Invitación.

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Tal como los chicos habían dicho, los profesores habían adelantado las pruebas, tuvieron mínimo tres exámenes en un día y si bien a Chuuya no se le dificultaba ninguna clase tener que estudiar para dos exámenes diario no era agradable tampoco. Lo que le dijeron sobre adelantar su prueba en artes marciales también era verdad.

En los cuatro días que duraron las pruebas con suerte pudo hablar con Dazai, por extraño que pareciera el chico realmente parecía ocupado y atento a sus clases, aun así, cada día encontró a Dazai esperándolo fuera de la escuela para entrar al salón los dos y antes de irse Dazai le acompañaba hasta cierta parte donde ambos debían separarse. También, durante toda la semana llevó algo de comida o café que compartió con Chuuya. ''Ango me ha dado mucho, quiere engordarme para venderme en el mercado negro, ayúdame a comer y sálvame'' era lo que le decía antes de pasarle un par de palillos o su termo. Chuuya solo reía y comía junto a él.

Las notas tampoco pararon, el color seguía siendo el mismo horroroso rosa, los pétalos también aumentaban pero en vez de diez o veinte diarias solo encontraba una para cada clase con información extra para cada materia. Algún dato curioso, alguna frase o un recordatorio. No sabía que pensar al respecto y sin notarlo empezó a guardarlas, tal como Osamu le había dicho.

Ni siquiera notó como habían pasado todos esos días, para cuando se dio cuenta ya era viernes.

Al llegar a su casa, decidió descansar, el plan para la tarde era simple: dormir todo lo que no pudo en la semana. El del sábado incluía su cama, una película y palomitas. El del domingo: ropa sucia, lavadora, tareas y limpieza general. Pero Dazai siempre tiraba por la borda sus planes. Todo había iniciado por las 9 de la noche, cuando ya se disponía a dormir pero recibió un mensaje

-xxx xxx xx xx

Chuuya~

Era un número desconocido, no tenía por qué contestar, así que puso su celular en silencio e intento dormir. Pero el celular vibraba demasiado, molesto tomo su celular y se encontró con veinte mensajes iguales al primero.



-xxx xxx xx xx

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Chuuya~

Nakahara:

¿Quién eres y qué quieres?

-xxx xxx xx xx

Que margado eres.

Nakahara:

¿Quién eres y qué quieres?

-xxx xxx xx xx

Soy quien deja las notas rosa en tu escritorio junto
a mis confesiones de amor y pétalos con babas.

Nakahara:

¡¡Cabrón!! ¡¿Cómo conseguiste mi numero?!

-xxx xxx xx xx

Jajaja

De verdad es fácil hacerte enojar.
Chuuya, ¿no sería más fácil que veas mi perfil?


Chuuya se golpeó la frente e hizo lo que el bastardo le decía. Era Osamu.

Nakahara:

Ah, eres tú, Osamu.

Dazai:

¿Cómo que ''eres tú''? ¡Al menos finge que te alegra!

Nakahara:

Por supuesto, por supuesto.

Voy a dormir.

Dazai:

Chuuuuuuuuuuuuuuuya. No puedo dormir

Nakahara:

Yo sí. Buenas noches.

Dazai:

Chuuyaaaaaaaaa



Chuuya rió, a veces Dazai realmente parecía un niño.

Nakahara:

Está bien, está bien, ¿Cómo logras dormir?

Dazai:

Necesito que Ango me dé un vaso de leche con chocolate pero está hablando
con Odasaku y ninguno me hará caso ahora.

Nakahara:

Vaya, no esperaba que ellos se llevaran tan bien.

Y ¿Qué eres? ¿Un niño de 5 años?

Dazai:

¿Por qué no se llevarían bien?

Todos tenemos algo de niño. Pero no, lo de la leche con chocolate no es verdad,
son viejos hábitos a decir verdad.

Nakahara:

Porque uno es tu padre adoptivo y otro tú pareja.

¿Viejos hábitos?

Dazai:

JAJAJAAJAJAJAJA

Nakahara:

¿Qué es tan gracioso?

Dazai:

Nada

¿Te gustaría desayunar en mi casa mañana?

Nakahara:

¿No he comido ya suficiente esta semana de ti?

Dazai:

De mí no, pero si tú quieres comer de mi...

Nakahara:

Perturbador.

Dazai:

Si, lo fue.

De todas formas, esta semana comías para salvarme de una subasta en el mercado negro.
Así que no te preocupes, además, de paso conoces a mis dos tutores.

Nakahara:

¿Por qué querría conocerles?

Dazai:

Será entretenido, te lo prometo.

Además, tengo videojuegos.



La plática se desvió hacia los videojuegos que Dazai tenía y así, sin notarlo, el tiempo corrió. No fue hasta la una de la mañana que Chuuya durmió.

HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora