¡¿Nuestro Bebé?!

.Petición.

Apagó el motor, vio su reloj de mano eran las nueve con quince demasiado tarde. Abrió la puerta y cerrándola para después activar el seguro, al entrar a la vivienda la luz del corredor, sala y cocina estaban encendidas se asomó a la cocina pudo notar una olla cuya tapa era de papel aluminio manteniendo el calor, y el olor a ramen le llegó que hasta le salía baba del hambre.

Lo tapó nuevamente, y sus pasos llegaron a la sala pero solo había una taza de café y un libro a medio leer. Dejó el maletín en la mesa quitándose un saco negro que ocupó en la reunión general de empleados, sintiendo alivio. Oyó pasos seguramente del azabache, quien al verlo no pudo evitar sonrojarse.

-tadaima Sasuke.

-okaeri Naruto....- avanzó hasta el y con confianza le quitó con paciencia la corbata del rubio, tomo el saco.- ay ramen como pediste, déjame que vaya dejar esto y te sirvo.

Lo vio irse con pasos algo apresurados, ¿su teoría? creía que al pobre pelinegro le estaban ganando los nervios, se carcajeó por lo bajo y fue a sentarse a la mesa, saco su teléfono móvil teniendo notificaciones de Facebook, WhatsApp, Instagram, correo electrónico y llamadas pérdidas de su madre. Elevó una media sonrisa por el esfuerzo de su madre de querer estar cerca de él, pero sabía que a lo mucho solo podría durar dos meses más hasta que su padre la descubra, ¿cómo sabía? pues era muy fácil sobornar a un empleado directo de Minato para que le diera información, la necesaria además de contar claro con el apoyo indiscutible de su abuelo pervertido.

-no sabía si ibas a venir temprano, así que tape bien la olla para que no se enfríe y le puse extra de cerdo como a ti te gusta.- el rubio abrió la boca.- estás casando debes alimentarte bien y dormir bastante, anda prueba.- en realidad, no quería que el rubio hablara, ya de por sí sus manos sudaban y su frente también, el corazón le bombeaba de manera estrepitosa, respiro hondo para concentrarse en poner suficiente caldo al plato hondo, y servirle al pobre ojiazul.-mi suegra manda saludes, a decir verdad tuvo que ir a comprar más pañales menma necesitaba más, afortunadamente saco en efectivo de su tarjeta, menos mal porque creí que tu padre podría estarla vigilando sobretodo en lo que ella gasta y....

¡Oh, no!, sus labios fueron sellados por los del blondo, quien con una mano lo sostuvo de la cintura estrecha y la otra en su nuca para profundizar mejor, otra vez esa lengua invasora, el tacto cálido y húmedo le llenó de cosquilleos desde su paladar hasta la punta de los pies, y si naruto no lo hubiera sostenido sus piernas fallarían por su peso. ¡Oh, si!, mejor dejaba de pensar y trato de seguirle el ritmo labial.

-....¡Mmh!...- jadeo dentro del beso, cuando sintió la mano de su cintura, apretarle una nalga y acariciarla descaradamente. ¡Pero miren no más el atrevido este!, ahora sintió una pequeña succión de su labio inferior para después ser mordida y jalada levemente. -¡Usura.....tonkachi!.- agitado por la falta de aire.

-venga, teme....cenemos juntos.- apenas si proceso ese pedido y tuvo que callarse para no soltar alguna tontería, se sirvió ramen en cantidad menor, ya había cenado pero no quería hacerle el feo a su rubio.- te quedó de maravilla, como todo lo que haces Sasuke.

El azabache le dedicó una sonrisa, y disfruto del platillo elaborado, al terminar el piel Nivea se sorprendió de ver que fue el propio Naruto quien lavara lo utilizado, se arremango esa camisa manga larga blanca, por mientras él fue a guardar el libro que estaba leyendo en un estante cerca, vio su propio café frío sin terminar. Llevó la taza la cual también fue limpiada por el pelos revueltos.

-sasuke, ven...- lo tomó de la mano y lo guío hasta la sala, miro esos ojos azules tener un brillo intenso, se veía nervioso y porque negarlo el estaba en peores condiciones que el propio rubio, las emociones que el naruto proyectaban le daban a sasuke una idea de lo que diría, más sin embargo le tomó por sorpresa.-....sasuke.....¿Quieres tener una cita ttebayo?.