Desperté a medianoche. Alice estaba dormida a mi lado y podía escuchar los ronquidos de mi hermano en su cuarto. De repente algo golpeó la ventana, era pequeño. Me comencé a acercar y pude distinguir que era una piedra, abrí la ventana y por poco la piedra me golpea en el rostro. Apenas iba a maldecir cuando pude ver a Chris en mi jardín.
— ¡Mike!
— ¡Cállate y sube!
Abrí de par en par la ventana y me senté en la cama mientras tapaba a Alice con una cobija. En pocos minutos Christian ya estaba trepando en mi ventana, le hice un ademán y saltó hacia el interior de mi habitación en silencio, me saludó y nos sentamos en el piso.
— ¿Qué quieres? — pregunté susurrando.
— Nada, no podía dormir — me imitó —. Quise venir aquí.
— ¿No te habrás caído de cabeza de pequeño? — pregunté burlón —. Ya no puedes hacer éso, ya no estoy sólo en mi cuarto. También está ella.
Ambos miramos a Alice, estaba acostada de lado y su cabello rojizo cubría parte de su rostro. Christian no dejaba de verla.
— Me sorprendes, Mike — susurró —. Aún no puedo creer que te resistas a una chica tan hermosa como ella.
— No resisto nada — respondí —. No siento nada por ella.
— ¿Estás seguro? — preguntó.
— ¿Por qué tanta insistencia, Chris? — me exalte pero logré susurrar.
— Por nada, sólo quiero saber.
— Christian...
— Bueno — susurró nervioso —. Ella...
La puerta se abrió de golpe dejando ver a un Jackson adormilado y molesto. Christian y yo nos miramos asustados.
— Oigan. Tengo que trabajar mañana y ustedes tienen escuela — habló —. Por favor, ¿podrían hablar mañana?
Chris y yo asentimos mientras Jackson cerraba la puerta. Suspiré, me dio un buen susto. Chris se levantó y lo imite.
— Supongo que le haré caso — habló Chris —. No quiero agarrarme a golpes como la última vez.
— Será lo mejor — solté.
— ¡Hasta mañana! — exclamó mientras se salía por la ventana y se sujetaba por el marco de ésta.
Antes de que se bajara lo tomé del brazo firmemente, él me miró perplejo.
— Esta plática se retomará otro día — hablé de manera seria —. Buenas noches...
Nos miramos por unos segundos, no hubo más palabras. Christian se soltó de mi agarré, tomó impulso y saltó aterrizando en mi jardín, el cual está en el primer piso. Vi como se retiraba y suspiré fastidiado. Miré hacia el cielo nocturno, habían pocas estrellas, pero iluminaban igual, mi vista se posó sobre la luna, no me había percatado de que ya estaba en la fase "Gibosa menguante" a casi nada de pasar a "Cuarto menguante". Lástima, me gusta la Luna llena.
— Algo raro está pasando — musite —. Tengo que averiguarlo, algo está mal.
Miré a Alice, quien cambió de posición, ahora estaba boca arriba. Me acerqué a ella y me senté en la cama sin dejar de mirarla.
«"Aún no puedo creer que te resistas a una chica tan hermosa como ella"».
No lo voy a negar, ella es la chica más hermosa que haya conocido. Suspiré esbozando una sonrisa, me agaché hasta tocar su frente con mis labios. Me recosté en la cama sin dejar de mirarla y de ahí no recuerdo más...
(...)
— Aún así siento que deberíamos asistir todos, después de todo, todos somos sus amigos. Incluyendote, Alice.
— Espero no incomodar a nadie mañana — soltó ella —. ¿Tengo que vestirme de alguna forma en especial, Jack?
Jackson y Alice iban hablando sin parar en el Volkswagen, yo por mi parte estaba mirando por la ventana, me sentía muy cansado. Llegamos a la preparatoria, nos despedimos de Jack y entramos a nuestras clases.
Pasaron las horas. En receso nos reunimos los cuatro, Kate, Chris, Alice y yo. Almorzamos, charlamos, evitamos el décimo quinto intento de pelea entre Alice y Kate. Y de nuevo una clase libre, ¿es que ya a ningún maestro le interesa dar su respectiva clase?, ¡hay jóvenes que queremos estudiar! En fin. Sólo quiero dormir un poco...
CHRISTIAN
Que sueño tengo. El aprovechado de Mike ya se quedó dormido, sus ronquidos se podrían escuchar hasta el salón de al lado. Estoy demasiado cansado y aburrido, de repente una voz llamó mi atención.
— Pareciera que algo te huele mal — habló Alice —. Conociendo a ambos, se desvelaron anoche.
— Nos conoces bien, linda — reí por lo bajo —. ¿Viniste a reclamar o hablar conmigo?
— ¿Cómo sabes que vengo contigo y no con nadie más? — preguntó juguetona.
— Intuición, bombón — le guiñe un ojo y ella se río.
— Estoy aburrida. Eres mi última salvación ya que Michael se durmió.
Miramos a Michael, nos miramos y reímos. Su risa es muy tierna.
— Eres hermosa...
— ¿Qué...?
De inmediato reaccioné.
— ¡No me malinterpretes! — exclamé —. Sólo, yo, eh...
Ambos desviamos las miradas a diferentes puntos sonrojados. Lo eché a perder, ¡Dios!
— Tú también eres atractivo — soltó y la miré.
Ella seguía mirando hacia otro lado, mi corazón comenzó a latir muy rápido por su comentario.
— Gracias — hablé y ella me miró.
— Igualmente — rió y se sonrojó.
— Alice, hay algo que...
El timbre de salida sonó. Todos empezaron a recoger sus cosas, Alice y yo nos miramos.
— Iré a despertar a Michael — habló —, ¡Nos vemos mañana!
Se acercó a Michael y lo movió hasta que éste se levantó. Recogieron sus cosas y se marcharon. Caminé despacio hacia la salida, pues ya era probablemente el último de la preparatoria, ser una persona solitaria es muy duro. Pero ahora que ella apareció, ya no me siento solo, con ella siento mucha paz y tranquilidad.
— Hmp — solté mientras me sujetaba el rostro —. No puedo creer que me estoy enamorando de una chica que acabo de conocer — reí irónico —. Me tomaré unos días más para conocerla bien, y si es verdad, no me detendré hasta conquistarla.
Caminé hacia mi hogar en silencio, con una gran sonrisa y con una felicidad que creí nunca volver a tener.
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La conciencia de Michael (EN EDICIÓN)
Bilim Kurgu"Un deseo lo cambió todo." Michael Jones es un joven de 18 años que cursa la preparatoria y trata de vivir de una manera normal; Hasta que una noche, algo inusual sucede cuando comete un error y pide un deseo sarcásticamente, que le da un giro incre...