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NARRADOR

Jackson, Michael y Alice se alistaban para el evento de celebración del ascenso de Jackson. Wendy le había regalado un vestido azul a Alice, con corte de corazón en el pecho y suelto de lo demás, mientras que Michael y Jack iban trajeados. Eran las diez de la noche, todos estaban emocionados por la celebración. Por otro lado, había alguien que sólo se lamenta de lo que confesó. Christian se terminó de arreglar para el evento, pues no por lo de Alice dejaría de asistir a los eventos de sus amigos.

Llegaron todos al salón del evento, un salón extenso, cerrado, y elegante, tenía una pista de baile en el centro y una barra de tragos con un Barman trabajando. Al poco rato empezaron a llegar compañeros de trabajo de Jackson a felicitarlo, también llegó Christian acompañado del Sr. Mccartney. Cada quien tenía asignadas sus mesas, Michael y Alice se sentaron juntos. Kate y Wendy iban acompañadas de su madre, el Sr. Mccartney estaba sentado sólo y por último estaba Christian sentado, a lado de la silla vacía que era para su padre. Jackson espero a recibir a todos los invitados, y al ver que ya no llegaría nadie más.

Jack la pasó platicando con sus compañeros, Alice y Michael estaban hablando sobre éste nuevo cambio en ella. Por otra parte, Christian los veía de lejos, en silencio, sin expresión alguna, éso cambió cuando alguien se acercó a él.

— ¿Puedo? — preguntó aquel hombre mayor, de cabello apenas canoso y la mirada sin vida.

— ¡Viejo...! — Christian aclaró su garganta —. Sr. Mccartney, por supuesto.

El Sr. Mccartney se sentó en aquella silla que pertenecía al Sr. Smith. Christian no dejaba de mirar a su amada, sentía que Michael la tenía encarcelada, el Sr. Mccartney se percató de ésto y decidió hablar con él.

— Fuera de clases, puedes llamarme por mi nombre — dijo para llamar su atención -. Sólo llámame Keane.

— Está bien, Keane — habló Christian mirándolo.

— He notado que estás interesado en aquella chica — Christian volteó la mirada avergonzado mientras asentía —. Los he estado vigilando éstos días, Christian. Hablemos de la fuente — Christian lo miró.

Mientras tanto, Michael y Alice hablaban sin parar. De un momento a otro, las luces se atenuaron en el lugar. Y la pista se iluminó de un bello color dorado, la primera canción comenzó a sonar.

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— ¿Quieres bailar? — preguntó Michael con nerviosismo.

— ¿Qué es "bailar"? — respondió Alice de la misma manera.

— Tú sólo sígueme el paso, Alice.

Michael tomó la mano izquierda de Alice y la guió a la pista de baile. Se paró separando ligeramente los pies, Alice se limitó a imitarlo. Se balancearon de izquierda a derecha dos veces, mientras Michael la tomaba de la cintura. Dieron un giro horario y se balancearon dos veces hacia la izquierda mirándose a los ojos.

— ¿Qué fuente? — preguntó Christian.

— Aquella donde pidieron sus deseos - aclaró el Sr. Keane —. Quiero que me digas, ¿qué fue lo que desearon? — preguntó en tono alarmado.

En ése momento, Michael y Alice se adentraron poco a poco en la pista de baile. Los ojos de Alice brillaban intensamente de la felicidad. Michael la impulsó haciendo un giro horario a Alice para después atraerla hacia él.

— Tu amigo baila muy bien — agregó el Sr. Keane regresando la mirada a Christian.

— Sr. Keane, ¡fue una tontería que hicimos para matar el tiempo! — aclaró Christian exaltado —. Pedí un deseo porque era mi cumpleaños y Michael hizo lo mismo, por lo que usted nos había contado, pero obviamente ésa cosa no tiene poder — Christian hizo una pausa y miró al Sr. Keane intrigado —. ¿O sí?

— Christian — habló Keane —. Ésa fuente es muy antigua, es la auténtica fuente de los deseos, de las que tantos cuentos, libros y demás han escuchado. Ésto no es sacado de ningúna película, esto, es real.

Christian le miró boquiabierto y empezó a contarle lo que sucedió aquella vez.

— Aquella noche, cada uno pidió un deseo — respondió Christian —. Yo pedí algo que me hiciera olvidar a mi madre — miró a Alice —. Parece que no funcionó.

— ¿Cómo pediste el deseo? — preguntó.

— Sólo lo pensé y... arrojé la moneda. — respondió.

Los demás se detenían y se abrían paso para dejarlos bailar. Para ellos el baile era hermoso, mágico. La música comenzaba a acelerarse, al igual que el baile. La pareja se centró. Dieron media vuelta, Michael impulsó nuevamente a Alice y la extendió para después atraerla a él, algo estaba surgiendo en Michael, ya no había razones para negarlo, mucho menos ocultarlo.

— ¿Tu deseo nunca se cumplió, verdad? — miró a Christian seriamente, quién solo movió negativamente la cabeza —. Tenías que decirlo Chris, por éso no sucedió; Ahora dime, ¿qué pidió Michael?

— Deseó que su conciencia fuera real...— Christian lo miró fijamente.

— ¿Y qué pasó después? — preguntó el Sr. Keane.

— Al día siguiente, ella apareció... — respondió Christian, estaba comprendiendo todo.

«Él sí mencionó su deseo...»

— Ella no es lo que crees, Christian — le interrumpió el Sr. Keane.

— Entonces, ¿qué es ella, Keane? — preguntó alterado.

Michael y Alice recorrían la pista de baile y dieron una vuelta completa en pareja. Para por último inclinar a Alice con delicadeza y atraerla hacia él quedando a apenas a unos centímetros de su rostro, mirándose a los ojos con una sonrisa plasmada en sus rostros.

— Ella es el deseo, Chris — respondió Keane — Ella no es más que... la conciencia de Michael.

Michael no lo resistió, tomó a Alice de su cabello con firmeza atrayendola hacia él, para plantar un beso en los labios de la preciosa Alice. Christian no puedo evitar mirar la escena, miró brevemente al Sr. Keane, Christian estaba impactado, miró hacia todas partes encontrándose a Kate con las manos cubriendo su boca, algo nuevo nació en Christian, un sentimiento de odio, no, era algo mucho más que éso. No pudo resistirlo más, sin decir nada, se retiró del evento, aventando todo a su paso. Mccartney trataba de detenerlo, algo estaba por pasar, algo que nadie podría haber esperado.

La conciencia de Michael (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora