Hanahaki

FOTOGRAFÍAS CEGADORAS.

Luego de escribir todo en su libreta, durante clases por cierto, se dio cuenta que podría hacer más corto todo si conocía el rostro de su acosador.

Si tuviese una cámara en su casillero que fotografiara al loco...

Lo bueno de ser uno de los mejores alumnos y presidente de clase es que conoces todos los rumores que deambulan en los pasillos y conversaciones, además de que conoces a varias personas interesantes, y justo en ese momento recordó a quien podría ayudarle.

En cuanto tuvo un pequeño reseso lo busco: Rokuzou Taguchi

Un chico de estatura media, normalmente usaba un suéter blanco, camisa azul, pantalón verde y zapatos deportivos, cabello castaño, una mirada aburrida que escondía la gran habilidad en software y hardware que tenia. Próximo a graduarse con honores por su gran habilidad. Era el hijo adoptivo de dos de dos profesores: Doppo Kunikida y Akiko Yosano por lo que, además de tener la habilidad, podría entrar a la escuela para colocar la cámara.

- ¿estas seguro?- preguntó Rokuzou

- Si no lo estuviese no te lo hubiera pedido.

- Bueno, si, pero ir en la noche es...

- Arriesgado, lo se, pero es la única forma. Necesito que cuando el idiota que mete cosas a mi casillero lo abra la cámara lo fotografié varias veces, con diez esta bien. No, no, mejor treinta, ¡o cincuenta!

- ¿Con tantas no podría quedar ciego?

- ¿Que mas da? Eso le pasa por fastidiarme.

- Esta bien... aun así, entre mas tome, mas es la paga.

- Puedo pagarte, ese no es problema.

- Mañana al finalizar las clases yo me quedare para instalar todo.

- Estupendo.

Tras terminar la platica con Taguchi, Chuuya regreso mas tranquilo a su hogar, pronto conocería al bastardo que le ponía cosas. 

cuando lo conociera, le diría que no quería una relación con nadie, el chico se operaba, lo olvidaba y ambos vivían felices.