TRAUMA

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Lunes por la mañana y su extraña rutina se instauraba nuevamente: encontrar Dazai en la entrada, caminar a los casilleros, sacar las notas y pétalos que le dejaba el desconocido, tener clases.

La nota de esta semana era la más rara y sinsentido de todas:

''hoy solo mírame a mí''

Para la comida, Dazai lo arrastró al club de teatro. Todos estaban ansiosos y comieron juntos, nadie cuestionó por qué había entrado, ni siquiera Fyodor, incluso le había saludado y todos le hablaron tan bien como en casa de Atsushi. Era un ambiente bastante bueno, omitiendo la cara de enojo que tenía Akutagawa y que parecía querer matar a todos, bueno no a todos, solo a las dos chicas que se encontraban sentadas a los lados del peliblanco. Chuuya supuso se trataba de Lucy y Kyouka. Atsushi miraba a Dazai pidiendo ayuda pero este solo reía y cuando Chuuya quiso decir algo para ayudar al pobre Dazai le tapó la boca y señaló hacia Akutagawa

- Créeme, no quieres estar en medio de ese par- susurró el castaño y tras confirmar que el rostro de Ryunosuke era todo menos amistoso decidió que valoraba más su vida, después de todo, si Ryunosuke realmente gustaba de Atsushi no le haría nada.

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Chuuya creyó que tras terminar de comer regresarían a clases, por lo que al terminar se levantó y agradeció. Iba a salir cuando sintió como alguien tocaba su muñeca, al voltear se encontró con Dazai y la mirada de todos viéndolo de forma curiosa.

- ¿A dónde crees que vas?

- ¿No vamos a clase?

- Pfff, no, tenemos que arreglarnos para la obra, tonto- contestó Edogawa.

- Pero yo no pertenezco a...

- Diremos que nos ayudaste.

Fue arrastrado por ellos dentro nuevamente. Los que actuarían se dedicaron a vestirse, arreglarse y practicar un poco. Incluso algunos se fueron a algún rincón y los que no empezaron a ordenar los escenarios. Él, sin tener nada que hacer, se dedicó a ayudar a Dazai a confirmar conocía todos sus diálogos. Tras una media hora Ryunosuke se acercó a ellos.

- Chuuya, ¿podrías traerme mi peluca?

- Claro- el menor se veía aún bastante molesto y agradecía poder irse a perder el tiempo.

Empezó a vagar por los salones, no sabía dónde había dejado Dazai la peluca pero seguramente estaba donde los demás trajes. Sin tocar la puerta, entró al aula.

Si tan solo hubiese tocado... no habría tenido la vista que tenía ahora:

Fyodor y Gogol mas desnudos que vestidos, besándose y toqueteando al otro.

Al percatarse que alguien había abierto la puerta, ambos voltearon, Chuuya seguía sin poder reaccionar, pero la mirada que le dedicó Fyodor le hizo estremecerse

- Pe. Per. Perdón. Lo siento mu. Mu. muchísimo- tartamudeó y cerró la puerta. Luego de cerrar se quedó estático en la puerta, intentando procesar lo sucedido. No sabía cuánto tiempo había pasado pero cuando empezó a escuchar gemidos al fin reaccionó y salió corriendo de ahí.




Alguien había dicho quería ver en acción  a Fyodor... bueno, Chuuya ya lo vio

HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora