II. La primera vez que te hable.

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Toma mi mano;
Toma toda mi vida también.

Elvis Presley, Can't Help Fall In Love With You.

Columnas blancas a nuestros costados y un cabello ondulado que me llamó la atención, mis pasos acercándose hacia lo que sería una nueva aventura sin siquiera tener un indicio de ello.

Cariño mío, siempre he amado tu cabello.

Al entrar a la preparatoria deseaba ser alguien más, deseaba ser yo misma, comenzar a descubrirme y socializar a mi manera, sin nadie que me instruyera a hablar con ciertas personas o a tener conversaciones de más con gente sobre la cual no tenía interés alguno.

Contigo, todo fue como un sueño.
Desde que comencé a hablar contigo sentía que podrías convertirte en el cliché de mi vida o por lo menos el primero.

Te vi ese día, recargando tu espalda al lado de una de las columnas blancas como la leche y caminé sin temor hacia ti, no cambiaría nada, ni siquiera el trayecto o la velocidad con la que camine hacia ti esa vez, todo fue como debía ser.

Estabas ahí, inerte, viendo al vacío.

Me pregunté si serías un solitario como yo, tiempo después me dijiste que sentías tentación de hablarme cuando veías que estaba sola y yo te platiqué que no me molestaba estar sola, a veces incluso prefería caminar sola por la escuela solo enfocando mi atención en la música de mis auriculares. De alguna u otra forma me acostumbré a hacer muchas cosas sola, debido a que pasaba un montón de tiempo cada día en casa sin compañía, mamá llegaba del trabajo hasta las cinco y yo llegaba de la escuela como a las dos o tres, en ese tiempo comía sola, cantaba sola por la sala, doblaba la ropa seca los lunes, entre otras cosas.

Pero entre estar sola y estar contigo, siempre prefería estar contigo.

Justo ahora recuerdo con tristeza aquella imagen que todavía perdura en mi mente en ese instante; tus ojos café oscuro, tus labios pálidos y unos rastros de acné que no me importaban en lo absoluto.

Siempre me pareciste un chico muy atractivo, nunca me creías cuando te halagaba.

Aquel día no sonreías mucho pero en realidad no solías hacerlo muy a menudo.

Me mirabas de arriba abajo, sonreí mucho aquel día aún cuando solo hablamos poco antes de que el timbre sonara y tuviera que irme.

Nuestra historia comenzó de forma muy simple pero éramos solo un par de chicos normales de preparatoria, recién conociéndose, tal vez tendríamos tiempo para complicarnos la vida después.

Fue un «Me gusta tu cabello» y un «A mí me gusta el tuyo» lo que comenzó toda la maravillosa historia del efímero amor de Mags y Gael, un amor triste, despreocupado y hermoso.

Entonces creo que tal vez debería agradecerle a tu cabello, me llevo a ti de alguna u otra forma.

A ti, aquel chico de la columna blanca.

Evocando a Gael.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora