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MICHAEL

Era el sábado por la mañana. Diez de la mañana para ser exactos. Christian, Alice y yo, habíamos salido a pasear un poco antes del evento a un pequeño parque que estaba situado cerca de mi casa. Pude notar que Chris hablaba mucho con Alice, pero no le di importancia.

- ¿De verdad eres capaz de saltar desde lugares muy altos y caer intacto? - preguntó Alice.

- De no más de tres pisos - respondió Chris riendo -. Michael y yo asistimos a clases de Parkour, por lo tanto, él también puede.

Alice me miró y simplemente le asentí sonriendo para confirmar.

- Te daría una demostración - hablé -. Pero ando muy... fastidiado.

Miré a Chris quien me entendió, Alice por su cuenta parecía no comprender.

- Siento que estás como irritado, pero no hay fastidio - habló confundida. Olvidé que ella siente mis emociones.

- Es otra clase de fastidio. Sólo hay una forma de quitarlo - aclaré.

- ¿Cómo se quita? - preguntó.

Inconscientemente me sonrojé. Hablar de ella de estos temas se me hace muy complicado y vergonzoso, aparte de que sé que voy a recibir un regaño. Cuando estaba buscando como responder, los teléfonos de nosotros, el de Chris y el mío, comenzaron a sonar. Alice se fue a sentar a una banca mientras atendiamos las llamadas, verifique el número y contesté.

- ¿Diga?

- ¡Michael!

Sentí más calma al escuchar que era Jack.

- ¿Qué sucede?

- Ven a la casa a las doce. Quiero mostrarte algo.

- Seguro, ahí estaré. Adiós.

Colgué y me acerqué a donde estaba la banca. Divisé que Chris también había terminado su llamada, pues estaba recargado en un poste de luz a un lado de Alice hablando con la misma.

- ¿También te habló el Sr. Mccartney?

- No, era Jackson. ¿Para qué te habló?

El Señor Mccartney es nuestro maestro de psicología.

- Dice que quiere que le firme unas hojas sobre mis bajas calificaciones - respondió -. Quiere verme ya...

Alice se levantó de la banca y se acercó a mi. Al ser más bajita que nosotros tiene que alzar la cabeza para vernos. Chris suspiró con fastidio mirándonos.

- Voy a tener que mover la salida para otro día - habló él -. Perdóname, linda. Vamos a tener que posponer.

- No hay problema, yo entiendo - le sonrió.

Pude notar que Chris se rascó brevemente el mentón, éso sólo lo hace cuando está nervioso. ¿Qué trae éste ahora?

- Bueno. Tenemos que regresar - hablé.

- Está bien - dijo ella, miró a Chris -. Nos vemos, Chris.

Alice le sonrió otra vez. Chris desvío la mirada rascándose de nuevo el mentón. Esto ya es sospechoso...

La conciencia de Michael (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora