—La F y la O —dije.
—Fo —respondió Brandon correctamente y yo asentí.
—La C y la A...
—¿Ca?
—Bien —sonreí y él lo hizo de igual manera—. Pero tienes que decirlo más seguro, ¿de acuerdo?—el asintió—. ¿Cómo dice?
—Fo... ca... Foca.
—Así es —contesté mientras lo tomaba con ambas manos y le besaba la frente.
Lo ayudaba a aprender a leer mientras Alex terminaba su tarea por si solo. Había estado suplicando para que resolviera sus problemas matemáticos pero obviamente me negué. Tenía que hacerlo solo sin ayuda de nadie porque sino, no aprendería nada. Ya faltaba muy poco para que salieran de vacaciones y tal vez saldrían a algún lugar porque ellos siempre hacían viajes. Me sentía nerviosa pues ahora que era parte de ellos también iría. Yo jámas había viajado pero sin duda quería conocer el mar. Me había enamorado sin siquiera saber exactamente como era. Tania me hablaba de lo mucho que amaba estar ahí y lo que sentía con solo admirarlo por las mañanas cuando salía a correr en los días que visitaba aquel lugar.
Los chicos le faltaba poco para acabar con su tarea y una vez que terminaron, recogimos todo juntos. Sacamos de su closet una caja de juegos y empezamos a jugar cartas. Aunque Brandon no sabía mucho las regla, y eso a Alex lo exasperaba, ambos nos estabamos divirtiendo.
—¿Qué paso con tu amigo? —preguntó Alex mientras era mi turno para poner mi carta.
—¿Qué amigo? —respondí entusiasmada porque estaba por ganar y no hacía tanto caso a lo que preguntaba.
—Él que venía a casa. Él que no me agrada para nada —mi sonrisa se borró. La pregunta me había tomado por sorpresa y de pronto olvidé lo que iba a hacer. Tire una carta cualquiera que no ayudaba mucho a mi estrategia.
—¿Por qué preguntas?
—Curiosidad —contestó fingiendo indiferencia.
—Pues... no ha venido a casa pero ya hemos salido junto con los demás.
—¿Estan peleados? —ahora mi concentración se había ido por completo.
—No. Para nada —fingí seguir con mi antigüa concentración diciendole que era su turno.
Alex me inspeccionaba con la mirada descaradamente con los ojos entrecerrados. Yo hacía como si todo siguiera igual que antes de su pregunta. Ya no había hablado con Daniel. Durante el desayuno después de la fiesta ninguno de los dos dijo nada. Ni siquiera nos miramos. No dijimos ni una palabra. Solo un adiós cuando ya me iba. Debía admitir que lo extrañaba. Quería que las cosas volvieran a ser lo de antes pero yo lo eché a perder todo. Primero sintiendo cosas que no debía sentir y luego alejandolo cada vez más de mi. Pero si seguía cerca y uno de mis impulsos me dominaban, de igual forma las cosas acabarían mal. Por un lado y por otro, lo estaba perdiendo.
El timbre sonó y la madre de los niños que se encontraban mi lado, entro por la puerta. Se veía algo cansada. Nunca la había visto tan agotada. Aún así recibió a sus hijos amorosamente.
Algo que nunca cambiaba en mi rutina del día era salír a caminar por las tardes desde que llegué aquí, pero ultimamente había estado saliendo mucho y lo dejé de lado. Este día no tenía nada que hacer, por lo que decidí salir un rato. Admire todo lo que había a mi alrededor. Era tarde y el cielo nuevamente estaba nublado. Sin duda, otra vez llovería, quizá en la noche. Si la lluvia me atrapaba antes de llegar a casa no tendría problema alguno. Estaría encantada con eso. Visualicé una dulcería a lo lejos y camine hasta allí viendo la variedad de dulces que había. Estaba impresionada por la cantidad de colores. Recuerdo muy poco de los dulces. Cuando era pequeña raramente los comía y no precisamente porque no los quisiera.
![](https://img.wattpad.com/cover/146704331-288-k952900.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Ofelia.
RomancePara Daniel, uno de los colores más deprimentes y sombriós era el color azul. Para Ofelia, uno de los colores más bonitos y llenos de esperanza era el color azul. Daniel creía que nunca nadie lo haría cambiar su opinon respecto al color, pero cuan...