Capítulo 29: ¿Es el fin? [Parte 2]

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Narra Jazmín:

Me quede de pie frente a la puerta de la habitación de Flor, sabía exactamente que decir, lo que no tenía seguro era como, aunque pensándolo bien era sencillo "Flor, te mentí, Elena y yo no estamos juntas" "Te quiero a ti", si era simple.

– ¿Se puede saber que estas haciendo Jazmín? — Miranda estaba a mi lado con una expresión confusa.

– Quiero hablar con Flor — susurre.

– ¡LUCÍA! ¡LUCÍA! — grito Miranda y a los pocos segundos apareció mi rubia amiga, pálida como el papel.

– ¿Qué paso? ¿Por qué los gritos?

– ¡Quiere hablar con Flor! — dijo Miranda.

– ¿Con Flor?

– Si.

– Pero si ella sabe...

– Lo se.

– ¿Y por qué...?

– No se.

Mire a una y a otra mientras soltaban frases sin terminar y respuestas confusas.

– ¡SE PUEDE SABER QUE CARAJOS LES PASA! — grite.

– Jazmín ¿Hablaste con Flor? — respondió Lucía arqueando las cejas.

– Eso intento, pero ustedes me están interrumpiendo.

Cuando termine la oración, la rubia abrió la puerta como si ello fuera la mejor respuesta que podía hacer, mi corazón se detuvo en ese momento. Pase el umbral del cuarto, un cuarto vacío, con un par de cajas, marcas donde antes había afiches, una cama sin sábanas, ni mantas, el equipo de Flor ya no estaba, ni sus vinilos y aunque podía sentir su perfume aun en el ambiente, ella había desaparecido.

– ¿Dónde esta? — pregunte.

– Se fue esta noche mientras tu estabas con Elena — dijo Miranda con cierto enojo en su voz.

– Yo no estaba con Elena. Estaba con Virginia. Pero eso ya no importa, Flor volvió con su novio.

– ¿Con quién? — respondieron al unísono.

– Con su NO VIO — salí del cuarto y fui directamente a la sala, si me quedaba un minuto más en el cuarto, soltaría el llanto que se aprisionaba en mi garganta dificultando mi respirar.

– Jazmín... Flor no volvió con su novio y tu lo sabes — murmuró Miranda.

– Lo que se es lo que escuché cuando ustedes hablaban en la cocina. Que ella volvería con él.

– ¡¡CON SU PADRE!! Por dios Jazmín, ¿qué diablos has hecho? — su grito me sobresalto.

–¿Su Padre? Pero si escuche....

–¿Qué es exactamente lo que "escuchaste"? — pregunto Lucía levantando la mano para frenar a Miranda.

–¡Ya te lo he dicho! Que volvería con él porque era su mejor decisión.

–¡AY PERO QUE ESTÚPIDA ERES! — grito Miranda, quien evidentemente estaba indignada conmigo.

– Miranda cállate — renegó Lucía y con sus manos en mis brazos hizo que me sentara en el sofá.

– Jazmín, creo que se lo que ha pasado, tu escuchaste cuando hablábamos con Flor en la cocina, pero cariño has malinterpretado todo.

– ¿Malinterpretado? — mi cabeza empezaba a dar vueltas, y la voz de Lucía parecía hacer eco en mis oídos–¿qué es lo que malinterprete?

– TODO — reafirmó Miranda, aunque su voz había bajado varios tonos seguía con una expresión seria, Lucía negó con la cabeza como si no aprobara la actitud de la rubia y me miro.

– Flor estaba hablando de su padre, él le ofreció un trabajo en la universidad de Georgia.

– ¿Un trabajo?

– Estaba dolida por la situación tuya con Elena, pero logramos persuadirla, que le dijera a su padre que mejor lo pensaría así hablaba contigo, luego tu volviste con Elena y ella aceptó el trabajo.

– ¡Y hoy se fue! ¡¡Gracias Jazmín, muchas gracias!! — interrumpió nuevamente Miranda cruzando los brazos sin hacer contacto visual conmigo. Lucía la miro y luego a mi.

– Esta dolida Jaz — se disculpo por Miranda y no podía enojarme con ella, tenía razón, por idiota había perdido a la mujer que amaba – espera un segundo — Lucía se levantó y fue hasta su cuarto al volver traía un sobre que me entrego sin dar más explicación más que la carta era de Flor.

Le hizo un gesto a Miranda y se metieron en la cocina dándome la intimidad necesaria. Mis manos temblaban, mientras estudiaba el sobre con detenimiento. Al fin luego de unos minutos me decidí a abrirlo.

Sonreí al ver que aun era legible un "Querida Jazmín"  tachado.

"Jazmín:  Si aún me amas, búscame.

Porque yo te amo, te estaré esperando "

Mire la hoja y la di vuelta para ver si había algo más en la parte trasera, pero no había nada. Abrí el sobre, nada.

"Flor si que sabe escribir cartas románticas", pensé con una sonrisa.

– Lucía — grite y la rubia apareció al instante — ¿sabes a que hora sale el vuelo de Flor?

– ¿A las 7 de la mañana? — miro a Miranda en busca de confirmación y ella asintió con la cabeza.

Mire la hora y solo faltaban 2 horas para las siete. Debía apurarme si quería recuperarla.

– ¿Dónde vas? — esta vez Miranda sonó amable.

– A impedir que se vaya.

– ¡Hey! Espéranos, ni creas que nos vamos a perder este momento.

– ¡Entonces apúrense! — ordene. Virginia se había quedado en el auto para esperarme por si la cosa salía mal y al subirme al asiento del acompañante, me miro expectante – tenemos que ir al aeropuerto.

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