―Tú debes ser Emma― había un escandaloso tono de emoción en su voz ― no sabes lo mucho que esperé para conocerte.
Mi cuerpo se sacudió al mismo tiempo que los bellos de mí nunca se erizaron. Escuchar mi nombre de su apagada voz me hizo estremecer.
¿Quién era ella? ¿Cómo sabía mi nombre?
Di un paso hacia atrás, pretendiendo estar lo más lejos posible. Ella no era quien yo esperaba, y el hecho de que supiera mi nombre me hizo desconfiar.―No, no temas― masculló cuando logró darse cuenta de lo que yo pretendía hacer, se notaba preocupada.
―¿Cómo sabes mi nombre?― dije nerviosa.
―Lo pájaros hablan, el viento grita tu nombre― comenzó a balbucear. ―Tienes unos ojos divinos.
Me alejé en cuanto me di cuenta que trataba de tocar mi rostro. Sus labios formaron una línea, parecía apenada.
Se quedó quieta, como un animal acorralado.
Quería preguntarle tantas cosas, pero no podía formular media palabra, era como si estuviesen apretando mi garganta, sentí que si hablaba de mi boca saldría solamente aire.―Perdona, es la emoción ― se excusó dando un paso atrás. ―Soy Elahi. Hola.
Creí que extendería su brazo, pero se abrazó a sí misma, como si no supiese que más hacer.
―No has respondido a mi pregunta― dije tratando de que sonara lo más frío posible.
―Oh, lo hice― casi gritó alegré.
Su voz no hacía más que irritarme, y sus respuestas lograban sacarme de mis cabales.
―¿Y quieres que te crea que un ave te dijo mi nombre?― entonces sí exploté. ―¿Qué haces aquí? ¿De dónde saliste?― dije caminando hasta ella, logrando arrinconarla contra un árbol.
Me detuve en seco. Ella tenía los ojos cerrados con la cabeza a un costado, como intimidada. Retrocedí, me sentí culpable por tratarla así.
No parecía una amenaza, ella podía ser cualquier cosa menos eso; inclusive, parecía bastante tierna, sus mejillas casi demasiado blancas habían adoptado un tono rosado bastante fuerte y su cuerpo temblaba al igual que sus labios.―Perdón― logré formular entre mi confusión. ―Simplemente di la verdad... algo coherente.
Dio un par de pasos vacilando hacia un lado, dando vueltas frotando sus manos en su vestido. Quería pedirle que se calmara pero no quería ser demasiado insistente con ella.
Desde mi lugar, pude notar un destello a un costado de sus ojos, como una tenue luz color roja.―Yo conocí a tu madre, por eso sé de ti― susurró casi dudosa. Estaba mintiendo.
¿Existía la posibilidad de que ella conociera a mi madre? Sí, pero ella se había marchado del bosque antes siquiera de conocer a mi papá, esa mujer no podía decir eso, era una mentira.
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Había una vez
Short Story★𝙲𝙾𝙼𝙿𝙻𝙴𝚃𝙰★ "Ella era una princesa, que esperando a su príncipe, se enamoró del dragón" ••• Los siguientes hechos han sido inventados, nada de lo que trascurre en esta obra es real. Todos los derechos reservados ©Yasnely Martínez Codigo de r...