Un Alma Especial (basado en The Host)

Capítulo 30

─Si Ian estamos bien─ le responde y agrega: ─¿ya descargaron todo? ─

Él nos mira desconfiado, se acerca yo le doy paso y nos dice: ─ claro que no es demasiado, además hay algunas cosas estropeadas─nos mira y sonríe.

─Perdón, pero el camión se movía demasiado─ le responde Barbará apenada.

─No te preocupes, ven que Jeb quiere hablar contigo─ nos dice y pone la mano en el hombro de Barbará.

Camina un poco y nos da distancia, luego al ver que no lo seguimos se da media vuelta y levanta las manos, Wanderer pasa a nuestro lado se ve muy enojada, se acerca un poco y dice al oído: ─ Si eres una buscadora, te juro que de aquí no sales─ amenaza y agrega: ─ Mel cree que debemos darles una oportunidad de explicarse así que por el momento están a salvo, y no le diremos a nadie.

─Gracias Wanda te juro que no te arrepentirás─ responde Barbará y luego la seguimos.

Salimos y Ian nos lleva directo entre las habitaciones, hay más personas que al vernos salen de sus cuartos curiosos, luego caminamos de nuevo por túneles, ya me estoy cansando de caminar en la oscuridad, vamos en silencio hasta q Ian nos dice: ─ Barbará, ¿De dónde vienes? ─lo dice con mucha curiosidad.

─ Era de New York, antes de que llegara la invasión ─responde tranquilamente y agrega: ─Luego de tres años escondiéndonos mi madre y yo, caímos en una redada y nos separamos─ le responde con tristeza.

─ lo siento, debe ser muy duro─ agrega el y Wanda viene muy callada.

Al final del pasillo hay una pequeña luz, entonces al salir vemos una cocina bien equipada con sus estufas, trastos y muchas mesas. Todos los hombres están jalando cajas y Jeb al vernos dice: ─ Ian, Wanda, Bárbara venga─ nos llama con la mano y tiene una gran sonrisa.

Al acercarnos él me dice: ─ ¿ya te instalaste?

─ Sí señor, gracias ─responde Barbará.

─Ellas son Maggie y Sharon ─presenta Jeb a una anciana junto a él y a una chica algo tímida.

─Mucho gusto Barbará, bienvenida─ responde la anciana y le da una abrazo con un beso en la mejilla.

─ Bienvenida, espero que seamos amigas─ dice la chica y su nombre me recuerda a la buscadora.

─Gracias a ustedes, es un milagro encontrarlos y Sharon tu nombre me recuerda a una amiga─ le dice Barbara para simpatizar

Luego cada persona llego a saludarnos, nos daban besos y abrazos, algunos solo estrechaban la mano, mientras Barbará saludaba me di cuenta que aquí habían más de 30 personas viviendo en armonía, la raza humana a pesar de ser creaturas malvadas, salvajes y muchas veces crueles; tienen un sentido de familia muy grande ya que se ve que ellos se cuidan unos a otros, estaba perdida en mis pensamientos cuando Jaime le pregunta a Barbará: ─ ¿Y cómo le has hecho para vivir tanto tiempo sola? ─ su pregunta me desconcertó y solo le dije a Barbará: << Recuerda como lo planeamos>>

Entonces ella comenzó con una historia casi inventada de cómo paso 3 años sola, algo que no era cierto porque ese tiempo estuvo conmigo, todos estaban a la mesa comiendo y escuchando la increíble historia que inventamos juntas, al terminar la comida Barbará se ofreció a lavar los platos, las señoras de la cocina estaban contentas por su amabilidad y Barbará irradiaba alegría por estar por fin libre y con más humanos.

<< Me alegra verte tan feliz>> le digo.

<<Gracias a ti puedo volver a sentirme yo misma>> responde muy feliz.

Cuando ya estaba terminando escuchamos una voz que nos dice: ─ Cuando termines hablamos ─al girarnos vemos a Wanda esperándonos en el marco de la puerta muy seria y enojada.

─Ya casi termino─ responde Barbará y seca el ultimo plato lo pone en la mesa.

─ Buenas noches Maggie, hasta mañana ─dice y salimos de la cocina.

─ Podríamos hablar en un lugar privado, no quisiera algún espía─ sugiere a Wanda y ella se endereza.

─ Claro vamos, conozco el lugar perfecto─ nos dice y camina delante nuestro.

<< Cuidado Barbará, aunque sea un alma como yo, también habla con su huésped así que ten eso en cuenta>> le digo mientras nos dirige por los túneles.

<< Lo sé tranquila, además tu eres la que hablara>> dice.

Luego de casi 10 minutos danto vueltas por los túneles, llegamos a una cueva enorme creo que es más grande que la del sembradío, se siente un frio mortal y me doy cuenta que estamos muy profundo ya que aquí la luz natural no existe. Wanda trae una lámpara inspecciona el lugar y cuando está segura que estamos completamente solas se voltea.