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Tres días.

Tres malditos días que ella no me dirige ni la palabra, y éste dolor de cabeza me está matando, no puedo creer que actúe tan natural desde entonces.

Estábamos en el salón de clases, Christian estaba en el baño, Kate estaba con su grupo de amigas, y Alice miraba por la ventana hacia afuera, estaba sola, pues había faltado Wendy, la hermana de Kate, no puedo creer que siga enojada conmigo después de tantos días. Christian llegó al salón y se sentó a mi lado, aún faltaban unos minutos para nuestro receso. Pero la maestra se ausentó para ir a una junta de maestros.

— Qué cara traes, pareciera que que algo te huele mal — habló él.

— Tengo un dolor de cabeza horrible desde hace días y sólo ha ido creciendo — dije mientras suspiraba fastidiado.

Christian miró hacia donde yo miraba encontrándose a Alice.

— ¿Están peleados? — preguntó.

— No me quiere hablar porqué la ofendí — respondí —. Pero ya pasaron días, ¿no debería ya estar tranquila?

— Tú sabes que las chicas son así — habló —. Cuando recién las conoces son como un buen vino, dulces, satisfacen tu paladar, pero cuando conoces todo de ellas su sabor se torna amargo e incluso cambia su color. Por ello es que debes mantenerlas dulces, para evitar la amargura.

— ¿Quieres decir que...?

— Siempre es mejor conocerlas poco, sino te puedes adentrar en problemas. Entre ellos enamorarte a profundidad.

Le fruncí el ceño al entender su pequeña indirecta, él me miraba obvio.

— Te recuerdo a Kate, estoy con ella — hablé —. Además, llevo apenas cinco días de conocer a Alice.

— El hecho de estar con alguien amargo, no te ata a la posibilidad de sentir atracción por alguien más dulce.

Tomó mis hombros haciéndome voltear para mirar a Alice, quien se encontraba jugando con un lápiz en su mesa de estudio. Por primera vez me sentí inquieto, pero no quería darle la razón.

— Supongamos que es verdad — hablé honestamente —. No me quiere hablar, ¿cómo se supone que arregle la situación?

— Trataré de acercarme a ella, me tiene confianza — habló —. Puede que para mi evento ya se hablen otra vez.

Lo miré dudoso pero terminé accediendo. Dieron el timbre de descanso, todos salieron disparados, excepto nosotros cuatro, Chris me hizo una seña y se adelantó a alcanzar a Alice, ví que hablaron unos segundos y empezaron a caminar juntos. No sé, tengo un mal presentimiento.

— Amor, ya tenemos que ir al descanso — habló Kate, su voz me irritaba más de lo normal.

— Vámonos ya.

Me tomó del brazo y me dejé guiar por ella en los pasillos del instituto, no me siento del todo bien.

Ya en la cafetería, pude ver en una de las mesas del centro a Christian y Alice. Kate me guió  a una que no estaba muy lejos de ellos, ella hablaba sin parar, me hacía el que le estaba haciendo caso, pero me sentía muy mal físicamente, pude notar que Alice también toce mucho y se agarra el pecho.

— Michael Jones, ¿me estás escuchando?

« Lo siento, es mi culpa ».

Vi como Alice trataba de caminar hacia mí, pero sin previo aviso se desmayó en el suelo. Chris la cargó y me miró, me levanté y traté de seguirlo, mi cuerpo no me respondía, el dolor de cabeza aumentó de golpe y todo se volvió negro.

(...)

¿Pero qué...?

Desperté en una habitación, tardé unos segundos para descubrir que estaba acostado en una camilla en enfermería. Me senté al borde de ésta, al poco tiempo entró la enfermera.

— Despertaste, éso es bueno.

— ¿Qué me pasó? — pregunté atontado.

— Tuviste una carga muy fuerte de estrés y mala energía  — habló—. Debes tener cuidado, afortunadamente no pasó nada grave.

— ¿Y ella dónde está?

La enfermera me hizo un chequeo rápido y me dio a firmar un papel.

— Está en la habitación de a lado — me señaló el lugar —. Tu hermano está afuera esperándolos.

La enfermera se retiró de la habitación, miré la habitación que me señaló, pude distinguir su silueta, estaba recostada en la camilla mirando hacia enfrente. Me levanté de mi camilla y me acerqué a ella, y Alice ya me estaba mirando, no tenía expresión en su rostro, por un momento me sentí intimidado pero éso desapareció cuando ella se levantó y me abrazó.

— Lo siento — soltó —. Yo tuve la culpa de que ocurriera esto...

— No, yo soy el que se debe disculpar — la interrumpí —. No debí decir lo que dije, créeme, nunca debí decir aquello.

— No dijiste más que la verdad — me interrumpió —. Sólo soy algo, nunca podré ser alguien...

— ¡No es verdad! — exclame exaltado —. Nunca había conocido a alguien que fuera tan humano como tú. Eres mucho mejor persona que yo, Alice.

Alice me miró impactada, yo sólo buscaba alguna otra reacción de ella.

— Pero, si es así — habló —. ¿Por qué dijiste éso?

— Bueno yo... Supongo que estaba molesto...

— ¿Por qué estabas molesto?

— No lo sé — me puse nervioso —. Hay sentimientos en los humanos que a veces no comprendemos...

— O no quieren aceptar.

La miré callado, de repente sentí un ligero golpe en la cabeza haciéndome voltear enojado.

— ¡Ustedes van a terminar dándome un infarto o haciendo que me despidan!

Gritó Jackson detrás de mí, estaba claramente molesto.

— Perdón Jack. No esperaba ocasionarte un problema — habló Alice.

— No te preocupes. Él que es el responsable es éste individuo — habló señalandome —. Hablé con Chris, me contó que habían discutido y por éso no se hablaban.

— El problema ya está resuelto — hablé —. Ya me disculpé con ella.

— Menos mal — Jack suspiró —. El director ha dejado que me los lleve por hoy, pero mañana deben regresar a ponerse al corriente.

— De acuerdo.

Jackson, Alice y yo nos encaminamos al Volkswagen, Jackson nos llevó a nuestro hogar y se retiró a su trabajo. Alice y yo nos fuimos a mi habitación, no sabíamos que hacer con tanto tiempo libre.

— ¿Tú hermano te tiene mucha paciencia, verdad?

— Siempre ha sido así. Pero es normal, nos conocimos cuando éramos unos niños tan pequeños.

— ¿Cómo es que se llegaron a apreciar tanto?

— Para contarte ésta historia debo regresar quince años atrás...

La conciencia de Michael (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora