Miércoles, llegó veinte minutos antes y Dazai ya estaba esperándole en la entrada, algo abrigado y con un cubre bocas. No habló pero Chuuya estaba seguro que le sonreía. Como todos los días fueron hacia su casillero para tomar sus libros, él esperaba encontrar alguna nota fea, pero esta vez, no había notas y pétalos, sino un ramo de rosas.
Chuuya estaba muy confundido, encontrar un ramo de rosas no había sido nunca una opción. Por si fuera poco cada rosa era de un color diferente, seis en total. Seguramente la confusión se mostraba en su rostro porque Dazai empezó a reír.
- ¿conoces el significado de las rosas, Chuuya?- le preguntó con la voz algo dañada.
- No.
- Mira, la rosa negra es símbolo de un amor imposible, de devoción, de pasión fatal. La rosa roja es pasión, debes saberlo- tosió un poco- la azul se usa para la exclusividad, transmite que eres único y especial para esa persona, aunque también un imposible. La rosa verde es para la esperanza, la ilusión, deseos sanos. La rosa morada es amor a primera vista. Y por último, la blanca: amor verdadero. Seis rosas en total Chuuya, que significa ''no es pasajero''.
Observó fijamente el ramo. ¿Qué se suponía que hiciera?
- Chuuya... ¿te has enamorado alguna vez?
- Sí- ''de ti'' quiso contestar, pero supuso no sería buen momento.
- Tu... ¿corresponderías los sentimientos de quien te ha dejado todo eso? Las notas, los pétalos, el ramo- pregunto mientas sostenía su garganta.
- Me gustaría, pero no puedo. No me interesa esa persona- ''me interesas tú 'completó en su mente- además ¿Cómo corresponder a alguien que no da la cara y en vez de decirlo de frente se esconde detrás de hojas con un horrible color?
- Tienes razón- murmuró Osamu, mientras tenía un ataque de tos nuevamente. Cuando se controló volvió a preguntar- ¿ni siquiera lo considerarías?
- No.- él ya había elegido a alguien, no quería a nadie que no fuese Osamu y como muestra de ello, tiró el ramo a la basura.
- Sabes Chuuya, yo no creo poder tomar la clase, le diré a Oda para que me lleve a casa. Perdón.
Antes de que pudiese ofrecerse a ayudarle, Dazai ya estaba corriendo por el pasillo. Suspiró y entró a su aula.
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Estaba preocupado por Dazai. No pudo poner atención a sus clases, sentía que había algo mal con Osamu, algo que él no estaba captando. Le escribió mensajes pero ni siquiera le llegaban. Quizá debía preguntarle a Edowaga. Solo debía esperar una hora, se dijo a sí mismo.
Para cunado fue hora del desayuno, el mismo Edowaga le buscó.
- Chuuya... ¿a qué hora se fue Dazai?- sus ojos verdes se veían más serios de lo que alguna vez lo habían estado
- Cerca de las ocho.
- ¿Qué hicieron antes de que se fuera?
Chuuya le contó. Le habló del ramo, de lo que le dijo y sorpresivamente Edowaga empezó a reír.
- Cuando nos conocimos te dije tonto. Me equivoqué. Eres un estúpido Chuuya- quiso protestar, pero antes de que pudiese hacerlo, el chico levanto la mano, callándole, y continuo hablando- Escúchame con atención. Vas a ir a la casa de Dazai justo ahora, no estará nadie. Arréglatelas para subir a su ventana, él siempre la deja abierta. Entra a su habitación y bajo la cama, busca una caja. Habrá tres, en una están sus videojuegos. En la segunda hay fotografías. Ignora esas dos y abre la tercera.
- ¿y si me descubren?
- Créeme Nakahara, esa es la menor de tus preocupaciones ahora. Haz lo que te digo.
Chuuya le miró a los ojos, que ahora mostraban enojo. El ojiverde se dio la vuelta y se fue de ahí. Chuuya entró al salón, tomo sus cosas y salió corriendo para hacer lo que le había dicho Ranpo.
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La tercera caja era la más bonita de las tres, ahora que estaba ahí temía abrirla. Cuando al fin la abrió, se quedó sin poder reaccionar y tras unos minutos, con las manos temblando se atrevió a tocar el contenido:
Una pluma negra.
Varias hojas de un horrible color rosa
Pétalos, incluso algunos con sangre.
Y en el fondo un sombrero.
'' Ese día en que no volteó ni una sola vez, olvidó algo que hasta el día de hoy conservo. Como una cenicienta''
Las palabras de Osamu resonaron en su cabeza mientras observaba el sombrero, su sombrero.
Ahora recordaba, él había perdido ese sombrero hacía tiempo, cuando sus padres le entregaron la carta de su progenitora fue junto al rio y lloró por bastante rato aprovechando que estaba solo, pero cuando vio a alguien acercarse se retiró de ahí, dejando su sombrero en la banca. Lo dio por perdido.
Había sido tan estúpido, su propia madre lo había notado con solo contarle, pero él, aun cuando Osamu le contó todo no lo notó.
Sin más que hacer subió a la cama de Osamu y abrazó la caja mientras lloraba. Junto a la cama había un bote de basura, estaba lleno de pétalos, la gran mayoría con sangre. ¿Qué le había hecho a Dazai?
Luego de un rato la puerta se abrió, levantó la mirada ilusionado, esperando fuese Osamu, pero no, era Oda.
- ¿Chuuya?¿ qué haces aquí?- preguntó Oda desde la puerta
- ¿Do. Donde esta Osamu?- preguntó intentando secar sus lágrimas.
- Él... bueno - Oda se sentó junto a él y vio lo que Chuuya tenía en sus brazos- lo sabes ya entonces- concluyó- vine por algo de ropa para él. Justo ahora tu padre lo está operando para extraer las raíces de Hanahaki.
'' Pues... tu hijo es el culpable de que vaya a consulta contigo''
''hay dos formas de curar hanahaki, la primera es ser correspondido, la segunda operando. Cuando se lleva a cabo lo segundo, el infectado olvida por completo de quien estaba enamorado, los sentimientos desaparecen y es muy posible nunca se vuelva a enamorar''
¡Hola!
Si por casualidad, yo leo algún ff tuyo de esta hermosa pareja, del shin skk o del bello RanPoe y te he comentado que me has dejado en la parte más intensa... puedes tomar esto como mi venganza :D
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Hanahaki
FanficLas rosas son Rojas el cielo es azul yo tengo cerezos en los pulmones. Con este romántico y original poema se encuentra Nakahara Chuuya al llegar a la escuela y así inicia la travesía para encontrar quién lo dejó ahí. Bella portada hecha por @Alba_S