Capítulo 20: Toda mi vida

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- ¡Llegamos! - soltó Jazmín emocionada cuando estacionó el carro.

Baje y me la quede mirando atónita, era hermosa, estaba bastante perdida en el bosque y tenia un pequeño lago a su costado. Por dentro era mil veces mas bella.

Jazmín se apresuro a encender las luces y a prender la chimenea, mientras, luego de sus indicaciones, yo me dispuse a guardar los alimentos que habíamos comprado.

Estaba guardando los víveres en la alacena cuando sentí el cuerpo de Jazmín pegarse al mio.

- Ven aquí - ordenó tomando mi mano.

Puso música y la canción de Ed Sheeran "Kiss me" comenzó a invadir el lugar. Ella me dio un giro y luego me apretó mas a ella, mi corazón palpitaba fuertemente, no importaba que tenerla cerca, besarla o acariciarla sea algo habitual, esas sensaciones que, solo ella me hacia sentir, no se iban.

Puse mis manos en su cuello y acaricie su nuca sin quitar mis ojos de los suyos.

- Te amo Muñeca - sonrió y yo le di un golpecito en el brazo.

- ¿No vas a parar con eso?

- Seguiré años y años - susurró.

- ¿Tanto planeas estar conmigo? - fingí sorpresa, pero su mirada se volvió tan profunda que me cautivó.

- Toda la vida, Flor, planeo estar contigo toda mi vida.

No pude mas que acercar su cara para besarla y mientras nuestras lenguas tenían una dulce batalla y al notar que la necesidad de estar juntas era mutua baje mis manos para levantar su playera.

Nos despegamos y ella termino el trabajo quitandosela de un solo movimiento. Me llevo hacia el gran sofá mientras en el camino íbamos deshaciéndonos del resto de la ropa, esta vez no hubo ninguna torpeza de mi parte, quedamos en ropa interior yo me puse encima de ella y retomamos la guerra de labios y caricias.

No podía pensar en otra cosa que en sentirla, cada centímetro de su piel que rozaba con la mía hacia que me diera una corriente por todo el cuerpo, ella se despego de mi labios para besar con intensidad mi cuello, mi clavícula y todo lo que había a su paso, mientras yo acariciaba su roja cabellera, volvió a mirarme y corrí los mechones para fijar su mirada, sonreí y la bese en los labios bajando mi mano lentamente y comencé a masajear su clítoris suavemente y como si nuestras acciones estuvieran mecánicamente unidas ella hizo lo mismo. Introdujo un dedo y luego el otro y en un acto espontáneo mordí sus labios, hice lo mismo y oí como soltaba un gemido entre mis labios, fuimos moviendolos, entrando y saliendo cada vez mas y mas rápido, yo balanceaba mis caderas a su ritmo provocando que mis dedos hicieran lo mismo. Sentí todo mi cuerpo tensarse y sacudirse avisándome que el orgasmo había llegado solo unos segundo después sentí que ella también lo hacía.

Me rendí apoyando mi cabeza en su hombro y agarrando con mis manos sus brazos.

Quedamos en silencio mientras nuestros corazones volvían a latir con su ritmo normal.

- Te amo Flor - susurró y yo le di pequeños besos en su hombro. Volví la vista a ella y sonreí.

- Te amo Jazmín.

Nos dimos una rápida ducha y nos pusimos a cocinar, ya que nos moríamos de hambre.

Ella preparaba la salsa mientras yo la pasta.

Mientras conversábamos a veces soltábamos palabras a futuro, sin ondear mucho en ello ya que solo llevábamos dos meses saliendo.

Nos pusimos enfrente de la chimenea y seguimos nuestra plática, ella insistía en llevar una de mis mezclas a un amigo en común con Elena a lo cual lógicamente me negaba, mientras mas lejos de Elena mejor.

- ¡¡Eres tan testaruda Estrella!! - dijo arrugando la frente.

- ¡Ah no! Yo no soy testaruda!!

- Él te puede ayudar, se que lo hará.

- Es amigo de Elena, ya con eso, no me cae bien.

- Celosa - sonrió burlonamente.

- Babosa - retruque haciendo mi mas efectivo puchero.

- Quiero ver una sonrisita Estrella - ordenó dándole un sorbo a su copa de vino.

- No quiero - dije al mismo tiempo que negaba con la cabeza.

- Sonrisita - volvió a ordenar.

- NO - crucé mis brazos.

- No me hagas obligarte - amenazó.

- ¿Qué harás?

- Oh tu sabes que haré.

En ese momento me levante y comencé a correr, riendo mientras Jazmín me seguía por toda la casa.

Subí las escaleras pero al llegar al corredor me atrapó tirándome al piso y haciéndome cosquillas, mientras yo reía y suplicaba que pare.

- ¡¡SONREIRÉ LO HARÉ!! ¡¡LO HARÉ!!

Se recostó a mi lado en medio del gran pasillo y nos seguíamos riendo.

- Nunca había sentido tanta felicidad - suspiró y yo me voltee para acariciarla. Me gustaba esos momentos dónde Jazmín dejaba toda su cursilería salir.

- Yo creo que me he sentido feliz antes - Jazmín se enderezo y me miro seria.

- ¿Cuándo?

- Cuando te conocí.

Volvimos a besarnos. Definitivamente ella tenía razón. Seria el mejor fin de semana de mi vida.

Los días pasaron volando entre besos y caricias, cuando quisimos darnos cuenta ya estábamos en el auto encaminándonos para volver a casa, aunque esta vez las dos teníamos algo en claro.

Estar toda la vida juntas.

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