— ¡Ya estoy en casa!
Abrí la puerta dándole paso a Alice para que pasara, la ayudé a subir las escaleras de mi casa y la llevé directamente a mi cuarto, con cuidado, la senté en mi cama mientras yo permanecía parado frente a ella. Ella me miraba con inocencia, no podía dejar de pensar que es realmente bella.
— Debes de estar incómoda, lo siento, soy nuevo con cosas paranormales.
Hice un gesto de incomodidad al cual ella me respondió con una risita. Recordé que me tenía que explicar porqué estaba aquí.
¿Cómo se lo puedo preguntar sin que se ofenda?
— Puedo escuchar tus pensamientos, ¿sabes?
Me sorprendí ante aquella respuesta de la ojiazul, entonces sí puede hablar, me agaché hasta quedar a su altura mirándola a los ojos.
— Sí podías hablar me hubieras evitado parecer un loco en la casa de mi amigo.
—No es que yo pueda o no hablar — interrumpió Alice —. Es que tú me permitas hacerlo.
Me levanté con el ceño fruncido, no podía entender lo que me decía, me rasqué la cabeza confundido y frustrado.
— ¿Qué quieres decir? No te entiendo.
— Permíteme explicarte lo más breve que pueda — asentí, dejando que ella hablara —. Yo soy tu conciencia, ahora llamada Alice, soy una parte de tu mente que se encarga de dirigir tus acciones de una buena manera.
— Sí, éso está claro — hablé —. Lo que no lo está, es el hecho de que estés aquí enfrente mío, ¡enseñándome visiones y leyendo mi mente!
Alice hizo un gesto confusión, recobró la postura y ladeó la cabeza.
— Tú eres quien me trajo aquí. Ayer en la fuente, pediste que yo existiera.
Recordé éso, ella no mentía, pero yo no lo dije en ése sentido.
— Pero yo, yo no... Olvídalo — suspiré con pesadez —. ¿De verdad funciona ésa cosa?
Alice se encogió de hombros afirmando tímidamente.
— Supongo que ahora tenemos que estar juntos — seguí hablando—, ¿cierto?
— Cierto.
La miré de nuevo, aún tenía mi ropa puesta, y no parecía estar muy cómoda con ella.
— También supongo que debo conseguir ropa para tí. Tendré que pedirle a Kate.
— No es necesario, tú puedes darmela.
— ¿Cómo? Yo no tengo dinero.
Se levantó de la cama, y se empezó a quitar la ropa con lentitud... Y cierta sensualidad. Haciendo que me pusiera nervioso.
— ¡¿Qué haces?! — Me tapé la cara—. ¡Pontela de nuevo!
Es la primera vez que una chica me pone nervioso, ni si quiera Kate me pone así. Escuché como ella murmuraba varias cosas, pude ver un fuerte brillo, cuando se quitó, retiré las manos de mi cara, sintiendo como me sonrojaba al verla. Tenía su cabello recogido con una coleta, un hermoso vestido turquesa holgado y unos zapatos negros.
— Wow... — musité —, te ves tan... Hermosa.
— Es sólo una ilusión, yo no soy más que una representación "humana" de lo que soy — dijo ella.
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La conciencia de Michael (EN EDICIÓN)
Science Fiction"Un deseo lo cambió todo." Michael Jones es un joven de 18 años que cursa la preparatoria y trata de vivir de una manera normal; Hasta que una noche, algo inusual sucede cuando comete un error y pide un deseo sarcásticamente, que le da un giro incre...