Entre tus brazos (Divergente) (VPT2)

Capítulo 13

Tris

Ser amiga de Zeke y Uriah es todo una aventura. Podrán ser adultos perfectamente funcionales, pero también son los más ocurrentes en cuanto a planes... familiares se refiere. Nadie se sorprende cuando nos hacen empacar a todos a mitad de la noche para un claramente inesperado viaje a la playa.

Shauna se mueve con fastidio, de hecho ni siquiera se baja de la camioneta. Su vientre había tomado un buen tamaño estas últimas semanas y, en palabras de ella, se cansaba hasta de hablar, por lo que Marlene, Christina y yo nos arremolinamos en la ventanilla de su camioneta para evitarle la fatiga de salir.

— Estaba cocinando — bosteza —. Y de repente...

— ¿Cocinando a las dos de la mañana? — interrumpe Christina.

— Tenía antojo, ¿si? Estaba cocinando y le dije, "Oye, ponle miel". Me empezó a decir que era una barbaridad... — se acomoda la manta en sus hombros. Está claro que apoya la idea de Zeke con respecto al viaje, pero su sueño era mayor. — y para, me mira y va "Hay que ir a la playa". Le dije que planeáramos un viaje para fin de año... no me escuchó y empezó a llamar gente y empacar y no sé, me dormí.

— Puedes tener por seguro que despertó a todos. — ríe tiernamente Marlene, con los brazos cruzados sobre el pecho para resguardarse del frío. Sonrío.

— Bonito mameluco. — le señalo. Ella extiende los brazos, moviendo los pies para mostrarnos el estampado de dinosaurios en tonos pastel. 

— ¡Gracias! Trae una capa, pero...

No me sorprende ver a Uriah acercarse con la capa atada al cuello, pero si que me hace reír, puesto que el dinosaurio le comía la cabeza, como un sombrero.

— Ya están las maletas arriba. ¿Están cómodas aquí echando chisme sin mi? — rodea a su novia de los hombros y le planta un beso firme en los labios.

— Podría estar mejor. Dormida, en mi casa, en mi camita, si mi marido y tú tuvieran tantita decencia. — se queja Shauna, reclinando el asiento de la camioneta para recostarse.

— La vamos a pasar genial, ya verán que si. Habrá valido la pena.  

Un par de brazos me envuelven desde la cintura, las dos manos posándose en mi estómago. Sonrío y me inclino para ver el rostro de mi marido, quien me frunce el ceño.

— Te dije que fueras a dormir a la camioneta. Y hace frío. — murmura Tobias, claramente en contra de la idea de que esté fuera.

—  Estoy bien. — aseguro, dándole palmaditas en los nudillos. Por su toque, y la zona, entiendo de donde viene la preocupación.

— Si, numerito, no fuimos nosotras quienes la despertamos a mitad de la noche. — discute Christina, rodando los ojos con una sonrisa bailando en su boca. Jamás entenderé su relación, pero me rendí temprano. Tobias casi gruñe, aunque los presentes nos distraemos cuando otro auto aparece por la principal, estacionando cerca. No reconozco el coche, pero el profundo respirar de Tobias me indica que él si, y no entiendo por que le disgusta tanto hasta que escucho el nombre de su actual cuñado.

— Es Ian, con Scarlett. Podemos irnos.

— ¿Y Caleb? — Mar ladea la cabeza, Uriah fingiendo que el dinosaurio le muerde la cabeza. 

— Llegará más tarde. O más temprano, como lo quieras ver. Se niega a interrumpir el ciclo de sueño de sus niñas. — interrumpe Zeke, rodeándonos para subir a la camioneta. Tobias asiente con la cabeza.

— Te seguimos, Pedrad.

Nos dividimos en los autos. Tobias me guía a nuestra camioneta, donde las maletas llenaban la cajuela y Annie dormía extendida en la parte trasera. Su papá le había comprado un colchón de viaje, puesto que se inflaba y abarcaba perfectamente el espacio trasero, además de que incluía dos pequeños cojines y nos habíamos encargado de cubrirla de mantas para que pudiera descansar.