Dos meses, habían pasado dos maravillosos meses, sin Elena, sin problemas y con un amor mutuo entre Jazmín y yo, que día a día crecía mas.
- Te llevaré de campamento mañana - murmuró Jazmín mientras me abrazaba.
- ¿De campamento? - me gire, para mirarla.
No era muy amante de la naturaleza, lo mas habitual para mi era aprovechar los ratos libres para estudiar o empezar un nuevo libro.
- Tranquila... no vamos a acampar, Lucía tiene una cabaña, pensé que una escapada romántica nos vendría bien.
- Oh, cabaña... escapada romántica... contigo, eso suena perfecto - me dio un ligero beso en los labios y volvió a recostarse en mi cama. Ya era común que Jazmín durmiera conmigo cada noche.
- Podemos tener sexo salvaje - dije y ella soltó una risita pícara.
- Ya tenías que meter el sexo a la conversación señorita - me senté a su lado y ella apoyo su cabeza en mis piernas. Comencé a acariciar su hermosa cabellera y nos quedamos en silencio hasta que la voz de Miranda resonó al otro lado de la puerta.
- ¡Estrella, llegaremos tarde! - gritó y oí a Jazmín bufar.
- Tengo que irme - nos levantamos y Jazmín me tomo de la cintura besándome. Los labios de la pelirroja eran realmente adictivos - me... tengo... que... ir - el beso duro unos segundos mas y me separé de ella haciendo mi mayor esfuerzo - escapada romántica wiiiiii - grite mientras salía.
Al bajar a la sala Lucía le echaba una mirada al correo.
- ¿No hay nada para mi?
- Luz, Gas o Cable tu eliges - sonrió mostrándome tres sobres.
- ¿Porque estas tan curiosa con el correó últimamente? - pregunto Miranda mientras nos dirigíamos al auto.
- Le he mandado una carta a mi Papá y estoy esperando su respuesta.
- Nunca nos has hablado de tu Papá - reflexionó.
- No hay mucho para decir.
- ¿No serás hija de algún mafioso, o narcotraficante? - solté una carcajada.
- Flor... - musito Miranda, mientras nos preparábamos para abrir.
- ¿Qué pasa Miranda?
- Háblanos de tu familia.
- Hace cuatro meses que vivimos juntas y ¿ahora te entro la duda? - suspire y luego la mire seriamente.
- Mi Papá es dueño de un hotel, se divorció y se volvió a casar, mi mama... pues no la he visto en años.
- ¡¡Ves!! Ahora siento que tenemos un vínculo mas sólido - dijo y yo solté una carcajada.
- Ya que exploramos la solidez de nuestra unión, ve a atender eso niñatos - dije casi a modo de súplica.
- Ah noooo, tu perdiste ayer, te tocan los niños y los de la tercera edad.
- ¡¡Urghhh, no volveré a apostar contigo!!
- Claro que lo harás y volverás a perder... como siempre.
Bufé y camine a la mesa. Deseando con todas mis fuerzas que el día pasara rápido.
|•••••|
A la mañana siguiente...
- ¿Tienes las llaves? - preguntó Jazmín al poner nuestros bolsos en el maletero.
- Aja - afirme.
- ¿Y las del auto? - señale el maletero donde aun la llave seguía colgada, me daba gracia como se ponía Jazmín cada vez que íbamos de paseo.
Nos despedimos de las chicas y sin perder mas tiempo emprendimos viaje.
- ¿Lista para el mejor fin de semana de tu vida? - pregunto cuando salimos a la autopista.
- Completamente - contesté.
Llevábamos una hora de viaje y yo no podía dejar de mirarla, ambas manos en el volante apretándolo con fuerza y el ceño fruncido totalmente enfocada en el frente o en los espejos.
- ¿Qué tanto me miras? - exclamó de repente sacándome de mi estado analítico.
- Tu concentración al manejar es adorable.
- Alguien tiene que proteger nuestras vidas - murmuró sin quitar la vista de la carretera.
- ¿Eres mi protectora señorita del Río? - sonreí poniendo mi mano en su pierna.
- Flor.
- ¿Jazmín?
- No puedo concentrarme si sigues acariciándome así - sin hacer caso a sus palabras la acaricié llevando mi mano un poco mas arriba. Y oí con satisfacción como aclaraba su garganta.
- Orillate - ordene.
- ¿Qué? - preguntó sorprendida.
- Orillate allí - señalé un lugar repleto de árboles.
Ella siguió mis indicaciones y cuando se estacionó quité mi chaqueta rápidamente.
- Quiero sentirte dentro, muñeca.
- ¿MUÑECA? - exclamó soltando una carcajada.
- Shhhush, ¡Jazmín! Estoy tratando de ser sensual.
- Ven aquí - dijo tirando de mi blusa.
Me puse arriba torpemente, activando sin querer el limpiaparabrisas. Y en un intento de quitarme la blusa que de con mis brazos enredados en la ropa, luego de forcejear unos instantes pude quitármela del todo y bese a una Jazmín que aguantaba la risa a mas no poder.
Cuando la situación se volvía candente, ella se encorvo un poco para besar mi cuello y al hacerme para atrás prendí la ruidosa bocina del auto para, del susto, terminar con mi cabeza estrellándose en el techo. Jazmín paso su mano por el costado y apago la bocina para luego echarse a reír descontroladamente. Yo me apoye en su hombro y eche a reír también.
- Tener sexo en un auto es peligroso - suspiré aun riendo mientras volvía a mi asiento.
- Pontela - sonrió dándome mi blusa.
Volvimos a la carretera y luego de un largo rato ella volvió a soltar una carcajada.
- ¿Qué pasa? - indague.
- Muñeca... - volvió a reír.
- Lo vi en la televisión, creí que te pondría... ya sabes, cachonda.
- Cariño, por mas que solo traigas esa sonrisa contigo, a mi ya me pones a mil.
Sonreí y le di un ligero beso en la mejilla.
No podía amar mas a esta pelirroja.
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Enamorarte
Fanfic- Yo iré, seguro es Elena - yo sentí la avalancha de celos estrellarse en mi. Cuando volvió tenía una enorme sonrisa. - Elena ella es Flor, Flor ella es mi novia Elena - yo estiré mi mano pero ella ignoro mi acción y me dio un beso en la mejilla. Co...