Medidas Desesperadas

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- ¿Por que estas aquí?- eso mismo se preguntaba Chuuya, joder, ¿qué clase de estudiante lo citaba en un callejón solitario a las 8 de la noche solo para responder algunas preguntas? Había escuchado que Edogawa era un genio extraño, pero no creía que tanto.

- Tu me citaste aquí

- Obviamente, lo que preguntaba es ¿qué necesitas saber, tonto?

- No soy... agh, da igual. ¿Quién deja las notas feas en mis cosas?

- Muéstramelas.- ordeno Edogawa y Chuuya, sin rechistar saco cinco de ellas y se las entrego al chico. Este las miro fijamente y tras unos segundos empezó a reír.

- ¿Que es tan gracioso? ¿Sabes lo agotador que es encontrar mas de veinte en una semana?

- Conozco a quien te deja esas notas.

- ¡¿Quién es?!

- Lo lamento, no puedo decírtelo abiertamente porque me ha prohibido hablar sobre ello desde antes de empezar a dejártelas.

- Ne-

- Antes de que continúes, como dije, no puedo decirlo abiertamente, pero no me dijo nada de no darte pistas. Así que, te daré tres como compensación por no decirte el nombre:

Primera: No es una chica. Es un chico
Segunda: comparten clases.

Tercera: esta en mi circulo de amigos.

Ahora, mi pago.

Sin poder rechistar mas, le entregó una bolsa llena de dulces. Como decía, alguien extraño. Aunque para ser sincero, conseguir esos dulces le había tomado toda la tarde, eran muy difíciles de encontrar.

Edogawa tomó la bolsa, la abrió, verifico el contenido y tras ver que incluso había mas de las que había pedido sonrió.

- Gracias, un placer negociar contigo- se dio la vuelta y empezó a caminar fuera del callejón, dejando a Chuuya con mas incógnitas que respuestas y sin saber que hacer. Antes de llegar al final, Ranpo volteó a mirarlo- por cierto Nakahara, ¿has escuchado de ''hanahaki''?

HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora