Enamorarte

Final

Narra Jazmín:

En pocos segundos las demás se nos habían unido, se sentaron en el asiento de atrás sin mostrar más que una enorme sonrisa.

– ¡¡Andando!! — exclame.

Narra Flor:

– Señorita, ¿dónde vamos? — pregunto el conductor del taxi por segunda vez. Sacudí la cabeza buscando enfocarme, solté un suspiro y respondí.

–  Al Aeropuerto, por favor.

Mi papá quiso pasar por mi pero me negué, necesitaba estar sola. "¿Estaba tomando la decisión correcta?" "Porqué no podía quitarme de la cabeza que no lo era, no era la decisión correcta"

Narra Jazmín:

Llamaba al celular de Flor una y otra vez pero me mandaba al contestador.

 El tránsito como era de costumbre estaba desbocado, avanzaba cada vez más lento, y con el marchaba mi esperanza. Suspire y abrí la puerta.

– ¿Qué haces? — grito mi rubia amiga.

– Tengo que llegar, Lucía — respondí mientras salía del auto.

Por suerte los años de gimnasio no habían sido en vano, corrí lo más rápido que pude. Corrí impulsada por el deseo de decirle a Flor que de verdad la amaba, que la necesitaba en mi vida todos los días, fui esquivando personas, autos y cualquier cosa que se me cruzara.

Frene buscando el aliento estaba a solo diez cuadras del aeropuerto mire la hora, eran las 6:45, respire profundo y me puse en marcha nuevamente, entre en el aeropuerto y empecé a apartar a la multitud que no me dejaba pasar, busque en la pantalla y me dirigí a la puerta de embarque. Un enorme guardia de seguridad me freno en seco.

– Disculpe señorita, necesita pase de abordar.

– ¿Pase de abordar? — respondí automáticamente.

– Pase de abordar — repitió señalando los mostradores. Entre refunfuños me di media vuelta y fui hasta los mostradores.

– Necesito un boleto de avión — dije en el primer mostrador que vi vacío.

– ¿Con destino?

– Cualquier lado, solo necesito un pase para abordar.

– ¿Disculpe? — dijo la chica, confundida.

– ¡Necesito un pase de abordar! Necesito decirle a la mujer que amo que no tome ese avión — ella sonrió y comenzó a teclear rápidamente el ordenador. Mire la hora y eran las 6:54. Mis dedos golpeaban frenéticamente el mostrador.

– Efectivo o tarjeta — toque mi bolsillo, había olvidado mi bolso. "Como carajos voy a olvidar el bolso"

– Y-y-o nn-o — me di vuelta, sin esperanza. Pero la encargada me llamo.

– Su pase de abordar — no pude más que responder a su sonrisa ensanchando la mía, y gire sobre mis talones.

En la puerta de embarque me hicieron quitar reloj, pulsera, en fin todo lo que era de metal, ni me preocupe por recogerlo nuevamente, solo corrí en dirección a la puerta de embarque de Flor.

– Señorita, no puede pasar, el avión se está preparando para despegar — oí que decían mientras trataba de empujar la puerta.

– Necesito... ¡¡TIENE QUE PARAR EL DESPEGUE!!

– Imposible — contestó rotundamente. Mire por el gran ventanal y vi como el inmenso avión se movía lentamente.

Ahora Flor creería que no la amaba, que no me importaba. Todo había acabado.