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MICHAEL

No me percaté de que Christian nos estaba observando, Alice y yo nos enderezamos, ella trató de ir tras él, pero la detuve.

— Déjalo ir — hablé —. Tiene que digerir lo que acaba de pasar.

— Pero es tu mejor amigo — replicó Alice.

Miré la salida que había tomado Chris para irse, suspiré aceptando lo que iba a decir.

— Ya no seremos mejores amigos después de esto — solté.

Los aplausos se hicieron notar, todos habían quedado maravillados por el vals entre Alice y yo. Después de lo qué pasó con Christian, busqué con la mirada a Kate, pero sólo pude encontrarme a Wendy y a su madre, recogiendo sus cosas para retirarse. La música se detuvo llamando nuestra atención, Jackson se centró en la pista de baile con una copa con champagne, el personal le entregó a cada uno de los invitados una copa igual, Jackson llamó nuestra atención con el tintineo de su copa, me tomó del hombro izquierdo y me miró con una gran sonrisa para después mirar a sus invitados.

— Quiero ofrecer un brindis — habló —. Por Michael Jones, de no haberte golpeado con una pequeña piedra en aquel orfanato. No sé que hubiera sido de mi ahora, sin mi hermano. ¡Salud!

Tomé a Jackson del hombro derecho abrazándolo y chocamos las copas. También las chocamos con Alice quien estaba un poco perdida en esto. El resto nos imitó. Alice y yo estábamos hablando con Jackson, cuando de repente alguien nos gritó agitado.

— ¡Sr. Jones, Srita. Source!

Los tres volteamos la mirada para encontrarnos al Sr. Mccartney, agitado y desesperado. Éso me decía que algo andaba mal.

— Sr. Mccartney, ¿disfruta del evento? — preguntó Jack —, ¿está bien, necesita algo?

— El evento es perfecto Sr. Jackson, no me hace falta nada — respondió él —. Sólo quisiera hablar con los jóvenes un momento.

— ¿Sucede algo? — pregunté confundido.

— Sé tu secreto, Michael — respondió.

Alice y yo nos miramos alarmados.

— Regresaremos para la cena — hablé dirigiéndome a Jackson.

Comenzamos a caminar hacia la salida, nos acercamos a un pequeño parque, revisé la hora en mi celular, once en punto de la noche, ya pronto acabaría el evento. Miré hacia el cielo nocturno, no había luna hoy. Mccartney se aclaró la garganta llamando mi atención.

— ¿Podría explicar qué secreto...?

— Michael, no es momento de fingir, ¡yo sé el poder que tiene ésa fuente y sus consecuencias también! — exclamó Mccartney.

Mccartney miró a Alice y se acercó a ella tomándola de la mano izquierda, Alice se dejó, yo sólo me puse atento.

— Tú eres una conciencia — siguió Mccartney —. ¿Sabes que al tener esta apariencia y gracias a su deseo, te estás volviendo humana? — Alice asintió —. Michael, respondeme algo.

— Lo que quiera — solté.

— ¿En qué fase estaba la luna cuando lo pediste? — preguntó.

— Luna llena, lo recuerdo bien.

Mccartney regresó la mirada a Alice, ella lo miró y uno de sus ojos dio un pequeño brillo.

La conciencia de Michael (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora