas.
Al volver a la sala de encontró con un Osamu agachado que solo escucharlo levantó la mirada y sonrió. Algo dentro del pecho de Chuuya se sintió diferente. Seguro era culpa ¿qué sino?

-Mira, traje pastelillos para desayunar también- extendió una de las bolsas hacia Chuuya - Ango dijo que no debería comer más de 2 porque me pongo insoportable y no quería recoger mi cadáver más tarde, así que los otros 4 son para ti.

-Gra, gracias Dazai.

-Puedes... Llamarme por mi nombre- Chuuya lo miró, según recordaba, al chico nadie le llamaba por su nombre- Osamu, ese es mi nombre- dijo con una sonrisa algo triste Dazai, quizá creyendo que no lo recordaba. Vaya, nunca había sentido tanta culpa en menos de 10 minutos.

-¿Te gusta el café Osamu?-

-Sí ¡Con leche y dos de azúcar! -todo rastro de tristeza desapareció y fue reemplazado por una sonrisa realmente dulce. Tras pensar en ello Chuuya se abofeteó mentalmente ¿qué tipo de tonterías estaba pensando? 

-Voy a preparar un poco, espera- Osamu sintió y empezó a tararear una canción.

ΞΞΞΞΞΞΞΞΞΞ
T

res cafés, dos pastelillos y media película después ambos estaban riendo. Chuuya no recordaba haber reído tanto alguna vez y es que Osamu no había llevado películas como tal, sino los videos del ensayo de  boda de Kunikida y Yosano que él personalmente se encargó de sabotear.
Chuuya no tenía idea de que los conociera y menos aún de su afición a fastidiar al rubio.

Tras terminar el primero de cuatro, ambos empezaron a calmar su respiración.

-No sabía que lo conocieras- mencionó - de forma personal, quiero decir.

- No sabes muchas cosas sobre mi- contestó con un tono algo coqueto y al instante Chuuya sintió sus mejillas enrojecer - lo conozco desde que llegué a la ciudad... Una larga historia a decir verdad. Es algo así como amigo de mi tutor.

- ¿Ango?

-No, él es el esposo de mi tutor. Aunque... Supongo que eso convierte a ambos en mis tutores.

-Ya...- ¿Qué se supone que dijera ahora?

-¿Te incomodan o algo así las parejas homosexuales?

-No. Creo que las personas deben estar con quien quieran o amen.

-¡Perfecto! Chuuya, pon el siguiente, es cuando le cambié los votos y por lo nervioso que estaba no se dio cuenta

Chuuya sonrió de nuevo y se levantó para ponerlo.

iban or el tercer video cuando el celular de Dazai empezó a sonar. Este lo tomó y contestó sin ver siquiera. Por su parte, Chuuya pausó los videos.

-¿Sí? Oh, Atsushi-Kun, ¿Todo está bien?
Claro que lo recuerdo, yo personalmente te lo pedí.
Ahh ¿cómo pudiste olvidarla? Solo son cuatro dígitos.
Bien, bien, ve con Akutagawa él sabe la contraseña también.
Claro que ese Akutagawa ¿Cuál sino?
ya, ya sé que Gin también lo es pero nunca le hemos dicho así.
Entonces paga a Ranpo con dulces para que te lo diga no me sorprendería lo sepa.
Es tu culpa por olvidarlo, además, yo te dije que no compraras ese videojuego.
Estoy seguro que yo fui quien dijo que no y Tanizaki el que decía que sí.
No, se paga al terminar el trabajo, no te voy a dar dinero ahora ¡Ni siquiera puedo verlo!
No te acerques a mi targeta Atsushi-kun.
Solo debes ir con él, decirle que yo te mandé y te lo dirá, además, así solucionan sus problemas.
¡Lo hice!  A mi manera...
Entonces sufre o rompe el candado.

Y tras eso colgó la llamada.  Chuuya estaba confundido.

-¿Todo bien? - se atrevió a preguntar.

-Si, si, solo que necesito un libro y Atsushi se comprometió a comprarlo, el dinero está en mi casillero pero olvidó la contraseña.

Algo no cuadraba en eso, pero decidió no preguntar más.


HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora