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MICHAEL

A la mañana siguiente, Jackson estaba dormido en el sillón más grande, pues parece que no tenía nada que hacer. Alice estaba sentada en la mesa haciendo su tarea. Yo ya había terminado, era muy temprano. Si se preguntan porqué Jackson está en la sala de estar. Es porque llegó tomado y no me quise arriesgar a que se durmiera en su habitación.

Estaba escuchando música con mis auriculares. Las canciones de Bruno Mars sonaban a todo volumen dentro se mi mente. Estas canciones las escuchaba en el orfanato. Todas me gustan, pero la que me encanta, es la de "Treasure". Como yo había terminado mi tarea, miraba a Alice terminar la suya.

— Me sorprende lo fácil que la haces — hablé —. A mi me tomó mucho tiempo aprender.

— Sólo adqueri información de tus conocimientos — confesó ella —. Es como si tú me hubieras ayudado.

— Ya.

Alice movió un mechón de cabello detrás de su oreja mostrando parte de su rostro. De verdad es muy bella, ésto de que se esté haciendo humana... Me da mucha ilusión.

De un momento a otro los ronquidos de Jackson se detuvieron. Este se quejó mientras se levantaba del sofá. Alice lo miró unos segundos y volvió a su tarea. Jackson se acercó a duras penas a la cocina, pude verlo preparándose un café cargado, minutos después se sentó con nosotros en la mesa.

— Buenos días — saludó Alice.

— Buenos días, bonita — respondió él.

La mesa se quedó en silencio unos segundos. Jackson tomó un sorbo de su café y después nos miró.

— ¿Quieren dar una vuelta?

— ¿Nada qué hacer? — pregunté.

— Me parece bien, pero primero acabaré esto — habló Alice.

— ¿A dónde iremos exactamente? — pregunté de nueva cuenta.

Jackson me miró con una sonrisa satisfactoria.

(...)

— ¡Mira Michael! — gritó Alice —. ¡Es enorme!

Alice corría por doquier como una niña pequeña, estaba anocheciendo cuando llegamos a un parque de atracciones. Jackson y yo caminábamos a paso veloz para no perder a Alice, pues el lugar estaba lleno.

— Gracias por traernos — hablé dirigiéndome a Jackson.

— No hay de qué — habló él —. Alice me cae muy bien, le tengo mucho aprecio.

— Éso me da gusto.

Alice veía a una familia participar en el juego de Lanzar el aro. Se le veía claramente feliz.

— Le pediré que sea mi novia — continué —. No sé si me corresponda, pero, quiero ir en serio con ella.

Miré a Jackson quien me miraba seriamente.

La conciencia de Michael (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora