¿Acaso no me ves ahora?
Creo que me estoy enamorado.
Me estoy enamorando de ti.The 1975, Falling For You.
Habían pasado dos escasos días que una nueva oportunidad se había abierto para nosotros.
Otra vez éramos Mags y Gael, juntos para todo, una pareja con un futuro prometedor donde nunca nos cansaríamos de besarnos, ni de abrazarnos, donde seríamos felices sin importar lo que sucediera, donde pasaríamos cada una de las barreras que se interpusieran en nuestro camino.
El festival del día de muertos que organizaba la escuela estaba en puerta, debíamos organizar los altares, me había ofrecido a cantar en un recital de poesía y música conmemorativa, era un día realmente ocupado.
Te quedaste conmigo todo el día, no dejabas de regalarme caricias en la frente y sonreír cada vez que me veías.
Me parecía extraño que fueras tan cariñoso conmigo, ya que normalmente no eras así.
El altar de mi salón era de Joan Sebastian, nuestro tutor Martín había llevado una guitarra firmada por él específicamente para su familia, las chicas de mi grupo y yo nos pasamos la tarde ayudando a hacer adornos con flores, cortando el exceso de los tallos, una que otra espina se me encajó al hacer esa actividad.
Mientras me ocupaba en ese asunto podía verte ayudando a los de tu grupo, había momentos en los que te levantabas y pasabas a mi lado preguntándome si estaba bien, recuerdo que te acariciaba el rostro a la vez que hacia el intento de memorizar cada detalle de tu rostro, te había extrañado, un montón.
No me importaba nada más.
Solo aquella sensación de alivio que me transmitía el haberte dado el «si» nuevamente, aquel abrazo que había cerrado nuestro trato o el hecho de que estuviste buscándome como loco en aquel receso donde volvimos, debido a que te había dicho que lo hablaríamos y al final estuve ocupada ensayando.
Le preguntaste a muchas personas dónde me encontraba y nadie sabía decirte.
Tu alivio fue muy notable cuando por fin me encontraste y de alguna u otra forma me transmitiste aquella sensación.
Tu carta me había desequilibrado completamente, estaba confundida porque no sabía si era lo correcto o no, si era coherente o no, si estaría bien seguir a mi consciencia a pesar de que mi corazón saliera herido en el proceso o seguir a mi corazón y dejar que aquellos pensamientos fugaces se esfumaran en la brisa del olvido.
Besaste mis manos cuando terminé de ayudar a hacer los arreglos de flores y comimos pizza sentados en sillas de plástico enfrente de los altares tanto de tu salón como el mío.
Yo hablaría de la biografía de Joan Sebastian y tú narrarías la biografía de Hugh Hefner.
Recuerdo que el ambiente era hermoso, no hacía tanto calor debido a que una ligera brisa envolvía los alrededores, la gente se esmeraba todo lo que podían en embellecer sus altares, colocando flores, agregando pisos, objetos conmemorativos y música de los artistas fallecidos de algunos de ellos.
Cuando ya casi llegaba la hora de cantar me vestí y le pedí a Fernanda, (aquella chica deportista de tez morena quién siempre era un amor con los demás) que me ayudara a maquillarme debido a que seguía siendo una principiante en ese asunto y quería verme bien.
Sally me había ayudado a hacerme flores de papel crepe de diferentes colores para decorar una diadema que portaría en mi cabello. Me pasaron la plancha por el pelo, decoraron la diadema, me maquillaron y me puse un vestido azul marino de manga larga y unas medias de puntitos color negro.
Recuerdo cómo me miraste cuando salí de la carpa de la cafetería y caminé hacia ti con aquella vestimenta. No podías dejar de verme, me dijiste que me veía muy guapa, que no podías creer lo que tus ojos veían.
Cuando llegó la hora de cantar en el recital de poesía y música, comencé a hiperventilar. Me llevaste a dar una vuelta alrededor de la escuela y nos sentamos en la parte de en frente, donde hacías el intento en vano de calmarme mientras me escuchabas practicar las canciones que me había tocado cantar, cada nota, cada suspiro, cada melodía, cada mirada de tu parte, me ayudó a relajarme.
Siempre te preocupabas por mí, aún cuando yo no lo deseaba, te quedabas cuando quería que te fueras, me decías que todo iba a salir bien cuando sentía que el mundo se me venía encima.
Cuando ya casi era la hora, nos dimos un beso fuerte, largo y lento, donde reclamabas mi ausencia, donde expresabas el cuánto me habías extrañado, donde recitabas una melodía proviniendo de cada movimiento y de cada palpitar de nuestros corazones.
Canté, se equivocaron en la pista y pusieron una canción que no era pero canté de todos modos. No sé si el destino no desea que cante en la escuela o es que tengo muy mala suerte en ese asunto.
Y aquel beso que nos dimos,
por todo aquello que no dijimos;
Aquel día,
que todo renació de las cenizas;
Se quedó sellado nuestro amor,
Aunque actualmente no hace más que causarme dolor....
Tengan una linda noche o día dependiendo de la hora en la que lean esto querid@s lector@s míos❤️ Este capítulo va dedicado a NataliaLeon5 porque lee todos los capítulos y no es una lectora fantasma, gracias a Dios ❤️😇 Si quieres un capítulo, no te olvides de comentar, elijo las dedicaciones en base a la gente que más comenta 💙Les dejo una preguntita rápida 😬
¿Que suelen hacer el Día de muertos normalmente? En caso de que sean de México, digo, es más normal acá jaja.
En caso de que no festejen el Día de muertos...
¿Cuál es su fecha festiva favorita? ❤️ La mía es Navidad 💕 Y mi cumpleaños jiji.
Also...
¿LES GUSTO EL CAPÍTULO? ¿Qué fue lo que más les gustó? Cuéntenle a la tía Ari 🌚
ESTÁS LEYENDO
Evocando a Gael.
Cerita Pendek«Soy Mags, sí, aquella chica que dejaste hace catorce días con trece horas y treinta y nueve minutos. No creas que llevo la cuenta siempre, solo acabo de hacerlo en este momento, para poder escribir cuánto tiempo tardé en tomar el valor para comenza...